Precariedad gubernamental
La campaña se agota y el partido del Gobierno y su líder ya no ocultan que vamos terminando como empezamos: con el espectro de la precariedad. La precariedad laboral generalizada ahora amenaza con trasladarse a la precariedad gubernamental.
La hipótesis de trabajo bajo la cual habían comenzado estas dos semanas de agitación política parece convertirse en hecho al cabo de las mismas.
Aunque los partidos hacen sus sondeos reservados -la legislación vigente prohibe publicar encuestas desde el pasado lunes- lo que queda del día en materia de tendencias, el tracking público vaya, lo cuenta a diario El Periòdic d'Andorra. Y la posible victoria del PP sigue siendo, según el sondeo del martes y miércoles, publicado el jueves, día 17, a las 12 horas, corta. Tan corta que la suma de PP, que gana con un 26,5% y entre 108 y 112 diputados, y Ciudadanos, en caída, con 15,9% y entre 59 y 64 escaños, ya no garantizan, juntos, la mayoría absoluta. Mientras, el PSOE, aguanta con 21%, y entre 83-87 escaños, con Podemos pisándole los talones, alcanzando un 20,4%, 71-75 diputados.
Ni siquiera los inquilinos de La Moncloa rehúyen hablar del fantasma. Y se describen abiertamente, las combinaciones posibles: PP-Ciudadanos, PP-PSOE sin Sánchez....
Hemos apuntado aquí que ha habido un antes y un después en estos quince días.
Hasta el lunes, a las 23.06, presenciamos el espectáculo de los debates a tres, sin Mariano Rajoy, o a cuatro, también sin Rajoy. Pero a la hora señalada, Pedro Sánchez, acusó a cuenta de su actitud personal -sms a Luis Bárcenas, entre otras conductas- frente a los casos de corrupción-especialmente, la contabilidad B del PP- al candidato del PP de no ser decente.
Y unos minutos después, a las 23.11 el clímax se prolongaba cuando unió la política del PP frente a crisis económica y social, por un lado, y la corrupción, por el otro, en una breve oración:
-Usted lo que ha hecho es recortar todo menos la corrupción de su partido.
Lo que podría llamarse la troika de la buena educación –PP, Ciudadanos y Podemos- acusó el golpe y confluyó en la denuncia del presunto insulto y la ruptura de las pretendidas reglas de juego por parte del candidato socialista.
El momentum –el impulso como se suele definir en inglés- duró hasta el miércoles por la tarde, cuando el presidente del Gobierno y candidato del PP sufrió el atentado en Pontevedra bajo la forma del potente gancho de un joven de diecisiete años que, cosas de pueblo, ha resultado ser hijo de una prima de Elvira Fernández, esposa de Rajoy.
A partir de ese momento, en ese después, la campaña ha dado un nuevo giro.
Se ha frenado la dinámica abierta el lunes por la noche con el duelo televisivo que vieron 9,6 millones de personas y se ha abierto una nueva fase, de perplejidad y, si se quiere, comprensión/compasión, a raíz de la situación del presidente del Gobierno agredido. La preocupación en Bruselas con la imagen de Angela Merkel acariciando la mejilla todavía amoratada de Rajoy es la imagen de esta nueva etapa.
La campaña, por tanto, sufrió un frenazo en seco.
Todo lo que uno quiere o puede decir ahora está necesariamente limitado por el impacto que ha creado en la sociedad el puñetazo salvaje de Pontevedra.
Además, a nadie se le escapa que esta nueva fase coincide con las últimas horas de la campaña, que suele concentrar los mensajes quizá más duros, definitivos.
Si dibujáramos la campaña como una uve doble, tendríamos que empieza en el punto elevado con el debate a tres, al no aceptarse a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en lugar del presidente, en la sede de EL PAÍS, y luego el debate a cuatro en Atresmedia, que sí admite a la vicepresidenta.
A partir de este punto elevado que forman estos debates, la campaña cae y vuelve a subir a la cima el lunes 14 con el duelo Rajoy-Sánchez. El momentum se mantiene el martes y parte del miércoles, hasta las escenas de la tarde en Pontevedra. A partir de allí tenemos la caída.
Una nueva subida hasta el punto más elevado que completaría la última línea de la uve doble parece ya muy difícil a raíz del entorno creado.
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