Un 70% de los ciudadanos censura que Rajoy rechazase acudir al debate
Solo el presidente suspendió en el debate del lunes, según el sondeo de Metroscopia
Solo Mariano Rajoy suspendió en el debate electoral organizado el lunes por EL PAÍS, según un sondeo de Metroscopia para este periódico. El presidente del Gobierno y cabeza de lista del PP no asistió por voluntad propia a la cita, decisión estratégica que desaprueba el 69% de los electores. Incluso uno de cada cuatro votantes del PP asegura que hubiese preferido que Rajoy acudiera al debate. Los tres participantes —Pedro Sánchez, del PSOE; Albert Rivera, de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, de Podemos— aprueban, con una mínima diferencia de valoración y elevada aceptación entre los suyos.
Al conjunto de los electores no les gusta que los candidatos a la presidencia del Gobierno eludan los debates en vísperas de las elecciones generales. Por eso, una clara mayoría de españoles, hasta un 69%, censura la ausencia de Rajoy del debate organizado el lunes por este periódico con sus tres principales rivales a La Moncloa: Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.
El sondeo de Metroscopia para EL PAÍS asegura que solo el 22% de los consultados entiende la decisión del jefe del Ejecutivo, adoptada por interés estratégico. El atril de Rajoy quedó vacío durante el debate para poner en evidencia su ausencia. Él mismo ha justificado su decisión por continuar con lo que ha sucedido hasta ahora, es decir, que el presidente solo debate con el líder de la oposición. Y así lo hará en la última semana de campaña.
La decisión del cabeza de lista de los populares tiene una elevada aceptación entre sus votantes —un 65%—, pero lo censura uno de cada cuatro: un 24% de los electores del PP entiende que dicha decisión resulta desacertada.
Este dato resulta trascendente, dado que los márgenes que muestran todas las encuestas de intención de voto son tan pequeños que el rechazo de ese porcentaje a una decisión estratégica como la del debate puede ser vital para los populares, siempre y cuando se traduzca en un rechazo en el voto final.
La crítica a la ausencia del candidato con mayores posibilidades de ganar las elecciones del 20 de diciembre, según todas las encuestas, supera lógicamente el 90% cuando se pregunta a los votantes de las otras tres formaciones, cuyos aspirantes a la jefatura del Ejecutivo sí acudieron.
Un seguimiento elevado y en varios soportes
El sondeo de Metroscopia señala que un 26%, es decir uno de cada cuatro potenciales electores consultados, siguió íntegramente o en parte el debate de EL PAÍS, el primero transmitido en España a través de Internet, a través de la web de este diario o de otras que usaron la señal; por emisoras de televisión que ofrecieron la señal, en directo por la cadena SER, por las informaciones ofrecidas desde la noche del lunes por distintos medios de comunicación o por las redes sociales.
El cruce de ese porcentaje de seguimiento con el de indecisos y con la volatilidad del voto sugiere el impacto de este tipo de espacios.
La situación volverá a producirse la próxima semana cuando Rajoy no acuda al debate convocado por Atresmedia y lo haga en su lugar la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. EL PAÍS no aceptó la petición del PP para que se produjera esa misma sustitución y por eso no hubo representación popular el lunes.
Los tres aspirantes a La Moncloa que sí asistieron aprueban, con escasas diferencias entre ellos. Prácticamente supone un empate y, sobre todo, muestra un alto nivel de aceptación entre sus correspondientes electorados. Rivera obtiene un 5,9, Sánchez un 5,8 e Iglesias un 5. A esos datos hay que aplicarles, además del margen de error, el simple factor estadístico de las diferencias en estimación de voto de sus respectivos partidos. Es decir, dado que Ciudadanos supera a los otros dos grupos en las encuestas, aunque sea ligeramente, resulta lógico que logre una nota también algo superior. Ese factor estadístico perjudica a Iglesias, ya que Podemos es, según los sondeos más recientes, el cuarto partido en este momento.
Otro factor a aplicar para entender la nota de cada uno de ellos es el del nivel de aceptación en función del grado de simpatía o adscripción ideológica de los encuestados. Así, Rivera logra una nota de 7,9 entre los electores de Ciudadanos, pero supera ampliamente el aprobado entre los del PP y el PSOE, precisamente los partidos a los que disputa el voto hasta el 20-D.
Sánchez es por escasa diferencia el menos aceptado entre los suyos, con una nota de 7,5 y suspende entre los votantes del PP y los de Podemos, lo que en principio parece lógico. Aprueba ligeramente entre los electores de Ciudadanos.
Iglesias y el PSOE
En el caso de Iglesias la nota global del 5 queda claramente afectada a la baja por el hecho de que Podemos es rotundamente rechazado por los votantes populares. Su media desciende porque estos últimos le dan solo una calificación de 2, algo que con toda seguridad no importunará en absoluto a este partido.
La buena noticia para Iglesias, y pésima para el PSOE, es que su nota entre los votantes socialistas, a los que apeló directamente durante el debate, llega al 6,2.
El sondeo inmediato —sin rigor científico— realizado por la web de este periódico la misma noche del lunes dio como ganador al líder de Podemos con un 47,01%, seguido por el de Ciudadanos con el 28,9% y el del PSOE con el 24,09%. Iglesias aparecía además como ganador en todos los bloques temáticos.
En ese resultado influye la movilización de los electores de cada formación y el porcentaje de los que tienen mayor acceso a Internet. El sondeo de Metroscopia fue realizado este martes, producido ya el rebote en diferentes medios del debate. Por eso puntúan también quienes directamente no lo siguieron el lunes por la noche.
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