Sánchez ignora la llamada de Rivera a colaborar tras una investidura de Rajoy
Los socialistas optan por no pronunciarse y esperan a que Rajoy convoque el debate de investidura
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, y los principales miembros de su dirección rechazan recoger el guante de Albert Rivera y optaron por no valorar el llamamiento del presidente de Ciudadanos. Este les invitó, en un artículo publicado en EL PAÍS, a permitir que gobierne el PP para formar después un frente común en la oposición. Los socialistas quieren esperar a que Mariano Rajoy mueva ficha y convoque un debate de investidura antes de reaccionar.
El secretario general del PSOE lleva 12 días sin manifestarse sobre las negociaciones y los principales dirigentes territoriales también quieren mantenerse al margen dejando que sea Sánchez quien tome la iniciativa después de que Ciudadanos abriera la semana pasada la puerta a apoyar la investidura del presidente del Gobierno en funciones. El líder socialista recurrió este domingo a Twitter para felicitar a los cántabros en el día de su comunidad autónoma y deseó a los miembros del grupo Supersubmarina, que sufrieron un accidente de tráfico, una rápida recuperación. Nada dijo sobre el nuevo escenario político ni acerca de la posibilidad de abordar un debate interno sobre la abstención.
La dirección de los socialistas considera que nada ha cambiado a pesar del movimiento de Rivera. Fundamentalmente, porque el comité ejecutivo nacional del PP aún no ha dado el visto bueno a las condiciones de Ciudadanos sobre regeneración y porque Rajoy todavía no ha convocado un debate de investidura ni ha aclarado si se someterá al examen del Parlamento. En la última semana, lo han reiterado en distintas comparecencias algunos de los principales dirigentes que cuentan con la máxima confianza de Sánchez: los portavoces en el Congreso y en el Senado, Antonio Hernando y Óscar López, y la secretaria de Estudios y Programas, Meritxell Batet. Explicaron que el no a Rajoy es inamovible e innegociable; que respetan las conversaciones entre Ciudadanos y el PP pero que no quieren interferir en ese diálogo; que consideran insuficientes para garantizar una renovada acción de Gobierno las propuestas contra la corrupción planteadas por Rivera; y que, en cualquier caso, se pronunciarán cuando detecten alguna novedad en las negociaciones.
El PSOE rechaza que el PP o Ciudadanos intenten marcarle la agenda a Sánchez. “La campaña de presión puesta en marcha por Rajoy y por La Moncloa hacia el PSOE no es nueva. Estamos acostumbrados”, señaló López. La formación recuerda, además, que cuando intentó formar Gobierno en la pasada legislatura le pidió su apoyo a Podemos, pero nunca se dirigió al PP. Por tanto, la dirección socialista cree que ahora Rajoy no está legitimado para presionarles, a pesar de que con el sí de Ciudadanos solo le faltarían siete votos favorables u once abstenciones en el debate de investidura. Por eso, consideran que la pelota está en el tejado del PP y debe ser el candidato designado por el Rey el que busque los apoyos. Desde el PSOE le invitan a dirigirse a las fuerzas nacionalistas catalanas y vascas, alegando que el día de constitución de las Cortes los votos de los diputados populares coincidieron con los de la antigua Convergència en la elección de los miembros de la Mesa del Congreso de los Diputados. No obstante, tanto Francesc Homs, portavoz del Partit Demòcrata Català, y su homólogo del PNV, Aitor Esteban, rechazan de plano la hipótesis de permitir que Rajoy siga en La Moncloa.
Salir a la palestra
A pesar de estas circunstancias, los socialistas no están dispuestos tampoco a que Ciudadanos les quite toda la iniciativa y a esta voluntad hay que atribuir la decisión de presentar, el pasado viernes, la petición de una comisión de investigación parlamentaria sobre el caso Gürtel y el caso Bárcenas. En las filas del PSOE asumen que, tarde o temprano, tendrán que pronunciarse forzados por la presión. Los propios presidentes autonómicos reanudan en muchos casos esta semana su agenda institucional, por lo que tendrán que salir a la palestra.
La dirección, mientras tanto, descarta convocar un comité federal para abrir un debate sobre la abstención, ya que el máximo órgano de decisión del partido ya manifestó a principios de julio su voto contrario a la investidura de Rajoy. Ese rechazo quedó plasmado en cerca de 50 intervenciones, pero el partido no lo dejó negro sobre blanco en una resolución.
Sánchez tampoco ha planteado, al margen de su no al líder del PP, ninguna mayoría alternativa. Tanto la dirección de Podemos como algunas de las fuerzas nacionalistas consideran que sería oportuno explorar ese plan b. Su viabilidad chocaría, no obstante, con otra de las decisiones del comité federal del PSOE, que rechazó con nitidez la celebración de un referéndum en Cataluña. A partir del miércoles, por tanto, tras conocerse la decisión del PP, la pelota volverá a estar en el tejado el PSOE.
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