Espinar no logra consenso para ‘purgar’ al portavoz en la Asamblea de Madrid

La crisis interna abierta en Podemos en los prolegómenos del segundo congreso del partido, que enfrenta a los afines a Pablo Iglesias con los de Íñigo Errejón, ha frenado la destitución del portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, José Manuel López. El líder del partido en Madrid, Ramón Espinar, afín a Iglesias, no ha logrado el consenso necesario para relevar al portavoz, cercano a Errejón, a quien puso en el punto de mira nada más acceder al cargo. Los Anticapitalistas, la tercera familia del partido y aliados de Espinar, han frenado sus intenciones. Fuentes de la dirección del partido aseguran a EL PAÍS que, ante la falta de consenso, es probable que ya no se plantee el relevo de López al menos hasta después del congreso de Vistalegre 2 (previsto para el segundo fin de semana de febrero), si es que finalmente se hace.

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El pasado lunes, el consejo ciudadano autonómico de Podemos en Madrid mantuvo una reunión en la que Espinar desistió al final de plantear la destitución de López y el cambio de dirección del grupo parlamentario. La cuestión se ha “replanteado” por el “momento político” y a la espera de que haya “consenso”, explican fuentes de la dirección del partido. El motivo es que los Anticapitalistas no aseguraron sus votos a favor, dando al traste con los planes de Espinar.

La tercera familia, la más izquierdista del partido, coincide con el nuevo líder en que sería bueno que la diputada Lorena Ruiz Huerta sustituyera a López en el cargo. Ahora bien, se encuentran divididos y, ante el segundo congreso estatal, en el que podrían llegar a acuerdos con los dos sectores —también con el de Errejón—, han llegado a la conclusión de que prefieren no aparecer como aliados de los pablistas en Madrid para purgar a un un errejonista. Su voluntad es no enfrentarse a la corriente que lidera el número dos de Podemos, según explican fuentes anticapitalistas.

El sector errejonista en Madrid calcula que, una vez pase Vistalegre 2, Espinar lo intentará de nuevo. Ahora entienden que el líder está atado, porque el cese “fulminante” de un portavoz por pertenecer a otra corriente trasladaría una imagen negativa de los pablistas en términos de pluralismo que no les beneficiaría de cara al congreso.