Errejón se rebela contra Iglesias ante su intento de arrinconarle en el partido
El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, demostró este viernes que va a dar la batalla al líder, Pablo Iglesias, por el control y el rumbo del partido. Ante el intento de Iglesias de imponer un modelo del congreso de Vislategre 2 que perjudica sus intereses, Errejón lanzó de forma sorpresiva un manifiesto con firmas de más de 300 cargos del partido que reclama que se voten por separado las propuestas y las caras, frente a la votación conjunta que quiere Iglesias. La iniciativa, el primer paso de la posible confrontación entre los dos sectores, pide más “democracia” y que la discusión no acabe en “sometimiento”.
Errejón le ha devuelto el envite a Iglesias, en su primer movimiento táctico al descubierto. El número dos y los suyos reaccionaron este viernes con una potente campaña pública —a través de un manifiesto al que se adhirieron varios centenares de cargos públicos e internos de primera línea— lanzada para tratar de ganar la consulta a las bases propuesta por el líder, con la que este pretendía refrendar su metodología para el congreso de Vistalegre 2. La batalla ha comenzado más de dos meses antes de ese cónclave, previsto para el segundo fin de semana de febrero, por el método de votación del congreso, una cuestión convertida en un asunto de primer orden. El motivo es que puede condicionar la confrontación entre los dos grandes sectores del partido y sus principales líderes.
El manifiesto difundido, con el título de “Recuperar la ilusión. Democracia para ganar”, lleva la firma del propio Errejón —que firmó dos horas después de hacerse público el texto, aunque la iniciativa se ha fraguado entre sus colaboradores—, así como de los principales dirigentes afines a él. Entre los firmantes hay cargos públicos como Rita Maestre, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, y José Manuel López, portavoz en la Asamblea de Madrid; y casi una treintena de miembros de la ejecutiva del partido como el responsable de discurso, Jorge Moruno; el de internacional, Pablo Bustinduy; el de cultura, Jorge Lago; y la de igualdad, Clara Serra, entre otros. Así como más de una decena de diputados en el Congreso, entre los que destacan Tania Sánchez y Sergio Pascual (ex secretario de Organización de Podemos), diputados autonómicos, líderes regionales y locales. En total, sumaba más de 2.000 firmas, incluidos simpatizantes sin cargo, a última hora de la tarde. “Para seguir ilusionando necesitamos debatir de ideas en lugar de pelearnos”, escribió Errejón en Twitter anunciando su apoyo.
La iniciativa pide, principalmente, que en el congreso se voten por separado las propuestas organizativas y políticas de las listas. Errejón y sus afines creen que tienen más posibilidades de hacer valer su posición en el debate sobre el proyecto que en una competición entre caras enfrentándose a Iglesias. “La Asamblea no debe ser un combate de boxeo, sino una contraposición de ideas. Queremos discutir cómo ganar un país, no retarnos entre nosotros”, dice el manifiesto, que recuerda que en el primer congreso de Vislategre la votación fue separada. Hacerlo ahora conjuntamente, creen, sería una “involución democrática”. De fondo trasluce el temor del sector errejonista a ser laminado en ese congreso. El texto alerta: “El futuro de Podemos es oscuro si sus dinámicas impiden que convivan diferentes modelos; la solución de las discrepancias se aleja mucho del sometimiento de uno ante otro”.
Más pluralidad y más democracia
El manifiesto Recuperar la ilusión reclama:
Votar primero las propuestas y después las listas en el congreso de Vistalegre 2.
Mayor proporcionalidad en todos los órganos para lograr más pluralidad, listas abiertas, paridad entre hombres y mujeres y equilibrio territorial.
Una comisión de garantías independiente y un censo abierto durante el cónclave.
El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, defendió desde Galicia el sistema conjunto que pide Iglesias. El separado “no tiene mucha lógica”, dijo Echenique, que puso un ejemplo: “Imaginad que en las elecciones generales votásemos primero el programa electoral y después a los partidos. Podría ocurrir que fuera presidente Mariano Rajoy, pero tuviera que poner en marcha el programa de Podemos”. La analogía soliviantó en el sector crítico. "Claro que Rajoy no podría gobernar con el programa de Podemos, pero pretender concluir a partir de eso que Pablo no podría dirigir la hoja de ruta del Podemos ganador y transversal es completamente falaz. Y tanto que Pablo puede, de hecho lo hizo desde las europeas. No defendemos nada que no defendiera él entonces", considera a EL PAÍS la consejera estatal Clara Serra. "Si uno se cree lo de mandar obedeciendo tiene que estar dispuesto a dirigir el proyecto que sus bases diseñan, lo contrario son modelos no muy propios del 15-M", apunta la diputada Tania Sánchez.
Iglesias no se pronunció sobre el manifiesto que cuestiona su modelo, pero trató de restarle importancia difundiendo en Twitter una tira cómica que le había enviado Errejón, dijo. Sí lo hizo el cofundador del partido, Juan Carlos Monedero, quien lo criticó por “deshonesto”. “El sector errejonista, no Errejón, que es mucho más listo, está importando aquello que supuso el problema principal en Izquierda Unida. Que lo que no son capaces de ganar internamente, salen a ganarlo en los medios de comunicación”, aseguró. La jefa de gabinete de Iglesias, Irene Montero, afirmó que todos los manifiestos son "bienvenidos". "Pablo [Iglesias] trabaja por la unidad y tiene la responsabilidad de construir un proyecto en el que quepamos todos, en ello estamos", expresó en conversación con este periódico. Otros dirigentes afines al líder lamentaron la "irresponsabilidad" en la que incurría la iniciativa, y su ánimo de "combate de boxeo". El título del manifiesto, "Recuperar la ilusión", molestó especialmente. "¿Quién ha perdido la ilusión aquí y por qué?", se preguntan en el sector oficialista. La tercera familia, la de los Anticapitalistas, mantuvo el silencio.
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