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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Acosado por todos

Pedro Sánchez ha superado los ataques del resto de los candidatos y se ha crecido pese a la frialdad de los suyos

Pedro Sánchez comentaba esta misma semana que es como si llevara tres años de campaña. Una forma de decir que se le ha hecho muy larga, porque ha tenido que hacer frente a los ataques de sus principales competidores (PP, Ciudadanos y Podemos) y a la frialdad de sus propios compañeros de partido.

El secretario general del PSOE ha superado el acoso sufrido a derecha e izquierda y se ha crecido al final, tras el cara a cara con el presidente del Gobierno, en el que salió el político agresivo que necesitaba ganar el debate para sobrevivir. Y lo ganó, tras acorralar a Mariano Rajoy con la corrupción y la desigualdad.

El líder socialista quiso empezar su andadura hacia las elecciones de hoy dos meses antes y en un lugar emblemático para su vida: el polideportivo Antonio Magariños. El campo en el que Sánchez jugaba al baloncesto en su querido Estudiantes y al que dieron el nombre de un profesor de latín del Instituto Ramiro de Maeztu que creó el club. Quería recibir el espíritu de su equipo (“que la fuerza te acompañe”, como dicen en Stars Wars), para acometer la durísima andadura que tenía por delante.

Desde entonces, Pedro Sánchez ha realizado 183 actos en 60 días (tres por día, de media) y ha visitado más de 36 provincias. Jornadas maratonianas que le han exigido un gran desgaste físico, aunque con sus 43 años ha aguantado el tirón con cierta solvencia. Eso sí, algunas veces no podía ocultar la tensión o incluso el mal humor antes determinados ataques de sus oponentes.

Las primeras semanas se le veía algo solo. Los pesos pesados del partido no mostraron demasiado interés por viajar con él. Pero a medida que avanzaba la precampaña y, sobre todo, las dos semanas de campaña, fue aumentando la presencia de otros líderes socialistas. Felipe González, Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero se sumaron a los barones regionales en el sprint final en busca de la remontada.

Las encuestas no le han sido muy favorables. Ha conseguido mantener un suelo firme en el entorno del 21% de los votos, pero no ha logrado cerrar la brecha que iba abriendo el PP o frenar la remontada de Podemos. Lo ha intentado con propuestas, con ataques a sus oponentes y hasta con sentido del humor, pero las cifras se han mantenido impasibles.

Pedro Sánchez ha celebrado tres debates electorales. En el primero, organizado por EL PAÍS, recibió el fuego cruzado de sus dos oponentes, a derecha e izquierda. En el segundo, el lider socialista estuvo mejor y consiguió poner en evidencia a Pablo Iglesias y a Albert Rivera. Pero fue el cara a cara con Rajoy el que despertó la fiera política que lleva dentro.

El líder socialista ha acabado la campaña agotado física y mentalmente. Sabe que hoy no sólo se juega el futuro del PSOE, sino el suyo propio, y la cota de los 100 escaños, y las diferencias con PP y Podemos, serán la vara de medir para saber si seguirá o no al frente del partido.

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