_
_
_
_

Pintadas y ruedas pinchadas en el Consulado de España en Jerusalén

La policía israelí investiga a dos sospechosos grabados de madrugada por las cámaras de seguridad

Juan Carlos Sanz
Un trabajador limpia el muro del Consulado General de España en Jerusalén.
Un trabajador limpia el muro del Consulado General de España en Jerusalén.Mikel Ayestarán (EFE)

Varias pintadas en favor de una colonia judía en Cisjordania fueron efectuadas en la madrugada del lunes en el muro que rodea el Consulado General de España en Jerusalén y en vehículos aparcados ante el edificio diplomático. A media decena de coches, entre ellos dos oficiales y con placa consular, les fueron pinchadas todas las ruedas. Fuentes españolas calificaron el incidente como una acción vandálica sin precedentes recientes.

Responsables de seguridad recordaron, no obstante, que se han registrado casos anteriores de pintadas procolonos y de neumáticos rajados en el barrio diplomático de Sheij Yarrah de Jerusalén Este (anexionado por Israel tras la guerra de 1967), sede de varios consulados europeos que ejercen de facto como embajadas ante los territorios palestinos. La policía israelí ha abierto una investigación para identificar a los autores de los hechos, descritos por fuentes que visionaron las grabaciones de las cámaras de seguridad como un hombre y una mujer que actuaron en torno a las 1.20 de la madrugada durante unos pocos minutos.

"La policía recibió una denuncia de madrugada sobre dos coches a los que se les había pinchado las ruedas y de pintadas en las paredes realizadas con espray en la carretera de Nablus, en Sheij Yarrah [donde se halla el edificio diplomático]“, dijo a la agencia Efe una portavoz del cuerpo policial, sin precisar más detalles. El Consulado General de España en Jerusalén, que ha formulado la denuncia, está permanente custodiado por agentes de la Guardia Civil y se halla situado a poco más de un centenar de metros de la sede central de la policía de Israel.

En las inscripciones con pintura figuraba el nombre en hebreo del asentamiento de Ramat Migron, situado al norte de Jerusalén y cerca de Ramala, la sede administrativa de la Autoridad Palestina. Este outpost o colonia no autorizada por Israel de unas cinco decenas de colonos fue desalojada en 2012 por las fuerzas de seguridad en cumplimiento de una orden del Tribunal Supremo. La comunidad internacional ha negado reiteradamente toda legitimidad a la colonización israelí en Cisjordania y Jerusalén Este. El Consejo de Seguridad de la ONU lo refrendó el pasado 23 de diciembre en su resolución 2334.

En septiembre de 2012 el monasterio cristiano de Latrún, situado al oeste de Jerusalén cerca de la Línea Verde divisoria previa a 1967, fue también objeto de vandalismo con una pintada en la que también figuraba Ramat Migron. La violencia de colonos radicales judíos se plasmó además en junio de 2015 en el atentado incendiario que dañó el santuario de Tabgha, norte de Israel, donde la tradición cristiana sitúa el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. En uno de los episodios más graves del llamado “terrorismo judío”, un niño palestino de 18 meses murió carbonizado, en julio de ese mismo año, y sus padres fallecieron semanas después a causa de las graves quemaduras que les produjeron los cócteles molotov lanzados mientras dormían contra su casa en la población de Duma, próxima a Nablús (norte de Cisjordania).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_