Incertidumbre catalana
La campaña electoral ha finalizado sin haber decantado claramente los argumentos a favor o en contra de la creación de un Estado catalán independiente
La campaña electoral ha finalizado sin haber decantado claramente los argumentos a favor o en contra de la creación de un Estado catalán independiente, sobre todo debido a que el cruce de argumentos no se ha llevado a cabo en debates propiamente dichos, sino en la reiteración de los convencimientos de cada parte. Ha habido un solo debate digno de tal nombre, el protagonizado por el ministro García-Margallo y el líder de ERC, Oriol Junqueras, y al margen de quién sea el que salió mejor parado, resulta insuficiente para inclinar la balanza. Este es un mal dato para los promotores de la independencia de Cataluña e impulsores del carácter plebiscitario de las elecciones de mañana. La campaña no les ha dado la razón y esta era su gran oportunidad. No han desaparecido las dudas de quienes dudaban y más bien se han incrementado las incertidumbres con la, por otra parte, previsible toma de posición en contra de la independencia por importantes agentes económicos. Si pierden, no hay caso, claro está. Pero si ganan, necesitan hacerlo por una mayoría más que clara. No se puede construir un Estado con el 51% de los votos a favor y el 49% en contra. El argumento vale también, sin embargo, para los defensores del statu quo.El inmovilismo es una insensatez cuando la mitad del electorado lo rechaza.
Lo cierto es que se llega al día de la votación habiendo pasado por alto que los dos principales partidos en liza, Convergència, por una parte, y el PP por la otra, se hallan inmersos en grandes escándalos de corrupción. Se llega a la votación sin que la izquierda haya logrado imponer los problemas sociales y económicos en el eje del debate, lo cual permite que tanto a CDC y sus aliados como al PP no se les haya exigido rendición de cuentas por el desastre perpetrado con los recortes de políticas sociales y su acrítico seguimiento del neoliberalismo dictado por la UE desde Bruselas.
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