Una banda que robaba cobre puso en peligro la seguridad de los trenes
La organización criminal, desarticulada por la Guardia Civil y los Mossos, sustraía los cables de seguridad de entrada y salida de los túneles del AVE
Actuaban de noche. Se aproximaban en grupo a su objetivo. Algunos de ellos esperaban en las inmediaciones para vigilar que nadie se aproximara. Robaban cables de cobre de subestaciones eléctricas, instalaciones fotovoltaicas y de las vías del AVE. Según la Guardia Civil componían una organización criminal que ha sido desarticulada en colaboración Los Mossos d'Esquadra. Los investigadores han detenido a 23 hombres a los que acusan de poner en riesgo la seguridad de los trenes en varios puntos de España, ya que desmontaban un elemento básico de detección situado a la entrada y salida de los túneles.
Renfe ha tenido que avisar a los conductores de los AVE de que redujeran la velocidad de 300 a 160 kilómetros por hora en los tramos afectados. Los detenidos son 14 hombres a los que se les acusa de delitos de robo con fuerza y pertenencia a organización criminal. La organización estaba compuesta de dos facciones. Una era la encargada de sustraer el cobre y a ella pertenecen 10 de los detenidos. La otra era un grupo que regentaba dos chatarrerías en L'Hospitalet de Llobregat (253.518 habitantes, Cataluña). Los otros cuatro detenidos formaban parte de esta segunda facción. Todos los arrestados son vecinos de esta localidad catalana.
Las dos chatarrerías no cumplían con los requisitos legales para este tipo de establecimientos e infringían periódicamente la normativa administrativa que las regula. El cobre robado de las vías del AVE se trata de un cableado de seguridad básica que detecta los desprendimientos en la vía de salida y entrada de los túneles. Este sistema obliga a los conductores de los trenes de alta velocidad a reducir y evitar así accidentes. Si no está activo, el maquinista no recibe la información y se pone en riesgo la seguridad de los tramos y de los pasajeros.
La organización criminal preparaba a conciencia sus planes de actuación. Una vez en el lugar donde iban a actuar se repartían las tareas. La mayoría buscaba el material y lo sustraía. El resto, vigilaba. En muchas ocasiones tardaban varias horas ya que se trataba de zonas rurales de difícil acceso. Cortaban el cable y en una zona cercana extraían la funda de protección que lo recubre. El material llegaba a las chatarrerías bien entrada la madrugada, según fuentes de la investigación. Estos establecimientos vendían el cobre a empresas de residuos de mayor tamaño.
El valor total de los daños y las pérdidas económicas asciende a 445.887 euros. La operación, denominada Timu, se ha desarrollado a lo largo del verano con la colaboración de los Mossos d'Esquadra y el grupo de Patrimonio de la Guardia Civil de Valladolid.
Los detenidos pasaron a disposición judicial el pasado viernes y los Juzgados de guardia de Hospitalet de Llobregat y Martorell decretaron el ingreso en prisión de las diez personas que robaban los cables.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.