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La viuda de Casas pide a Iglesias una condena más enérgica a ETA

Considera insuficientes sus palabras sobre las víctimas y se muestra dolida ante sus afirmaciones sobre Otegi

Francesco Manetto
Iñigo Urkullu (i), saluda a Bárbara Dürkhop, viuda de Enrique Casas.
Iñigo Urkullu (i), saluda a Bárbara Dürkhop, viuda de Enrique Casas.J. Herrero (EFE)
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“Señor Iglesias, solo conoce la historia por lo que ha leído o le han contado, pero nosotros la hemos sufrido”. La historia a la que se refiere Barbara Dürkhop es la de su marido, Enrique Casas, senador socialista asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, una escisión de ETA, en 1984, y la suya propia, vivida con escolta y bajo amenaza durante 12 años. En una carta abierta que publica EL PAÍS, Dürkhop reprocha al líder de Podemos tibieza en su lectura del pasado en Euskadi y en la condena, en su opinión no suficientemente enérgica, de la banda y su entorno.

“Condeno el terrorismo de ETA, y la duda ofende”, declaró Pablo Iglesias en TVE después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo y después de que en una entrevista en la revista británica New Left Reviewse refiriese al conflicto vasco como “problema político trágico”. Para Dürkhop, exdiputada del PSOE en el Parlamento Europeo, no es suficiente. Su crítica, de hecho, se centra en la que Iglesias considera la dimensión política del problema.

La viuda de Casas afirma que comparte una parte del programa de Podemos y declara con orgullo formar parte de la llamada “generación del 68”. Precisamente desde esa premisa mueve una crítica al análisis y al lenguaje del líder de esa formación sobre el terrorismo de ETA. En su opinión, que se basa en manifestaciones públicas del propio Iglesias, este no ha entendido el alcance de los problemas de convivencias en Euskadi.

Considera insuficientes, en definitiva, sus palabras sobre las víctimas y se muestra dolida ante sus afirmaciones sobre Arnaldo Otegi, al que la izquierda abertzale ensalza como “hombre de paz”. La postura del secretario general de Podemos, que aludió a él como a un preso político, provocó el rechazo de la mayoría de las fuerzas políticas. Iglesias se enzarzó en las redes sociales con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y también los socialistas criticaron con dureza esas declaraciones. En este contexto, la carta de Dürkhop apunta a que hay diferencias entre los planteamientos de la socialdemocracia y Podemos, que el pasado 20-D fue la fuerza más votada en Euskadi.

“Pedirá disculpas”

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“Me va a permitir”, escribe, “que le diga cuales son los verdaderos presos políticos. Todos a los cuales, el dedo de su ‘hombre de la paz’ señalaba, mandándoles a la paz eterna. Y por ende, a sus familiares a la cárcel del día a día de toda su vida: la cárcel de la ausencia”. Iglesias no se ha referido al dirigente abertzale con esa calificación, pero la mañana de su excarcelación, el pasado 1 de marzo, afirmó en su cuenta de Twitter: “La libertad de Otegi es una buena noticia para los demócratas. Nadie debería ir a la cárcel por sus ideas”.

Ese mismo día, el de Podemos trató de matizar su mensaje en los pasillos del Congreso de los Diputados. ¿Cree que Otegi debe pedir perdón a las víctimas?, le preguntaron. “Por supuesto que sí, creo que hablar de un futuro de paz en el País Vasco y en España implica asumir y reconocer la propia responsabilidad y pedir disculpas y estoy convencidos de que el señor Otegi, que me parece un gran político, estará a altura y sabrá pedir disculpas cuando sea necesario”, afirmó Iglesias.

El secretario general de Podemos fue criticado en otra ocasión por sus manifestaciones sobre ETA. Fue justo después de las elecciones europeas de 2014, cuando, durante un desayuno informativo en el Ritz, habló de las "explicaciones políticas" que, en su opinión, hay que analizar para llegar a entender el alcance del terrorismo en la historia reciente. “Teniendo claro mi rechazo y mi condena a actos que arrebataron la vida a cientos de personas, trataría de comprender las claves políticas fundamentales", afirmó. En otras ocasiones, Iglesias ha condenado públicamente a ETA.

“¿Pero usted cree que el asesinato de mi marido, el emigrante socialista andaluz, se justifica porque fueron otros tiempos? ¿Y a qué conflicto político se refiere?", le pregunta Dürkhop. "Señor Iglesias, le recuerdo que en 1984, fecha en la que asesinan a mi marido, ya existía la democracia en este país", prosigue.

La viuda de Enrique Casas reconoce haber experimentado, en los sesenta, lo que califica de "euforia revolucionaria", aunque asegura que ese compromiso fue el que le enseñó que "el futuro no pasa por despreciar e ignorar el pasado, ni por intentar humillar al adversario político". "Usted", le reprocha, "solo conoce la historia por lo que ha leído o le han contado pero nosotros la hemos sufrido. No le pido que se ponga en nuestro lugar, solo le pido que no lo haga en el de ellos".

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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