Un juez que se opuso al matrimonio gay

La elección de Juan José González Rivas sitúa al frente del Tribunal Constitucional a uno de los magistrados más conservadores que forman actualmente el pleno de esta institución. Nacido en Ávila en 1951 y juez de carrera, es conocido por redactar sentencias muy técnicas, con gran manejo de las normas y de la jurisprudencia, pero también por defender posiciones muy conservadoras, que, en ocasiones, le han llevado a discrepar de la decisión mayoritaria en asuntos con trasfondo ideológico. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en la sentencia por la que el tribunal avaló el matrimonio homosexual. González Rivas firmó un voto particular en el que se oponía a esta decisión.

Su carrera como juez comenzó en un juzgado de Piedrahita (Ávila) en 1976 y en 1981 ascendió a magistrado en Barcelona. Ha sido también letrado del Consejo del Poder Judicial y del Constitucional. Al Constitucional llegó en 2012 a propuesta del PP. Afiliado a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), que reúne a jueces de tendencia conservadora, son también conocidas sus fuertes convicciones religiosas, plasmadas en algunas de sus resoluciones, como su oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadanía cuando era magistrado del Supremo. En este tribunal también confirmó las resoluciones de instancias anteriores que denegaron a una magistrada un permiso de 15 días tras inscribirse en el registro de parejas de hecho.