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Imputado el exalcalde de Oviedo por supuestos viajes pagados por Agbar

Iglesias Caunedo intenta justificar que costeó los billetes a Nueva York, Croacia y Florida con ahorros y dinero que le regalaron sus tías sin convencer a la juez del 'caso Pokémon'

De izquierda a derecha: Manuel Pecharromán, edil de Gijón; Joaquín Fernández, supuesto conseguidor de Agbar; Agustín Iglesias Caunedo y una amiga de este, Cristina García Montes
De izquierda a derecha: Manuel Pecharromán, edil de Gijón; Joaquín Fernández, supuesto conseguidor de Agbar; Agustín Iglesias Caunedo y una amiga de este, Cristina García Montes

Las excusas del exalcalde popular de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo no han dejado satisfecha a la juez Pilar de Lara, instructora del caso Pokémon contra la corrupción. La magistrada acaba de citar al político para declarar por cohecho y prevaricación en calidad de imputado el 13 de enero de 2016, después de recibir los justificantes y las explicaciones con las que Caunedo pretendía que De Lara diese carpetazo a su asunto: el supuesto pago de tres viajes de placer a Nueva York, Croacia y Florida en 2009 por parte de Asturagua y Aquagest, marcas territoriales del grupo catalán Agbar. La magistrada y el equipo de investigadores de Aduanas que trabajan a sus órdenes creen que estos costosos agasajos tuvieron que ver con la devolución de un importante aval económico a la compañía por el Ayuntamiento de Oviedo aquel año, cuando Caunedo, antes de convertirse en alcalde, era concejal de Hacienda.

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Los viajes, que en total costaron unos 33.000 euros, fueron organizados por Joaquín Fernández Díaz, miembro destacado del PP de Asturias a sueldo de Aquagest que, según los agentes de Vigilancia Aduanera, cumplía la función de "abrelatas" o conseguidor, capaz de franquear las puertas de las diferentes Administraciones a las empresas del grupo Agbar cuando se trataba de hacerse con concesiones de servicios públicos. A estos viajes acudieron siempre Fernández Díaz, Caunedo y Manuel Pecharromán, entonces edil del PP en Gijón. A Nueva York también viajó una amiga íntima de Iglesias Caunedo, que estaba citada para declarar como testigo y telefoneó a última hora al juzgado para advertir de que había decidido no asistir.

Hace más de una semana, la juez dio tres días a Caunedo y Pecharromán para que justificasen sus pagos en aquellos viajes internacionales y, una vez recabadas sus respuestas, ha imputado al primero. La devolución del aval por parte del Ayuntamiento, en contra de la decisión tomada previamente por la Junta de Gobierno, coincide en el tiempo con el viaje a Croacia, en verano de 2009. Según recoge el sumario, los tres viajes fueron pagados en una agencia a nombre de las empresas vinculadas a Agbar. En el ordenador del hombre considerado "abrelatas" de la firma en Asturias se hallaron además anotaciones contables en las que se recogía un listado de gastos de hotel, entradas a espectáculos, comidas y otros dispendios más elocuentes. En el caso de Florida, Fernández escribía "putiferios" y anotaba gastos por 411 euros. En el de Croacia, "putas y varios" en Dubrovnik, que habrían costado 450. Caunedo asegura, y así lo recoge también la instrucción, que en la fecha en la que su amigo apuntaba los "putiferios" él ya había regresado a España, adelantándose unos días a sus compañeros de viaje. En Croacia, sin embargo, permaneció el mismo tiempo que los otros dos miembros del PP asturiano.

Caunedo niega haberse dejado querer por Agbar en ningún momento. En el escrito de justificación que ha presentado ante De Lara dice que "ignoraba" que aquellos viajes fueran facturados "por Asturagua u otras empresas". Según él, los amigos decidieron delegar la organización de todos aquellos viajes en Fernández Díaz porque "había tenido una agencia", pero cada uno aportaba su parte para pagar los pasajes y luego hacían un "fondo común" para los gastos en el extranjero. Así, por ejemplo, en el caso del viaje a Nueva York, aquel al que fueron acompañados también por la amiga de Caunedo, el político pagó 3.500 euros al supuesto "abrelatas" de Agbar, dice, con un dinero en metálico que tenía en casa. Lo había sacado del banco en febrero y en junio del año anterior, en dos ocasiones desde casi un año antes de la fecha del viaje, para comprar algo que, según él, finalmente no compró.

Tías generosas

En el caso de Croacia, según su versión, para pagar su parte a Fernández Díaz le adelantó 2.000 euros el otro compañero de aventuras, Pecharromán. Y en el caso de Florida, ya a finales de 2009, adonde acordaron viajar para celebrar en vivo y en directo "el día de Acción de Gracias", Caunedo empleó unos ahorros que le habían regalado sus tías por el cumpleaños, 1.800 euros en metálico. Además de los extractos bancarios (de él y de sus tías) en las fechas en las que según Caunedo se retiraron esas cantidades, y del "fondo común" con el que viajaba la pandilla, el exalcalde asegura que aparte pagó con su American Express varios gastos y entradas, como las de la ópera en Nueva York y un partido de la NBA.

La magistrada, no obstante, no acepta los argumentos de Caunedo. Los agentes de Aduanas entraron hace poco más de una semana en el Ayuntamiento de Oviedo y comprobaron que hay documentación relativa a la devolución del aval a Aquagest que ha desaparecido. De Lara no se ablanda y lo cita como imputado, a pesar de los lamentos que en su escrito incluye el político. Caunedo se queja de que los medios están haciendo un "uso torticero, sesgado e indebido" de la documentación incorporada al procedimiento.

Asegura que está "sometido a una situación anómala", porque "al socaire de la filtración indiscriminada a los medios, se está llevando a cabo un juicio mediático" contra su persona, "tergiversando los hechos y estableciendo conclusiones erróneas". Es una realidad, protesta a la instructora del caso Pokémon, "permitida e incluso amparada por el juzgado". Esto ha provocado "un debate público que se airea todos los días en la prensa provocando el descrédito y el desmerecimiento de mi persona, atentando contra mi reputación", concluye el líder popular en la capital asturiana. En su opinión, esto tiene "especial gravedad" precisamente por su "actividad" pública.

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