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Fin del procés y... principio de lo mismo

<span >Mas, con el dirigente y diputado de la CUP Antonio Baños.</span>
Mas, con el dirigente y diputado de la CUP Antonio Baños.

 ¿Se acuerdan de Cataluña?

Pues en el duelo entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, pese a las reiteradas exhortaciones a abordar la cuestión territorial, ninguno de los dos fue más allá de resumir lo que repiten desde hace tiempo. ¿Y por qué diantres es preciso hablar ahora de Cataluña? Veamos. 

Existe la posibilidad de que acudamos a lo que podría llamarse la gran desincronización. O, si se prefiere, a una situación surrealista.

El fracaso de Artur Mas para conseguir en primera y segunda votación su investidura como president de la Generalitat, la ausencia de Govern, la parálisis del Parlament y la intervención del Tribunal Constitucional, han dejado sin efecto la declaración del inicio de desconexión del 9 de noviembre de 2015. El denominado procés sufre un paréntesis que va para los cuarenta días si se parte de la fecha de la resolución anulada.

En paralelo, a partir del 20 de diciembre se puede abrir un paréntesis similar en Madrid si, como predicen los sondeos, el ganador, el Partido Popular, obtiene una mayoría frágil. Rajoy, por tanto, podría encontrarse en una situación similar a la de Mas en estos momentos, abriéndose una fase que podría, teóricamente, durar cuarenta o cincuenta días.

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La desincronización consistiría en esto: la apertura del paréntesis político en España puede coincidir con el cierre del mismo en Cataluña si Mas consigue los dos votos de la CUP, Candidatura de Unidad Popular.

Si se desbloquea la investidura, como propone el dirigente de la CUP y ex diputado David Fernández, pongamos entre el 27 y el 31 de diciembre, Mas podría convocar al Parlament para los primeros días de enero, digamos antes de Reyes, aunque tiene de plazo hasta el sábado 9 de enero. En tal caso, se formaría el Govern y el motor del procés arrancaría de nuevo.

Mientras, en Madrid -siempre que se cumpla la previsión de mayoría frágil- tendríamos cierto vacío político. Se echarían cuentas y se negociarían pactos de gobernabilidad, Rajoy dixit. 

El Govern de Mas daría vida al Parlament y propondría enviar misiones a la Unión Europea y esperar a la formación del nuevo Gobierno en Madrid para proponer algún encuentro. "Tendremos que ir a hablar con ellos", explicó Mas a Josep Cuní el pasado 10 de diciembre.

Al tiempo, las comisiones del Parlament se constituyen y empiezan a trabajar en las leyes de hacienda, seguridad y proceso constituyente, todo ello, insistimos, con un Gobierno en funciones en Madrid y, eso sí, bajo la vigilancia del Tribunal Constitucional y la Audiencia Nacional.

A todo esto, si la previsión de mayoría insuficiente para gobernar en solitario se cumple, tendría lugar una situación distinta a la preexistente en la anterior legislatura: de un Gobierno basado en una mayoría de 186 escaños pasaríamos a un Gobierno más débil apuntalado por las fuerzas políticas que se avengan a ello, habida cuenta de que ninguna de ellas expresa disposición, antes de conocer los resultados del 20-D, a decir palabra sobre pactos.

Esta campaña discurre como si la pesadilla de Cataluña -la necesidad de definir qué hacer para persuadir al 47% del electorado que optó por fuerzas políticas independendistas- ya hubiese desaparecido. Pero como el monstruo del lago Ness, el soberanismo puede estar por levantar cabeza cuando en Madrid se vive una cierta acefalia política. Y en esta campaña, pese a decir día sí, día no, que Cataluña es uno de los retos más importantes, es como si aquí no hubiera pasado nada. Ni pasará nada.

Pero los astros se están conjurando para que pase.

Por de pronto, las actuaciones judiciales -en relación a la financiación de Convergència Democrática de Catalunya y a la familia Pujol- van a conocer un nuevo impulso tras el 20-D, toda vez que la Audiencia Nacional ya tiene la competencia total de las causas y que el juez José de la Mata prepara nuevas diligencias.

Estas actuaciones pueden, ciertamente, cruzarse en el camino de la decisión de la CUP sobre la investidura de Mas.

En todo caso, estamos en unos momentos de calma...antes de la tormenta. 

Comentarios

Metodología: dados de la suerte...Pronóstico: el 27D la CUP envía una butifarra bellamente envuelta en papel de regalo al señor Mas, que se encuentra en la UCI después de haberse despeñado por el barranco de las urnas con todo el equipo de su engendro nonato DiL el 20D, mientras en el parlamento estatal comienza una partidaa cuatro de texas hold'em de lo más entretenida.Ambientación: la famosa tonadilla "1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo...Pa' San Fermín, todos gobernados!!!
Rajoy favorece a los de siempre.No repetirá
Rajoy favorece a los de siempre.No repetirá
A quién votaría Pablo Iglesias? https://www.youtube.com/watch?v=rSWN8j2D0fc
Y vuelta a empezar y así hasta el infinito, ya verás ya

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