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Iglesias y Garzón pugnan por liderar las condiciones de un pacto electoral

Las fuerzas de la izquierda se fragmentan ante las hipótesis de alianzas para las generales

Cayo Lara, Alberto Garzón y Antonio Maillo en el comité político federal de IU
Cayo Lara, Alberto Garzón y Antonio Maillo en el comité político federal de IUClaudio Alvarez (EL PAÍS)

Pablo Iglesias y Alberto Garzón pugnan por el liderazgo de una hipotética candidatura unitaria cuando apenas queda un mes para que Podemos y las fuerzas de la izquierda alternativa puedan cerrar un acuerdo para las generales y registrar el nombre a tiempo. Si no lo logran, se verán abocados a la competición electoral. Iglesias e Íñigo Errejón dejaron claro ayer, en una carta a los simpatizantes, que Podemos “será el nombre y el eje de la candidatura”. Garzón proclamó en cambio: “Quiero ser el candidato de IU y de la unidad popular”.

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Las diferencias entre ambos dirigentes tienen que ver con la fórmula del pacto y con el debate ideológico, puesto que la dirección de Podemos quiere evitar la identificación con la izquierda y reivindica "ideas transversales". Las posturas del secretario general de Podemos y del ganador de las primarias de IU se enmarcan en un contexto crítico, de elevada fragmentación, para la izquierda alternativa al PSOE, que debe decidirse en cinco semanas por alguna de las opciones que están encima de la mesa: la ruptura total en varias candidaturas o el acuerdo para ir en una lista conjunta a las generales del 20 de diciembre.

Llamazares dejará de asistir a los órganos de dirección de IU

Llamazares decidió ayer con los cinco miembros de la dirección de Izquierda Abierta, el partido que lidera dentro de IU, dejar de asistir a los órganos federales de IU por discrepancias con la estrategia de confluencia de la dirección. "No seré cómplice de la disolución de IU, aunque seré el último que apague la luz", señala Llamazares, que, como excoordinador, no quiere en ningún caso abandonar el barco a pesar de sus profundas discrepancias con la estrategia de la dirección. "No me siento representado por Podemos", insiste Llamazares, que cree que se está produciendo una "italianización de la izquierda española, hasta sustituirla por Beppe Grillo". El excoordinador de IU advierte: "Si dejan el espacio vacío de la izquierda, nosotros lo vamos a llenar".
Izquierda Abierta promueve en paralelo una lista conjunta de la izquierda a las generales: Izquierda Abierta, Convocatoria Cívica —iniciativa del exjuez Baltasar Garzón—, Somos Izquierda y Los Verdes, entre otros, se reunieron el pasado miércoles en un centro social de Madrid y pactaron un programa de mínimos. Garzón criticó en ese acto a quienes dicen que "hablar de la izquierda puede restar votos", en referencia a Podemos.

El camino hacia la llamada “unidad popular”, expresión de la que Iglesias y Errejón prescinden en la carta enviada ayer a la militancia, empezó después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. El proyecto consistía en lograr un acuerdo no solo entre el partido emergente y la federación de izquierdas —que está dispuesta a renunciar a sus siglas pero en principio rechaza que sus cuadros se integren como independientes en Podemos— sino también con Equo, distintas fuerzas autonómicas e iniciativas ciudadanas. No obstante, ese camino, donde ha habido dos actores principales —Iglesias y Garzón—, ha fragmentado paradójicamente más que nunca ese espacio, y ahora al menos tres iniciativas diferentes presionan para buscar una papeleta común.

Las consecuencias del 27-S

Tras las elecciones catalanas, con el traspiés electoral de la candidatura de Catalunya Sí que es Pot —que integraba a Podemos, ICV, Esquerra Unida y Equo— el suelo se ha movido en la izquierda. El ensayo de la candidatura conjunta ha resultado por debajo de las expectativas —la coalición ha obtenido 11 diputados, dos menos que los logrados por ICV en solitario en 2012—, mientras que en IU ha cundido el malestar por la presencia y mensaje hegemónicos de Podemos, que no permitió ni la imagen conjunta de Iglesias y Garzón ni la participación de cuadros como José Luis Centella, según fuentes próximas al secretario general del PCE. La “pluralidad” de la campaña de la coalición catalana fue “manifiestamente mejorable”, se quejó ayer Cayo Lara en el Consejo Político Federal de IU.

Por contra, el líder de Podemos y Errejón, responsable de la estrategia de Podemos, expresaron en su carta “la convicción de que mucha gente que está esperando a las generales para votar Podemos no nos encontró el domingo [27 de septiembre] entre las papeletas de los colegios electorales”. Los dos dirigentes reconocen que el nombre de la candidatura era “difícil”, por esto se reafirman en que “Podemos será el nombre y eje articulador de la candidatura del cambio para las elecciones generales”.

La forma de un futuro pacto es precisamente el principal escollo para el acuerdo. Podemos, el actor más fuerte, ha impuesto sus condiciones, que son difíciles de cumplir para el resto. El partido de Iglesias solo llegará a acuerdos a escala territorial —nunca superior a la autonómica—, su marca deberá aparecer siempre en la papeleta en primer lugar, no quiere una “sopa de siglas” —es decir, en principio, solo puede aparecer su marca y no la del resto—, no quiere celebrar primarias conjuntas con otras fuerzas y ofrece huecos en sus listas sin aclarar la fórmula de integración de los candidatos independientes. Al mismo tiempo, IU, que rechaza ese método, decidió integrarse en Ahora en Común, una plataforma ciudadana nacida para propiciar el pacto que, con dos meses de vida, ha sufrido su primera escisión con el abandono de sus promotores, que están dispuestos a enterrar la marca si no hay primarias conjuntas con Podemos. Para solucionarlo, otra marca acaba de ser registrada: Unidad Popular en Común, propiedad de tres abogados del despacho Boye-Elbal.

Garzón aspira a ser “no solo el candidato de IU, sino de la unidad popular”. Y su declaración de intenciones refleja, además, otra diferencia con Podemos, que tiene que ver con el debate ideológico. El dirigente se reivindicó como “candidato que defienda los principios y valores de la izquierda”. En paralelo, Iglesias y Errejón, rechazaron la identificación con “el margen izquierdo del tablero”.

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