Detenidos por encerrar a su hermano desnudo y sucio durante años
La víctima, de cuya pensión se beneficiaban los acusados, sobrevivía en un palomar sin techo, agua ni servicio
Desnudo, con un sucio colchón como cama, sin agua ni baño y encerrado en un palomar sin techo de tres metros cuadrados. Así ha hallado la policía a un hombre en Dos Hermanas (Sevilla), supuestamente recluido por sus dos hermanos, un varón de 76 años y una mujer de 61. Según la policía, le mantenían encerrado mientras vivían de su pensión, de 1.000 euros. Ambos han sido detenidos y la víctima, con problemas mentales y de 59 años, está ingresado en el hospital de Valme.
Carlos ha conocido el infierno en vida. Durante los últimos años, un tiempo que ni la policía ni sus vecinos han sabido precisar, ha sobrevivido recluido en un antiguo palomar usado como trastero, sin agua corriente y sin acceso al baño de la casa. Hacía sus necesidades en un cubo y en botellas, dormía sobre un mugriento colchón y estaba desnudo.
En este estado le han mantenido sus hermanos mientras se aprovechaban de la pensión de 1.000 euros que cobraba desde que, siendo muy joven, fue atropellado. Desde ese momento, Carlos sufría daños cerebrales y recorría habitualmente el pueblo de Dos Hermanas, donde era muy conocido, con su eterno cigarro en la boca y su peculiar andar.
Sin embargo, nunca dio problemas. Los vecinos le conocían como Piernaslengas, por la forma de andar tras el accidente. “Era muy conocido. Lo veíamos a menudo por aquí y por la plaza del Ayuntamiento [situada a ocho minutos a pie de su casa] dando paseos. Después dejamos de verlo y nos dijeron que lo habían internado”, narró ayer un vecino quien prefirió no ser identificado al residir muy cerca de la vivienda donde han ocurrido los hechos.
Pero Carlos no estaba internado en centro alguno. Estaba recluido por sus propios hermanos, miembros de una familia sin más recursos que su pensión y con comportamientos antisociales, según explicaron los residentes de la calle.
El hallazgo del espeluznante estado en el que se encontraba Carlos fue fortuito. Un vecino advirtió a la policía de un hombre ebrio que estaba causando molestias en un establecimiento de la localidad sevillana. El individuo accedió a ser acompañado a su domicilio, donde los agentes observaron una puerta cerrada con un candado de moto. El vecino afirmó que tras la puerta estaba su hermano, a quien tenían en custodia por problemas mentales y que, “por seguridad”, estaba aislado.
La hermana de este hombre, que también se encontraba en el domicilio, informó que ella era la responsable de administrar la pensión y procurar a todos alimentos, higiene y medicamentos.
Pero los agentes desconfiaron del relato de ambos y pidieron ver al hermano ausente. Tras la puerta cerrada con el candado hallaron otra castigada con un madero. Detrás de esta encontraron una escalera casi derruida que daba acceso a un palomar en la terraza, donde hallaron el terrible escenario donde era maltratado el hombre.
Al raso, sobre un sucio colchón y entre botellas y cubos llenos de desechos y heces, descansaba un hombre completamente desnudo, tumbado y sin cuidado higiénico alguno.
De inmediato, el hombre fue trasladado al hospital Virgen de Valme de Sevilla para ser atendido. En el centro sanitario detectaron que el hombre no había pasado reconocimiento médico alguno desde 1996, casi 20 años durante los que su estado ha ido empeorando. El hombre presenta signos de malnutrición e infecciones por la falta de higiene.
Los dos hermanos de la víctima fueron detenidos como presuntos autores de delitos contra la integridad moral, de malos tratos en el ámbito familiar y detención ilegal. Ambos han quedado en libertad con cargos, pero no han vuelto por el domicilio de Dos Hermanas, donde los vecinos están indignados.
La policía no cuenta con denuncias previas de ninguno de los detenidos ni por maltrato ni por otros hechos. Tampoco había recibido quejas ni avisos de vecinos de la familia, por lo que el caso de Carlos había pasado inadvertido.
Los vecinos explican que los hermanos no se hablaban con los vecinos ni nadie quería hablar con ellos. Una de las residentes en la calle que se interesó por Carlos al notar su ausencia le dijeron que estaba en una “residencia” y lo consideró creíble. Pero, durante todo este tiempo, nunca se escucharon gritos ni llamadas de socorro del recluido, que asumió su situación e intentó sobrevivir.
La casa donde se ha realizado el hallazgo es una vivienda unifamiliar, de una sola planta y unos cuatro metros de fachada, donde se observa una puerta metálica verde y una única ventana enrejada y cubierta con una persiana. Sobre la azotea se había construido el palomar donde ha permanecido encerrado el hombre.
La vivienda no se encuentra aislada sino que forma parte de una calle situada en pleno centro geográfico de la localidad, de 130.000 habitantes y unida a la capital andaluza. Junto a la casa donde se han registrado los hechos hay dos viviendas más de la misma altura.
"Los hermanos sí eran malos"
“Los hermanos sí que eran malos”. Fue la explicación de Juan C., uno de los vecinos de Carlos, el hombre hallado encerrado en un palomar en Dos Hermanas y que, al igual que el resto de vecinos, prefiere que no se identifique su apellido. Juan afirma que Carlos nunca hizo daño y que era muy querido por los vecinos. Todo el mundo le conocía, a él y a sus hermanos, a los que sí temían.
Nadie se relacionaba con ellos y todos les atribuyen algún desorden mental que les ha llevado a mantener a su hermano en penosas condiciones. Con los tres vivió la madre de la familia hasta hace unos años, que no supieron precisar, cuando falleció y dejó desamparado al menor de los hermanos, de quien se aprovecharon los dos acusados.
Los vecinos se debatían ayer entre el asombro por el suceso y la sensación de que era previsible. “Algo tenía que pasar”, resumió una vecina.
La consejera de Asuntos Sociales, María José Sánchez Rubio, llamó a la "reflexión" ante sucesos como estos y condenó cualquier tipo de maltrato, que se dan en todos los ámbitos.
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