Santamaría acusa a Iglesias de usar un lenguaje “sexista y machista”
La 'número dos' del PP denuncia que la Operación Menina no se utilizaría para hombres y reta a los demás a un debate con tacones
No le gusta nada el término acuñado por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, como Operación Menina, para referirse a un posible Plan b de sustitución de Mariano Rajoy tras las elecciones para poder gobernar con el apoyo de Ciudadanos si no se obtienen los escaños suficientes para hacerlo en solitario. Prefiere y lo considera más acertado y propio con la realidad el llamado Efecto Soraya, que utilizan algunos medios de la derecha mediática para subrayar lo que aporta la vicepresidenta y número dos del PP al "equipo" de la candidatura de Rajoy. A Soraya Sáenz de Santamaría le parece que el uso de Operación Menina por Iglesias denota que "estuvo ahí machista" y aunque dice que se lo toma con sentido del humor entiende que ese tipo de "lenguaje sexista" también sirve para "calar a la gente".
La número dos del PP por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría, ha comentado esta mañana en una entrevista electoral de RNE que se sintió "cómoda, bien y a gusto" en el debate a cuatro organizado por Atresmedia el pasado lunes y que tras su conclusión le pareció acertado acudir en representación de Rajoy por el bien del presidente y del partido, para demostrar que son un equipo. No entiende bien el ruido levantado por la masiva presencia de su foto en 1.400 carteles en las faloras de Madrid, al mismo nivel y con el mismo número que el propio Rajoy, y lo justificó por una costumbre que se hacía históricamente en el PP en la época de José María Aznar con Rodrigo Rato y que ahora los responsables de la campaña han decidido recuperar.
Tras subrayar que se toma también "con humor" esos comentarios machistas y sexistas de Iglesias aprovechó para arremeter contra ese tipo de proyectos políticos "personalistas y unipersonales" de los que desconfía frente al "proyecto colectivo" que encabeza Rajoy en el PP. Fue en ese sentido cuando señaló que no ve por ninguna parte en el PP un "plan B por si falla el Plan A", es decir una Operación Soraya por si Ciudadanos exige la retirada de Rajoy para apoyar una investidura de un candidato popular, y recordó que lleva "15 años con el Plan A" porque le dio una oportunidad "y ahora me voy a dejar la piel porque gane otra vez".
Sobre lo que algunos medios de la derecha mediática califican como el Efecto Soraya, la vicepresidenta sí aceptó que le "viene bien para mostrar las diferencias con otros partidos si es para mostrar que en el PP hay equipo". Si el efecto se toma en ese sentido "efectivamente es cierto, es verdad", aceptó. Santamaría insistió en la idea de que el PP tiene un "equipo con experiencia y conocimiento" y que eso es lo que España necesita ahora.
La candidata del PP por Madrid también denunció lo que calificó como Operación Tripartito, es decir una supuesta alianza de las demás principales formaciones, PSOE, Ciudadanos y Podemos, para echar a Rajoy de La Moncloa. Entiende que eso se apreció durante el debate del lunes. Concluye que cuando se le preguntó al respecto a Sánchez dejó correr la especulación y que fue ese momento cuando lo pasó peor el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y que Iglesias optó por no pronunciarse a su emplazamiento de que solo gobierne el que gane y obtenga más votos como ha repetido varias veces el propio Rajoy. Confesó que le "preocupa ese apaño de perdedores" porque se ha demostrado que no funciona bien en los pactos municipales que han permitido gobiernos en ayuntamientos como Madrid y Barcelona.
En esa línea, Santamaría interpretó que no vio en buena forma al líder del PSOE, Pedro Sánchez: "No le veo bien". Y lo justificó en que se le nota que es "rehén de sus decisiones erróneas" con esos pactos locales con varias fuerzas para arrebatar alcaldías en muchos puntos de España al PP, un hecho que cree que "le ha pasado factura".
Soraya Sáenz de Santamaría acusó por otra parte a Iglesias de "tirar a bulto" sobre las acusaciones al PP de ser un partido corrupto y le reprochó que de la misma manera ella podría considerar a Podemos como un partido de "defraudadores" por la polémica del impago de impuestos de Juan Carlos Monedero, al que no citó.
La dirigente del PP aprovechó al final para aclarar que ella no se quitó los tacones durante las pausas del debate del lunes, como dejó correr el líder del PSOE precisamente en la noche del martes durante su intervención en El Hormiguero, y para demostrar la diferencia con la que compiten las mujeres que acuden a este tipo de programas sin atril ni sillas ni ningún tipo de asidero retó a los demás candidatos a un nuevo debate todos con tacones "como nos toca a nosotras". El conductor del programa de RNE le comentó entonces que los tacones no son obligatorios y la número dos del PP replicó: "Ya pero aunque ellos no es que fueran muy altos tampoco vas a ir con zapatillas".
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