Matas se resiste a un pacto con el fiscal para admitir sus delitos
El expresidente balear negociaba con el ministerio público una confesión a cambio de una rebaja en la pena
La primera jornada del juicio del caso Nóos, que se celebra hoy, permitirá previsiblemente conocer —o al menos atisbar— las estrategias de defensa de algunos de los principales acusados en la trama de desvío de fondos públicos al Instituto Nóos, presidido por Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina. El expresidente de Baleares Jaume Matas, de quien se especulaba que podría llegar a un pacto con el fiscal para reconocer parte de sus delitos a cambio de obtener una sustancial rebaja en la condena, parece haberse echado atrás en los momentos previos a la vista oral. Después de haber puesto a disposición de la Audiencia de Baleares, el pasado enero, la mitad de su palacete de Palma para obtener la atenuante de reparación del daño en el caso Nóos, Matas se resiste ahora a firmar una confesión global, según fuentes jurídicas.
El expresidente autonómico se enfrenta a una petición del fiscal de 11 años de cárcel por un delito continuado de malversación en concurso con prevaricación y falsedad documental, y otro delito de fraude a la Administración pública. Matas, el cargo político de mayor rango de cuantos se sientan en el banquillo del caso Nóos, está acusado de saltarse la ley para otorgar contratos millonarios a Urdangarin guiado por la “posición social y el área de influencia” del cuñado de Felipe VI.
No es la primera vez que Matas, defendido por el abogado José Zaforteza, amaga con confesar los delitos para reducir sus posibles condenas en al menos cuatro causas —el caso Nóos, el caso Over MC de financiación del PP balear, el caso del hospital Son Espases y las piezas del velódromo Palma Arena— y luego se echa atrás en su intención.
En el caso Nóos, según fuentes jurídicas, pesa otro factor: la fiscalía no es la única acusación con quien Matas debe ponerse de acuerdo. El expresidente balear debería conseguir que el sindicato Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, y la Abogacía del Estado, que representa al Gobierno de Baleares, rebajaran su petición de pena en caso de confesar los delitos.
Un hipotético acuerdo de Matas con el fiscal complicaría en gran medida el horizonte penal de Iñaki Urdangarin y de su socio en el Instituto Nóos, Diego Torres. Sin embargo, el propio Matas puede verse perjudicado si los altos cargos de su Gobierno procesados en la causa alcanzan por su parte acuerdos de conformidad con el fiscal Pedro Horrach. El primer procesado en declarar hoy martes será José Luis Pepote Ballester, exmedallista olímpico de vela y ex director general de Deportes del Gobierno balear. Ballester ya contó al juez instructor del caso Nóos, José Castro, que Matas le ordenó que diese el visto bueno “a todo lo que viniese de Urdangarin”.
El ex alto cargo balear, y antiguo amigo de Urdangarin, favoreció el contacto entre este y Matas. Por su confesión, el fiscal, que le acusa de prevaricación, malversación, fraude a la administración y falsedad en documento pide para él una pena de solo dos años de prisión.
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