Robles: “No es generoso el debate interno sobre sillones y liderazgos”
La número dos en la lista del PSOE en Madrid pide al partido que se olvide de las batallas internas
Margarita Robles (León, 1957) tramitó este jueves su petición de excedencia como magistrada del Tribunal Supremo para incorporarse como número dos de la lista del PSOE por Madrid. Lo hizo solo unas horas después de dar el sí a Pedro Sánchez para volver a la política y preocupada por la imagen de división interna. "No es generoso el debate interno sobre sillones y liderazgos", asegura Robles a EL PAÍS para explicar que es necesario dejar trabajar a Pedro Sánchez. En su vuelta a la política, la única condición admitida es la de no participar en mítines tradicionales, porque asegura que no se ve en ese papel, aunque sí quiere tener presencia activa en la campaña electoral.
Pregunta. ¿Por qué se presenta?
Respuesta. Porque creo que en este momento es imprescindible un Gobierno de cambio en España. Ha sido una legislatura de cuatro años de restricción de derechos y la crisis económica ha afectado a las personas, la corrupción se ha extendido y el proyecto que lidera Pedro Sánchez puede servir para ayudar al cambio y sobre todo para hacer políticas para los ciudadanos, sobre todo los más desfavorecidos.
P. ¿Qué puede aportar?
R. Sobre todo mi esfuerzo y trabajo. He tenido especial sensibilidad para las situaciones de desigualdad y con los que lo pasan peor y en los temas de restricción de derechos. Hay que luchar por la igualdad y voy a colaborar en un proyecto que busca una sociedad más justa.
P. ¿Podría cuestionarse que la renovación venga con alguien que ha tenido cargos desde hace más de 20 años?
Me hubiera gustado que hubiera habido un Gobierno. Este país no merece haber estado cuatro meses sin Gobierno y hay que hacer una reflexión
R. Tuve responsabilidad en la secretaría de Estado hace 20 años, pero mi compromiso con los ciudadanos ha estado siempre latente y no vengo a resolver ningún problema, sino a colaborar con hombres y mujeres que trabajan y poner mi granito de arena. Es imprescindible ese Gobierno del cambio.
P. ¿Y la contraposición entre nueva política y la permanencia durante años en cargos públicos?
R. No creo en nueva y vieja política. Creo en compromiso con los ciudadanos y sobre todo los desfavorecidos. En eso no hay nueva ni vieja política. Solo concibo la política en clave de servicio público y ayuda a los ciudadanos y hay o hay nuevos ni viejos, solo actitudes.
P. No quiere participar en mítines, pero ¿hará campaña electoral?
P. Voy a hacer campaña para explicar que debe haber un Gobierno del cambio. La forma de hacer campaña es trabajando y sobre todo que los ciudadanos nos importan y sobre todo que lo sepan los ciudadanos.
P. ¿Garantiza que si el PSOE está en la oposición tras las elecciones seguirá en el escaño o como otros fichajes dejará el acta de diputada?
R. Voy a seguir en el escaño. Me presento a un proyecto ganador y entiendo que el poder legislativo es fundamental y voy a intentar aportar mi granito de arena.
P. ¿Es casualidad que las dos veces que se ha incorporado a la política coincidan con momentos pésimos para el PSOE?
R. No sé si es casualidad. Tampoco sé si el PSOE está mejor o peor. Sé que la situación en España era mala en 1993 y lo es en este momento, y en ese sentido me parece que desde mi experiencia puedo ayudar.
P. De aquella etapa proceden el caso Lasa y Zabala y la cal viva de la que habló Pablo Iglesias en el Congreso.
Respeto a los cinco millones de votantes de Podemos. Cuando una fuerza congrega tantos votantes solo merece mi respeto
R. En aquella época pasaron muchísimas cosas; entre otras, que lo primero es que gracias al esfuerzo que se hizo en esa época se contribuyó de manera muy importante a acabar con el terrorismo de ETA que tanto dolor ha causado en este país. En aquellos años salió a la luz el caso Lasa y Zabala y todo el peso de la ley cayó sobre los responsables, porque teníamos muy claro que cayera quien cayera teníamos que exigir responsabilidades. De aquellos años es el compromiso de las fuerzas de seguridad por unas políticas auténticamente democráticas y la defensa de los derechos y las libertades frente a leyes restrictivas. Aquella época fue complicada y difícil, pero me siento muy orgullosa del trabajo entre 1993 y 1996 porque contribuimos a acabar con el terrorismo y reforzamos los derechos y libertades.
P. ¿Su opinión sobre Felipe González que era entonces presidente del Gobierno?
R. Solo puedo hablar bien de Felipe González durante ese tiempo. En todo lo que gestioné en ese periodo lo hice bajo mi responsabilidad y en ningún caso tuvimos ningún obstáculo por parte de Felipe González y me parece que es justo reconocer que cuando entramos en el ministerio con la idea de acabar con cualquier sombra de atajos en la lucha contra el terrorismo nunca tuvimos obstáculo, sino colaboración de González.
P. ¿Cómo es su relación y opinión de Podemos?
R. Respeto a los cinco millones de votantes de Podemos. Cuando una fuerza congrega tantos votantes solo merece mi respeto y cuando una fuerza quiere trabajar por la democracia hay que respetarla como a cualquier otra fuerza. Sin embargo, entiendo que en este momento quien puede dar mejor respuesta a esa necesidad de cambio es el PSOE, aunque siempre he dicho que para la defensa de derechos y libertades y hacer un país más fuerte nunca sobra nadie. Hay que hacerlo entre todos.
P. ¿Le tantearon para que fuera en sus listas?
R. No me gusta hablar de lo que pasó; sí de la situación actual. Yo he asumido un compromiso de poner mi grano de arena en la candidatura de Sánchez.
P. ¿Le hubiera gustado un pacto con Podemos?
No puedo entender que cuando estamos en esta situación en España que exige un cambio haya personas que se planteen temas internos sobre sillas o sobre liderazgos
R. Me hubiera gustado que hubiera habido un Gobierno. Este país no merece haber estado cuatro meses sin Gobierno y hay que hacer una reflexión, porque cuando los ciudadanos se han pronunciado y la clase política en su conjunto no ha sabido dar respuesta es que algo ha pasado. Nunca miro al pasado, sino al presente y el futuro. No me gusta como ciudadana que los debates sean sobre sillones o pactos. Hay que decir cuáles son las propuestas para solucionar problemas de los ciudadanos, las libertades, la dependencia…
P. ¿Qué responde a las objeciones a las puertas giratorias entre la política y la justicia?
R. Respeto la crítica, pero siempre digo que la política y la judicatura hay que verlas en clave de servicio público a los ciudadanos. En la justicia aplicando la ley y en la política como servicio a los ciudadanos; por eso no me gustan los que piensan en cargos y sillones.
P. ¿Alguna propuesta concreta que quiera aportar?
R. En la justicia es imprescindible un pacto de Estado para que no haya cambios políticos y todos los partidos deben concienciarse de que es una prioridad. Ahora que los jueces luchan contra la corrupción, los desahucios o las cláusulas bancarias abusivas hay que darles medios para que puedan ejercer su labor sin cortapisas. Y una contundencia absoluta contra la corrupción y la crisis para que no recaiga sobre los más desfavorecidos. Dicen que se reduce el paro, pero en qué condiciones, cómo son los contratos temporales y qué se hace con la ley de dependencia, que es uno de los temas prioritarios y que quizás los partidos están dejando al margen.
P. ¿Le preocupa la división interna en el PSOE?
R. Soy independiente y no voy a entrar en los problemas internos del PSOE. Lo que me preocupa más es que no haya una unidad de poner el foco en los ciudadanos. No puedo entender que cuando estamos en esta situación en España que exige un cambio haya personas que se planteen temas internos sobre sillas o sobre liderazgos. Eso no es generoso y es obviar el verdadero problema y solo deberían preocuparnos los problemas de los ciudadanos.
P. ¿Qué le parece como jueza y como política la situación de la jueza y exdiputada de Podemos Victoria Rosell y el contenido de las grabaciones al juez que la denunció?
R. No lo conozco en su integridad, pero si eso que sale en las cintas es así sería absolutamente lamentable. Es imprescindible que lo que haya ocurrido se llegue hasta el final. No puede haber la menor sombra de duda sobre la actuación judicial, porque si la hay al final el que se resiente es el Estado democrático.
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