Desde la sorpresa y la curiosidad

Lo primero que un corresponsal de radio colombiana debe explicar a sus oyentes es por qué en España no gobierna quien gana las elecciones, para a continuación aclarar cómo es posible que el perdedor pueda hipotéticamente llegar a ser presidente pactando con otros perdedores o que el presidente en funciones del Gobierno le diga al Rey: “gracias, pero no”.

El siguiente ejercicio de pedagogía electoral y política es complicado incluso para un periodista español, como es mi caso, porque la repetición de las elecciones como circunstancia inédita en la democracia española nos ha colocado en una situación donde no sabemos lo que viene, mientras sospechamos y también tememos la repetición de un panorama similar en lo numérico al del 20-D.

Por su parte, Colombia vive hoy un momento crucial en su historia: la posibilidad real de fin definitivo al terrorismo de las FARC ha atomizado al país de una manera pocas veces vista y ha condicionado no solo la política interior sino que también marca la exterior. Esto sucede hasta tal punto que podría parecer que lo único que interesa del próximo gobierno español en los despachos es que siga apoyando el proceso de La Habana como el actual ejecutivo lo ha hecho. Y ese apoyo parece garantizado puesto que los cuatro grandes partidos (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) han expresado su completa sintonía por el proceso impulsado por el Gobierno de Juan Manuel Santos porque saben que una Colombia en paz es entre otras cosas un aumento de las oportunidades de negocio para las empresas españolas.

Aparte de la paz que está por venir, en Colombia tradicionalmente se observa con interés lo que pasa en España. De hecho sostengo que el colombiano medio bien informado conoce mejor la realidad sociopolítica española que un español la colombiana. Pero además de ese vínculo que tiene mucho de sentimental y de cultural, España sigue siendo el gran valedor de Colombia en las instituciones europeas y un importante socio comercial por lo que la situación en España no solo interesa sino que afecta.

El otro polo de interés de estas elecciones, y de las pasadas, ha sido la aparición de los nuevos partidos. Primero fue Podemos por sus vínculos con Venezuela y últimamente Ciudadanos, que ha aumentado su exposición en los medios colombianos tras el viaje de Albert Rivera a Venezuela. Pero no hay duda de que Podemos es el que más curiosidad suscita no solo por su arrolladora entrada en la política española sino porque es imposible desligarlo de Venezuela. Aunque no sea considerado un partido esencialmente chavista, los vínculos de sus fundadores existen y su mención se considera un elemento descriptivo del partido como cualquier otro.

Es difícil saber si los resultados del próximo día 26 nos darán un nuevo Gobierno o una tercera vuelta, pero lo que sí ha producido este proceso, que comenzó el 20 de diciembre, es un interés renovado y una creciente curiosidad en Colombia sobre la política española.