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PP y PSOE blindan el concierto vasco para evitar otra crisis territorial

El Gobierno y Sánchez reafirman que el concierto específico para Euskadi es "intocable"

Javier Casqueiro

El Concierto vasco (el sistema de financiación del País Vasco y Navarra) y el Cupo (la cantidad que aportan a las finanzas del Estado) “no están en cuestión” ni para PP ni para PSOE, los dos primeros partidos del país. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez quisieron zanjar así este jueves cualquier polémica sobre un cambio en esos sistemas “específicos” que “no privilegiados” de financiación para Euskadi y Navarra para evitar ahora otra crisis territorial. El PP culpó a PSOE y Ciudadanos de formular ese ataque y los socialistas le reprocharon a Rajoy que no haya revisado la cuantía del modelo económico vigente.

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó este jueves desde Huesca, donde participó en otra inauguración, en este caso de un embalse, su deseo de que el nuevo modelo de financiación autonómica pueda ser aprobado “por unanimidad, en el primer semestre del año 2016” y que su desarrollo se haga “con el concurso de todos” y “con buena voluntad”.

El propio Gobierno central quiso aclararle este jueves al ejecutivo vasco del peneuvista Íñigo Urkullu, a través de un comunicado oficial del Ministerio de Hacienda, que no se suscribían las críticas que se han reproducido los últimos días por parte de varios presidentes autonómicos a los regímenes forales de Euskadi y Navarra. El Ministerio que dirige Cristóbal Montoro empezó por señalar su “defensa absoluta” de esos convenios “amparados en una larga historia” y “consagrados en su especificidad por la Constitución”. También se apuntó, en el mismo texto, que los dos regímenes han demostrado “su eficacia y eficiencia” para ambas comunidades y que las críticas formuladas por algunas autonomías sobre la evolución del sistema de financiación vigente no reflejan la opinión de ese Ministerio.

 Línea roja para el PP

Hacienda defiende que el mantenimiento de ambos convenios “no es un privilegio y su pervivencia garantiza la articulación” del modelo territorial. Y sella el pronunciamiento con un recordatorio de lo que manifestó Montoro el pasado 8 de julio en el Consejo de Política Fiscal al subrayar que ambos regímenes “no estaban en cuestión”.

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El PP quiso ser igual de contundente y su vicesecretario de Acción Sectorial, Javier Maroto, vasco, remachó además que para su partido esta cuestión era “una línea roja” intocable y se entretuvo en poner ejemplos de cómo el sistema funciona para bien en las épocas buenas y para mal cuando faltan recursos y el Gobierno vasco no puede recurrir a dinero adicional del Ejecutivo central: “A las duras y a las maduras”.

Maroto señaló incluso que a muchos barones territoriales, del PSOE y también del PP, que han apuntado sobre todo que el cupo que Euskadi aporta al Estado debía ser revisado y modificado al alza, lo que les falta es información detallada de cuál es ahora la situación. Y fue ahí cuando reiteró que el balance no tiene que ser siempre positivo y cuando admitió que en algunos casos no se había usado adecuadamente.

Pero lo que el PP quería sobre todo era profundizar en la herida supuestamente abiertamente en el seno del PSOE con este asunto. Varios presidentes autonómicos, y particularmente la andaluza Susana Díaz y el valenciano Ximo Puig, han abogado públicamente estos días por revisar ese cupo de las aportaciones económicas desde el País Vasco a la financiación de competencias estatales.

Urkullu, durante el pleno del Parlamento vasco en Vitoria.
Urkullu, durante el pleno del Parlamento vasco en Vitoria.L. RICO

El propio Pedro Sánchez admitió recientemente, en la Cadena Ser, que habría que actualizar el cupo. “Modular”, dijo, “sin entrar en la esencia del Concierto”. Esa postura, que refrendaron luego la propia Díaz, Puig o Antonio Hernando, el portavoz del PSOE en el Congreso, desató los nervios en el PSE, en el Gobierno vasco y en todos los partidos en ese territorio, porque es en la práctica el único punto que defienden sin fisuras todos.

El líder del PSC, Miquel Iceta, abundó en la misma polémica al rememorar un artículo propio en el que defendía la actualización: “Cupo sí, cuponazo no”. La líder del PSE, Idoia Mendia, defendió, como hizo Javier Maroto del PP, que el sistema no es un privilegio sino lo contrario: aporta dinero a las arcas estatales.

Rivera y Ciudadanos

Pedro Sánchez se vio forzado a intentar frenar la polémica antes de que se reprodujera en el País Vasco una crisis territorial como la que se ha desbocado en Cataluña. Desde Asturias aportó su visión de nuevo sobre el concierto y destacó que “los socialistas se sienten a gusto y cómodos” con el modelo actual y dirigió sus críticas hacia el Gobierno del PP por no haber actualizado el sistema de financiación autonómica, “una de las tareas pendientes para la próxima legislatura”. El líder del PSOE se remitió a la declaración de Granada para recordar que el PSOE “tiene escrito negro sobre blanco” su posición desde el 6 de julio de 2013 que estructura su propuesta constitucional y donde se reconocen “dos cosas que no están puestas en cuestión: la primera es el concierto vasco y la segunda, el cupo vasco”.

El candidato de Ciudadanos a la presidencia, Albert Rivera, ha reiterado por su parte que su partido sí apuesta por un modelo de hacienda común española de corte federal en el que no caben “ni los privilegios ni las haciendas provinciales”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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