El primer debate digital de la democracia, el lunes día 30
EL PAÍS emitirá el próximo 30 de noviembre, de 21.00 a 22.30, el encuentro entre Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias
EL PAÍS emitirá el próximo 30 de noviembre, de nueve a diez y media de la noche, el primer gran debate electoral de la democracia a través de Internet. Se trata de una iniciativa pionera que marca un hito en la historia de los debates políticos en España y el pistoletazo de salida en la carrera hacia La Moncloa de tres candidatos que debutan como cabeza de lista de sus respectivas formaciones a unas elecciones generales: los líderes del PSOE, Pedro Sánchez; de Ciudadanos, Albert Rivera; y de Podemos, Pablo Iglesias. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha declinado la invitación de EL PAÍS.
El debate se retransmitirá desde un plató con público y los espectadores que lo presencien en directo podrán formular preguntas a los candidatos, al igual que los usuarios conectados a la web de EL PAÍS. Contará con una realización propia de un formato televisivo y a la vez aprovechará las ventajas de la web. Será una emisión interactiva. El público de Internet tendrá la opción de acceder a gráficos relacionados con los temas tratados en los distintos bloques en los que se estructura el programa. Estos son algunos de los aspectos pactados ayer con Óscar López, Íñigo Errejón y José Manuel Villegas en representación del PSOE, Podemos y Ciudadanos, respectivamente.
Los candidatos a la presidencia del Gobierno de estas tres formaciones tendrán la oportunidad de lanzar sus mensajes a través de la televisión, el móvil y cualquiera otra plataforma con acceso a Internet. El destino es un electorado que se presume más fragmentado que nunca ante la votación del 20 de diciembre. Millones de personas podrán seguir el debate, tanto en España como en cualquier parte del mundo, especialmente en América Latina, donde reside más de una tercera parte de los lectores de EL PAÍS.
Además de Sánchez, Rivera e Iglesias, EL PAÍS invitó al presidente de Gobierno y candidato a la reelección por el PP, Mariano Rajoy, que ha declinado la oferta. Para elegir a los participantes se han seguido dos criterios objetivos: los resultados de las diferentes elecciones celebradas este año y la media de las encuestas publicadas en los últimos meses, que dan a los candidatos que van a participar una clara distancia sobre el resto de aspirantes.
En campaña, los debates son el acontecimiento que más influye en el voto. Según explica Antonio Caño, director de EL PAÍS, "debates como este pueden cambiar el curso de unas elecciones, ya que generan aceptación o rechazo hacia los candidatos". "Sirven para retratarlos, observar su capacidad dialéctica y comprobar su línea de defensa o ataque ante el oponente; en realidad ayudan al votante a decidir si ve a ese candidato como presidente o no". "Al tratarse de un debate transmitido por Internet”, añade Caño, “se aprovecha también la enorme penetración de ese medio entre los votantes jóvenes y las múltiples posibilidades narrativas que incorpora el ámbito digital".
Aunque en España la mayoría de los debates se han visto precedidos de polémica y nunca se han celebrado cuando gobernaba el PP, países como Suecia los tienen establecidos por ley, y en Estados Unidos las campañas pivotan precisamente sobre los encuentros televisados. En España, los dos cara a cara entre Felipe González (PSOE) y José María Aznar (PP) en 1993 fueron los primeros en ese formato. De las dos citas, la primera (en Antena 3) registró 9,6 millones de telespectadores y la segunda (Telecinco) fue vista por 10,5 millones de personas. Hoy, dos décadas después, la tecnología ofrece la posibilidad de alcanzar una audiencia universal.
Algunas formaciones minoritarias han expresado su disconformidad con la selección de contrincantes. Andrés Herzog, candidato de UPyD, ha pedido en Twitter que su partido esté presente en los debates electorales y rechaza que se limiten a PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. Por su lado, Izquierda Unida considera que "el resto de partidos debería reclamar debates más plurales, en coherencia con una propuesta más democrática". Según fuentes del partido "el problema es de las formaciones, que aceptan debates excluyentes que no representan a la pluralidad democrática del país".
Caño asegura que esos partidos tendrán la cobertura adecuada en otras plataformas de EL PAÍS, y explica que se ha tenido en cuenta las verdaderas posibilidades de los participantes en poder llegar a presidir el próximo Gobierno. "Los sondeos son claros al respecto. Podemos estaba en cabeza a principios de año. Ahora las encuestas reflejan un triple empate entre el PP, el PSOE y Ciudadanos. Son las principales opciones para el votante, sin menoscabo de otros partidos, minoritarios, con una labor tan necesaria y digna como la del resto".
La polémica sobre los debates es una cuestión no resuelta en España, donde la Junta Electoral Central obliga a las televisiones públicas a convocar a todos los grupos parlamentarios (siete en el Congreso actual). Es una excepción. En todos los países se celebran debates solo con los candidatos que tienen verdaderas opciones de gobierno. Por primera vez en décadas, las tienen partidos que no son PSOE o PP.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.