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El PNV y los socialistas gobernarán en coalición en Euskadi. El acuerdo entre ambas formaciones está prácticamente cerrado tras alcanzar un punto de encuentro en materias sensibles como el desarrollo del autogobierno vasco y la gestión del final de ETA. Los partidos seguían ayer cruzando documentos para afinar los detalles del pacto, que podría ser ratificado por los máximos órganos internos el próximo lunes, a dos días de la investidura de Iñigo Urkullu como lehendakari. En principio, el PSE asumiría dos de las ocho carteras del nuevo Ejecutivo.

Las negociaciones entre el PNV y los socialistas vascos están muy cerca de alumbrar un acuerdo de gobierno para los próximos cuatro años. El contenido general del programa de gobierno es “compartido por ambos” partidos, aseguran fuentes de la negociación, aunque aún faltan “pequeños flecos” para cerrar el acuerdo y presentarlo públicamente. El intercambio de documentos está siendo permanente, reconocen ambas formaciones, que ayer continuaban cruzando propuestas para precisar todos los términos del acuerdo de gobernabilidad.

De los cuatro ejes que han centrado la negociación —políticas sociales, reactivación económica y empleo, paz y convivencia, y autogobierno—, la sintonía es plena en los dos primeros apartados. También se ha armonizado la estrategia tras el final de ETA, que pasa por exigir a la banda terrorista su disolución y desarme, además de defender una flexibilización de la política penitenciaria por parte del Ministerio del Interior y el reconocimiento de la izquierda abertzale de su complicidad con el pasado terrorista. Sobre el autogobierno, el terreno más resbaladizo de las conversaciones, el PNV y los socialistas han convenido incluir en el preámbulo de una revisión estatutaria la concepción de Euskadi como nación. Los socialistas están dispuestos a reconocer el término nación sin que ello suponga, aclaran fuentes de este partido, el reconocimiento del derecho a la soberanía. Para ello, esgrimen el argumento defendido por el Consejo de Europa de que “la reivindicación como nación de una comunidad que se autodefine como tal por razones culturales, históricas o lingüísticas no presupone el derecho político a constituirse en Estado”.

El secretismo de la negociación, que arrancó el pasado 29 de septiembre, cuatro días después de las elecciones autonómicas, es total en lo concerniente al reparto de las carteras y sus responsables, aunque todo apunta a que los socialistas asumirán finalmente dos de las ocho consejerías del nuevo Ejecutivo.

El acuerdo de gobierno dará continuidad al buen entendimiento que estas dos fuerzas políticas mantuvieron durante la pasada legislatura, sobre todo a raíz del acuerdo que formalizaron para extender acuerdos de gobierno en las tres Diputaciones vascas y los Ayuntamientos donde sumaban mayorías absolutas tras los comicios locales de junio de 2015.

El PNV ha convocado a su Asamblea Nacional para el próximo lunes por la tarde y el PSE podría reunir al Consejo Nacional ese mismo día si previamente han fructificado las negociaciones. El propósito de ambos es presentar el acuerdo de gobierno antes del pleno de investidura del lehendakari, previsto para los días 23 y 24 de noviembre en el Parlamento.

Los socialistas realizaron ayer un paréntesis en las negociaciones con el PNV para reunirse en su sede de Bilbao con una delegación de EH Bildu formada por Arnaldo Otegi y los parlamentarios Julen Arzuaga y Rebeka Ubera. Un encuentro similar hace 10 años, en plena tregua de ETA y cuando Batasuna estaba ilegalizada, provocó que los socialistas Patxi López y Rodolfo Ares fueran procesados y luego absueltos. Al término de este encuentro, de casi dos horas de duración, Otegi dijo que “casi con absoluta seguridad” el PNV y el PSE formarán un Gobierno de coalición.