Podemos se lanza en busca del voto de las nuevas clases medias
El partido quiere arañar apoyos en feudos tradicionales del PSOE que ahora también expresan sus preferencias por Ciudadanos
Podemos se lanza a la campaña con el objetivo de hacer frente a uno de sus talones de Aquiles: las clases medias. La estrategia del partido, además de dirigirse a la franja de población que más ha sufrido la crisis, consiste en seducir a un amplio sector de votantes de tendencia progresista que tradicionalmente han apoyado al PSOE y que ahora, según las encuestas, se reparten principalmente entre el Partido Socialista y Ciudadanos. Son lo que el CIS define como “nuevas clases medias”: administrativos y trabajadores del sector servicios.
La estrategia de Podemos tendrá, por tanto, un eje centrado en medidas concretas dirigidas a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y para fomentar el emprendimiento, y otro eje, más emocional, que, en los distintos actos de campaña, apelará a la esfera personal, a las sensibilidades de los votantes y a lo que los operativos del partido llaman “ilusión por el cambio”.
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado jueves, arroja una fotografía precisa. Estas nuevas clases medias, sobre todo administrativos y trabajadores del sector servicios, se decantan, en este orden, por el PSOE (18,5%), el PP (17,7%), Ciudadanos (15,5%) y Podemos (9,9%). En el caso de las llamadas “viejas clases medias”, es decir, propietarios de pequeños negocios y autónomos, ese nivel de “voto más simpatía” desciende para Podemos hasta el 7,9.
El partido que lidera Pablo Iglesias se encuentra en una situación de debilidad respecto a sus adversarios, pero considera que todavía puede dar la batalla en ese terreno. El mensaje lo dejó claro esta semana el propio Iglesias: “Me dirijo a las clases populares y a las clases medias que hoy están pensando que sí se puede y que los suyos están llegando. La clave no somos nosotros, la clave son ellos y ellas, gente anónima que se sonríe, héroes y heroínas cotidianas que pueden quitar a presidentes”.
Lágrimas en Getafe
La escenificación de ese plan para intentar una remontada en la recta final de la campaña se produjo esta semana en un teatro de Getafe (Madrid), donde el secretario general, el jefe de campaña, Íñigo Errejón, y Carolina Bescansa, Pablo Echenique, Irene Montero y Rafael Mayoral leyeron cartas dirigidas a electores, amigos y allegados.
Expusieron las motivaciones por las que creen que merece la pena votar a Podemos, apelando a la razón, pero, sobre todo, a los sentimientos. Bescansa habló a su hija y rompió a llorar, lo que dio pie a un comentario de Pablo Iglesias. “A nosotros en Podemos nos imitan mucho. Anotad emoción, anotad lágrimas, a ver si conseguís hacer que vuestros candidatos lloren. Conseguid hacerles llorar, conseguid que les brillen los ojos. Buena suerte, expertos en marketing”. Este es el reto al que recurrirá el partido emergente durante la campaña: intentar emocionar a los votantes que no tiene ganados.
A ellos les ofrecerá también compromisos que la formación considera clave para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa y del trabajo autónomo. Por ejemplo, “establecer cuotas a la Seguridad Social porcentuales y progresivas en función del rendimiento neto para los autónomos que facturen por encima del salario mínimo y alta gratuita para aquellos que facturen por debajo del salario mínimo”; “posibilitar el pago de las cotizaciones al trimestre en vez de al mes, pagar solo desde que se inicia la actividad”; o “estudiar la posibilidad de desarrollar un régimen de cotizaciones a tiempo parcial, de manera que se pueda estar empleado por cuenta propia a media jornada”. Podemos se compromete también a “reforzar el apoyo a la pequeña empresa entre las actividades del ICO y de la futura banca pública, teniendo en cuenta criterios sociales y estratégicos”, y a “canalizar estos préstamos e inversiones para apoyar la creación de start-ups en sectores intensivos en conocimiento”.
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