La traca final
Acabe como acabe, al menos el de Compromís ha sido un movimiento de alguien
En el último momento ha llegado un giro inesperado, que puede acabar en traca final, en fuegos artificiales de los que solo quedará durante un tiempo el humo. Solo una posibilidad remota que vaya a ser una plataforma para evitar las elecciones. Todo parece indicar que será la última traca y su viabilidad tenderá a cero.
Al menos el de Compromís ha sido un movimiento responsable de alguien y, curiosamente, ha llegado desde Valencia después de meses de tanto hablar de un “Gobierno a la valenciana”. Es con seguridad un regalo de Compromís a Pedro Sánchez, en forma de coartada, a sus reticencias a un pacto de izquierdas, aunque con cierta trampa para el socialista.
También, curiosamente, después de meses de intercambios de papeles muy detallados y discutidos, el documento llamado Acuerdo del Prado es una lista de 30 medidas muy genéricas, quizás demasiado para llegar después de tantas horas de negociación y desencuentro.
Por ejemplo, habla de “prohibir las puertas giratorias”, pero precisamente uno de los puntos de discrepancia entre PSOE y Podemos es el alcance temporal de la prohibición de contratar a los ex altos cargos. O se dice “reindustrializar la economía” y ahí cabe todo.
O se incluye como medida número 22 “reformar el sistema fiscal para adoptar una fiscalidad justa, ambiental y solidaria”, cuando es tan genérica que casi hasta el PP la aceptaría en esos términos.
Del capítulo territorial, algo parecido se puede decir de la propuesta de “abordar las crisis territoriales del Estado desde una perspectiva democrática y avanzar hacia un modelo federal”, ¿Con consulta? ¿Con reforma constitucional? Cabe todo y no cabe nada a la vez.
Leyes del PP
Hay también cosas que faltan. Por ejemplo, es llamativo que entre las 30 medidas incluidas de forma apresurada en el documento no se incluya en el documento inicial la derogación del legado normativo del PP, como la ley mordaza o la ley de enjuiciamiento criminal, entre otras. Solo en la contrapropuesta del PSOE sí está la derogación de la ley mordaza.
Significativamente, también en las medidas que incluye hay un capítulo de discrepancias llamativas. Es el caso de la medida 15 que Compromís propone y que dice “derogar las reformas laborales de 2010 y 2012”, es decir, la de Rajoy y la de Zapatero. El PSOE solo había aceptado derogar la del PP y Podemos mantenía derogar las dos, pero en las últimas negociaciones aceptó remitirse a la de los socialistas. La contrapropuesta socialista habla de "derogar la reforma laboral", sin concretar cuál.
Los socialistas también matizan la propuesta antidesahucios, el cambio del artículo 135 y la renta garantizada de ciudadanía. Es decir, algunas de las más concretas.
En todo caso, la propuesta de última hora de Compromís ha sido un regalo al PSOE porque le permite en el último momento combatir la idea de que no ha querido un Gobierno de izquierdas. “Le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar”, decían en El Padrino y con las evidentes diferencias es aplicable a este caso, porque, termine o no en acuerdo, a Pedro Sánchez le proporciona oxígeno cuando no tenía relato de querer un pacto de izquierdas. La coartada que necesitaba antes de ir a elecciones.
Y además, le llega al PSOE desde un partido que fue con Podemos en las elecciones generales, lo que garantiza una cierta credibilidad y legitimidad entre electores del partido de Pablo Iglesias. Quizás por eso ha irritado tanto a Podemos.
Contrapropuestas
A su vez, las tres contrapropuestas del PSOE incurren en algunas de esas inconcreciones. Así, la de apoyar dos presupuestos es casi un cheque en blanco, sin saber su contenido; la de los independientes depende quién y en qué número se propongan y solo la cuestión de confianza es tangible.
Por supuesto que dejaría fuera por voluntad propia a Ciudadanos, que ni siquiera aparece como hipotético firmante, pese al empeño de los socialistas por conservar aquel acuerdo. Sánchez sigue atado por ese pacto con Albert Rivera y no está por romper.
Es difícil de entender también que el socialista se haya guardado hasta ahora lo de la cuestión de confianza en 2018 y el Gobierno de independientes. No se entiende.
Desde el punto de vista general da que pensar si no hubiera sido posible una oferta similar mucho antes y nos hubiéramos ahorrado todo esto. Y también podía poner en una tesitura complicada al Rey en el último minuto si hubiera avanzado.
El día 27 acaba, de hecho, el plazo para poner en marcha una investidura con opciones de llegar a segunda vuelta de mayoría simple. A partir de ese momento solo sería posible una investidura por mayoría absoluta y no parece posible. Obviamente Compromis no suma con el PSOE, pero sí se completaría una mayoría con los partidos que aparecen como posibles firmantes en su propuesta de última hora. El problema es que desde hace tiempo nadie quiere realmente el acuerdo y habrá que ir a lo que falsamente algunos llaman doble vuelta.
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