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Málaga vive su primer día de huelga del servicio de recogida de basuras

Los trabajadores y la dirección de la empresa Limasa rompen las negociaciones

La Policía Local de Málaga vigila la salida de los servicios mínimos, este martes.
La Policía Local de Málaga vigila la salida de los servicios mínimos, este martes.GARCÍA-SANTOS
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Málaga vive este martes el primer día de una huelga indefinida de basura. El conflicto laboral se produce apenas dos años después del último paro de los trabajadores de la limpieza, que tuvo lugar en diciembre de 2013 y se prolongó durante cuatro días que dejaron 1.600 toneladas de residuos acumulados en las calles de la capital malagueña. A pesar de las llamadas al diálogo del Gobierno andaluz, las negociaciones entre la empresa mixta Limasa (participada en un 49% por el Ayuntamiento) y los representantes sindicales han quedado rotas esta mañana tras una reunión que apenas ha durado una hora.

La paga de productividad, el reparto de los días de vacaciones y el descanso íntegro los fines de semana por parte de la plantilla fija (algo más de 1.350 trabajadores) son los puntos de fondo del conflicto. Especialmente, el primero. Esa paga no se cobra desde 2013 y el comité de empresa pretende recuperar una parte en 2016. La última oferta del Ayuntamiento retrasa a 2017 el abono de 867,9 euros y a 2018, un total de 1.119 euros (276 euros fijos y el resto condicionado a que no haya absentismo laboral).

“No vamos a claudicar. Nos ponen 20.000 excusas, no quieren”, ha dicho airado el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, al abandonar esta mañana la última reunión con el edil de Medio Ambiente, Raúl Jiménez. En ese encuentro se ha abordado la propuesta que lanzó ayer por la tarde in extremis el alcalde, el popular Francisco de la Torre, pocas horas antes de la medianoche, momento en que se escenificó el inicio de la huelga con los camiones del cambio de turno.

La Junta ha fijado unos servicios mínimos de recogida de residuos y limpieza viaria del 50% en el centro histórico y del 40% en el resto de la ciudad. Si el paro indefinido llegara a la Semana Santa, tradicional temporada turística alta en la capital de la Costa del Sol, en el casco antiguo se elevarían hasta el 65%. Estas calles son puntos sensibles por la presencia masiva de negocios de hostelería y la basura ya ha comenzado a desbordar algunos contenedores.

Los trabajadores afrontan el conflicto laboral con una sentencia judicial, dictada en diciembre pasado, que les dio la razón y estableció que el único convenio laboral vigente en Limasa (el 51% de la sociedad que no es público está en manos de tres socios privados) es el de 2010-2012, previo a los recortes que motivaron el paro indefinido de hace dos años. Ese documento recoge la paga de productividad y el disfrute de cuatro semanas de vacaciones en verano y una en invierno.

El descanso de los fines de semana también está en liza, aunque en este asunto parece existir acuerdo entre las dos partes. Los trabajadores pretenden recuperar el descanso íntegro (sábados y domingo) durante todo el año, medida en la que la empresa parece dispuesta a ceder. Esto obligaría a la contratación de 200 trabajadores eventuales o domingueros. En cuanto a las vacaciones, la propuesta municipal, retirada en el momento en que han quedado rotos los contactos, ofertaba 15 días en temporada estival (entre junio y septiembre) y 21 jornadas entre los ocho meses restantes.

El de los trabajadores de la limpieza es un conflicto recurrente en Málaga. El paro indefinido en las vísperas de la Navidad de 2013 se cerró en falso y esa falta de concreción ha derivado en la actual huelga. Hace apenas dos meses, en diciembre de 2015, hubo un nuevo amago que se desactivó poco antes de iniciarse.

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