La abstención se abre paso
La mañana del miércoles 27 de septiembre, 8.30 hora de Madrid, momento en el que se difundieron las declaraciones de Felipe Gonzalez a la periodista Pepa Bueno, ha sido lo que en la jerga militar se llamaría el Día D, y ocho o nueve horas horas más tarde sería la hora H+9, aproximadamente, el momento en el que Antonio Pradas, dirigente del PSOE andaluz, llegó a la sede del PSOE con las 17 dimisiones de los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del Partido Socialista. Estas 17 bajas se suman a otros tres vacantes sin cubrir para llegar a 20 miembros sobre 38 que hubo en su día.
El objetivo: forzar la renuncia de Pedro Sánchez y el nombramiento de una Comisión Gestora. Las dimisiones reales materialmente hablando son 17. No es la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva Federal reales de 35. Pero los estatutos estipulan que cuando haya mayoría de bajas no cubiertas respecto al número de miembros de la Ejecutiva Federal, se citará al Comité Federal para que a su vez convoque a un Congreso Extraordinario que elegirá una nueva Comisión Ejecutiva Federal.
Tampoco los estatutos prevén para el PSOE el nombramiento de una Comisión Gestora como ha sido, más recientemente, el caso de Madrid, decisión que adoptó la Comisión Ejecutiva Federal. Las gestoras sí están contempladas para los partidos regionales.
Pero la dirección de Sánchez ha aceptado las 17 dimisiones más las 3 bajas, por así decir, autoadjudicadas, como una mayoría de vacantes. Por tanto, la Ejecutiva Federal pasa a estar en funciones y se propone convocar un Comité Federal, el que en las circunstancias de mayoría de bajas producida, tiene que convocar a su vez un Congreso Federal Extraordinario. Sánchez ha citado para hoy jueves a esa ejecutiva nacional...sin los 17 dimisionarios.
El objetivo de las dimisiones, como se ha apuntado, era el nombramiento de una Comisión Gestora, pero he aquí que es el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, al que correspondería en todo caso la elección de una Comisión Gestora, cosa que, por otra parte, tampoco prevén los estatutos, y en las circunstancias en que la actual Ejecutiva Federal ha quedado minoritaria, los estatutos obligan en realidad a convocar un Congreso Federal Extraordinario. La Comisión Gestora no está ni se la espera, estatutariamente hablando.
Además, la dimisión de los 17 miembros plantea un problema y es que ellos forman parte del Comité Federal como miembros de la ejecutiva.
En otros términos, si dejas de ser miembro de la Ejecutiva Federal, ¿cómo vas a seguir siendo miembro del Comité Federal? Esto importa a efecto de contar las fuerzas con las que cuenta cada facción. Según la dirección actual, los miembros de la ejecutiva que han dimitido ya no forman parte del Comité Federal.
Por tanto, Sánchez ha dado, al aceptarlas, la vuelta a las dimisiones.
El Comité Federal del sábado 1 de octubre queda en el aire aunque no se haya desconvocado formalmente. Ese Comité Federal tenía en el orden del día la convocatoria del 39 Congreso Ordinario. Será la Ejecutiva Federal de hoy jueves la que tendrá que convocar a otro Comité Federal para que éste, a su vez, acuerde el Congreso Federal Extraordinario.
En otros términos, Sanchez viene a decir: queriáis cargaros el Congreso Federal y resulta que con las dimisiones y mi aceptación de ellas y de la situación, estatutariamente hablando, estamos abocados a un Congreso Extraordinario.
Pero no es menos cierto que la movida de las dimisiones han impedido debatir en el Comité Federal del sábado 1, ya superado por la nueva realidad, según hemos apuntado, el tema central: el cambio del no a Rajoy por el de la abstención.
Felipe González, que ya había propuesto a título personal la abstención del PSOE si no se lograba formar gobierno, narró desde Santiago de Chile, en una entrevista grabada horas antes, que el 29 de junio de 2016, tres días después de las segundas elecciones generales del día 26, Pedro Sánchez le llamó para mantener una reunión. Fuentes consultadas aseguran que el ex presidente invitó al secretario general a su casa. Allí conversaron sobre la situación poselectoral. González ya había propiciado una abstención para que gobernara el PP tras las elecciones del 20-D si el PSOE no era capaz de formar gobierno.
Según reveló González a Pepa Bueno, Sánchez le explicó en esa reunión del 29 de junio que el PSOE votaría no a Mariano Rajoy en la primera votación y que se abstendría en la segunda votación. También le apuntó Sánchez que no pensaba intentar la formación de un gobierno alternativo.
"Me siento engañado", dijo el expresidente en la Cadena SER.
González en ningún momento ha dicho que Sánchez le prometiera nada. Y, según diversas fuentes, incluyendo a este cronista, Sánchez contemplaba el escenario descrito por Felipe González caso de que Rajoy sumara 170 escaños. El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, ha dado entender que esas eran las ideas que se manejaban en aquellos días.
Sánchez no volvió a mantener reuniones con González desde ese momento, tan solo el intercambio de mensajes por teléfono, según ha explicado el ex presidente.
Las declaraciones de Felipe González y el hecho de que ha manifestado sentirse "dolido", sensación que González ha explicado en estos meses a algunas personas próximas, apuntan a mostrar que Sánchez no es un líder fiable. Que un día dice una cosa y al otro hace otra. Este asunto de la fiabilidad es importante en un momento en el que el actual secretario general del partido proponía un debate sobre la investidura e invitaba a los partidarios callados de la abstención a dar un paso al frente, entre ellos a Susana Díaz, la presidenta andaluza y secretaria general del PSOE de Andalucía, a través de elecciones primarias a la secretaría general el 23 de octubre y Congreso Federal Ordinario el 2,3, y 4 de octubre.
En rigor, tal como hemos puesto de relieve en estas páginas, el Congreso Federal Ordinario propuesto por Sánchez, de celebrarse, no debatiría nada porque para esas fechas las Cortes ya estarían disueltas (30 de octubre de 2016). Las elecciones del 18 de diciembre serían una realidad.
La oposición de los barones autonómicos a Pedro Sánchez, como ha señalado también González, subrayan los peores resultados electorales de la historia obtenidos en las sucesivas contiendas como un tema fundamental. Señalan que Sánchez se niega a admitir estos malos resultados. El último episodio han sido las elecciones vascas y gallegas. El líder del PSOE ha eludido pronunciarse con claridad sobre los retrocesos experimentados.
La entrada en escena de Felipe González y su revelación sobre lo que Sánchez le comentó el 29 de junio de 2016 indican que, en efecto, el tema central que corroe al PSOE, el ser o no ser, es la abstención ante un gobierno presidido por Rajoy, asunto que ha sido tabú, en público, para los barones autonómicos -con la excepción de Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura- y cuya única alternativa real -descartada la posibilidad de un gobierno presidido por Sánchez- son las elecciones el 18 de diciembre.
Pedro Sánchez ha insistido en hacer contactos para formar ese gobierno, pero se trata de un gesto de cara a la galería. En realidad, quiere ir a elecciones el 18 de diciembre porque cree que su campaña del no es no a Rajoy y al PP le permitiría recuperar terreno ante Podemos.
González, precisamente, en su entrevista, subraya que la preocupación de Sánchez es cómo ganar a Podemos y la de Podemos cómo ganar al PSOE, siendo que el tema es derrotar al PP.
La repetición, por segunda vez, de elecciones ha movilizado el pánico entre amplios dirigentes y barones autonómicos. La destitución de Sánchez y evitar la repetición de elecciones van estrechamente unidos.
Los movimientos de las últimas horas tienen que despejar importantes incógnitas, aparte de la suerte de Sánchez. El Comité Federal tendrá que adoptar una posición ante una segunda investidura de Rajoy, es decir, por ejemplo, cambiar el no para asumir la abstención, al tiempo que convocar un Congreso Extraordinario.
De salir adelante, la Comisión Gestora ideada por los barones autonómicos -que la dirección actual cuestiona como fórmula antiestatutaria-, para el que se apunta como candidato para presidirla a Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias y secretario general de los socialistas asturianos, debería dirigir al grupo parlamentario socialista la orden para abstenerse en la votación de una segunda investidura de Rajoy. El Comité Federal podría delegar, según los abstencionistas, por así decir, en la Comisión Gestora - cuestionada como fórmula por la actual dirección- las tareas políticas urgentes.
La abstención quiere abrirse paso. Pero los obstáculos estatutarios están ahí.
Para mañana se espera, tras la intervención de Felipe González, la de José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha sido muy crítico con Sánchez en comidas, cenas y reuniones, y que, al parecer, ha decidido manifestarse ante las cámaras de televisión.
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