Fracasa el intento de Podemos de forzar al PSOE a votar a Domènech
La negociación empeora las relaciones entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez
El plan del líder de Podemos, Pablo Iglesias, para que el PSOE se viera forzado a votar al portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, como presidente del Congreso quedó ayer finalmente frustrado. La operación acabó en un callejón sin salida por dos razones. En primer lugar, el veto de Convergència y del PNV imposibilita que el representante de la alianza catalana de Podemos pase a una hipotética segunda vuelta frente a la candidata del PP, Ana Pastor. Y en segundo lugar, esta pretensión contribuyó a empeorar las relaciones entre Podemos y el PSOE, que solo votará a su aspirante, Patxi López, quien ya presidió la Cámara baja en la anterior legislatura.
Iglesias y Domènech tuvieron la semana pasada, sin avisar a los socialistas, contactos con las formaciones nacionalistas para proponer a Domènech. Después, Podemos dejó las conversaciones en manos de En Comú Podem. No obstante, el líder de la formación intentó ayer una última carta con el PSOE y buscó un acuerdo in extremis. La dirección de Podemos ofreció a los socialistas un “acuerdo de reciprocidad”, según explicó su número dos, Íñigo Errejón, en una conversación informal con periodistas. Es decir, en virtud de este pacto Podemos se comprometía a votar al candidato a Patxi López, si llegaba a la segunda vuelta. A cambio, los 85 diputados encabezados por Pedro Sánchez hubieran tenido que hacer lo mismo con Domènech. El Grupo Parlamentario Socialista rechazó esta oferta. “No hay ningún acuerdo de reciprocidad con Podemos. El PSOE votará a Patxi López”, señalaron fuentes de esa formación.
A favor del referéndum
Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem, la alianza catalana de Podemos, solo tiene garantizados hoy los votos de los 71 diputados de la coalición Unidos Podemos. Pablo Iglesias intentó una operación similar el pasado enero al presentar a Carolina Bescansa como candidata. La figura de Domènech, favorable a la celebración de un referéndum, tenía no obstante un carácter simbólico y por eso buscaba el apoyo de los nacionalistas.
El objetivo de Podemos era prefigurar con un acuerdo para el reparto de los nueve puestos del órgano rector del Congreso la posibilidad de un Gobierno alternativo al PP. “Tanto para este martes como para el Gobierno hay una alternativa. Xavi Domènech representaría un Congreso mucho más plural, mucho más fraternal”, dijo Iglesias. Su estrategia, interpretada como un pulso en las filas socialistas, no tendrá, salvo sorpresa mayúscula, más recorrido.
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