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Una vida idílica truncada a tiros

Un detenido por matar a un matrimonio de jubilados en británicos en Alicante Él participó en las olimpiadas de Melbourne de 1956 en salto de trampolín

Alejandra Torres Reyes
Peter David Tarsey, el 26 de febrero de 1960, con su prometida, Jean Hellen Biggs. Se casaron al día siguiente y ella adoptó el apellido de él.
Peter David Tarsey, el 26 de febrero de 1960, con su prometida, Jean Hellen Biggs. Se casaron al día siguiente y ella adoptó el apellido de él.Central Press (Getty Images)

David y Jean llevaban la vida del jubilado británico medio en la Costa Blanca. Tenían un chalé con piscina y un amplio jardín, un perro al que llamaban Dominó, amigos con los que siempre quedaban a comer y muchas horas para disfrutar de las ventajas de vivir con un clima estupendo, a 10 minutos del mar, en la localidad alicantina de Xaló. A él le encantaba la jardinería; ella prefería los animales y el reiki. ¿Qué tuvo que pasar para que ambos terminaran con orificios de bala, abrazados, en el sofá de casa? La Guardia Civil ha detenido este jueves a un hombre, un artesano y pintor de origen marroquí, supuestamente relacionado con el caso, seis meses después de que dos amigos de la pareja hallaran los cadáveres.

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Nadie sabe con certeza lo que ocurrió en aquel chalé, rodeado de palmeras y árboles frondosos, con vistas a la montaña. Peter David Tarsey y Jean Hellen Tarsey, de 77 años de edad y 55 de matrimonio, habían llegado al pueblo alicantino hace casi dos décadas. Él, saltador de trampolín que en 1956 compitió las Olimpiadas de Melbourne (Australia) según la prensa británica, salía todas las mañanas para tomarse un café o un té en Casa Aleluya, su bar favorito. Por las tardes, si le apetecía, iba de nuevo y se pedía una caña. Ella, en cambio, se involucraba más en causas solidarias, sobre todo de protección de animales, y ofrecía a sus amigos sesiones de reiki, una práctica japonesa que busca transmitir energía a través de las manos.

Nadie sabe con certeza lo que ocurrió en aquel chalé, pero en un pueblo de 2.700 habitantes, donde todos conocen a todos, no han faltado las teorías. ¿Intentaron robarles? La puerta del piso estaba abierta cuando hallaron sus cuerpos el pasado 29 de marzo, pero, en principio, nada indicaba que hubiera sido forzada. Los vecinos imaginaron, entonces, que podía tratarse de un asesinato y un suicidio. La Guardia Civil barajó esa hipótesis y pensó que estaban ante un posible caso violencia de género, pero no: en la casa faltaba un televisor y un ordenador había sido lanzado a la piscina. ¿El asesino era, entonces, alguien de confianza que pudo entrar en el chalé sin tener que forzar la puerta? ¿Por qué? La casa estaba ordenada y en ella había objetos de valor que estaban intactos.

La pareja, con 55 años de matrimonio, había intentado durante meses vender su piso por unos 230.000 euros

Los agentes hallaron una caja fuerte que, según las evidencias, se dañó cuando alguien intentó abrirla a la fuerza, supuestamente sin éxito. Los Tarsey llevaban un año intentando vender su piso, por el que pedían 230.000 euros, según contó una amiga al diario británico The Telegraph. El matrimonio también había comentado a sus amigos que quería comprar una propiedad en Mallorca, donde reside uno de sus dos hijos y sus nietos. El otro vive en Londres.

La caja fuerte y la venta de la casa son los principales elementos de una historia que no ha dejado de relatarse en las calles de Xaló, donde cada vez es más común escuchar idiomas que no sean el valenciano o castellano. El 40% de los residentes son extranjeros, principalmente británicos, según cifras del Ayuntamiento, aunque el número de alemanes y holandeses ha ido creciendo en los últimos años. Allí, en un pueblo volcado a atender a turistas y residentes con pensiones cobradas en libras, dólares o euros, David y Jean fueron construyendo una vida idílica. Y allí también la construyó el hombre de origen marroquí que ha sido detenido por la muerte de la pareja.

Tarsey, en abril de 1953, durante un entrenamiento en la piscina de la calle Marschall de Londres.
Tarsey, en abril de 1953, durante un entrenamiento en la piscina de la calle Marschall de Londres.Central Press (Getty Images)

El principal sospechoso llegó a Xaló hace unos 15 años y, aunque no forma parte del círculo de amistades del matrimonio, también es conocido entre los vecinos. Antes de su detención, el jueves, vivía en una chabola levantada sobre un terreno que el propietario le ha dejado ocupar a él y a un grupo de rumanos, según los lugareños. "No es exactamente un indigente", remarcan quienes lo conocen, porque lo han visto frecuentar bares con el dinero que ganaba vendiendo artesanías y cuadros que él mismo pintaba. De hecho, el hombre era uno de los comerciantes habituales en el rastro de los sábados.

El fallecido, de 77 años, era un saltador de trampolín que en 1956 compitió las Olimpiadas de Melbourne (Australia)

Allí, en ese popular mercadillo, los vecinos creen que los tres pudieron conocerse: Casa Aleluya, el bar que los Tarsey frecuentaban, queda frente al rastro. David, como le llamaban en inglés o en castellano, acudía prácticamente a diario, "una, dos y hasta tres veces", cuenta la familia que regenta el negocio hace 40 años. Este "bar de toda la vida", de estilo rústico, con terracita y una ventana que da al huerto, era el favorito del británico, que reía cada vez que el dueño hacía un "show" para sus clientes y se paseaba por las mesas con un porrón de vino. "David era amable y divertido. A veces se sentaban en la terraza con el perrito", cuentan en Casa Aleluya. "Eso sí: a él no se le daba muy bien el español. Lo hablaba bastante mal, pero a su esposa le iba mejor e incluso ayudaba a otros extranjeros como intérprete".

Peter Tarsey, en 1956, con 19 años, cuando fue seleccionado para el equipo británico para los Juegos Olímpicos de Melbourne.
Peter Tarsey, en 1956, con 19 años, cuando fue seleccionado para el equipo británico para los Juegos Olímpicos de Melbourne.PA (PA Wire/Press Association Images / Cordon Press)

Del detenido se sabe poco más. Los vecinos describen a un hombre "tranquilo", que vivía en su mundo "sin molestar a nadie". Otros hablan de un "hippie con rastas", que "llamaba mucho la atención" por su aspecto y porque supuestamente "desvariaba" cada vez que bebía. Nadie se explica qué pudo pasar. Fuentes cercanas a la investigación cuentan que, como cada domingo, la pareja había quedado con unos amigos para comer fuera, pero pasaban las horas y no aparecían ni respondían las llamadas. Al no lograr contactar con ellos, los amigos se acercaron al chalé y, con la puerta abierta, vieron dos cadáveres, parcialmente cubiertos por una gabardina.

Un conocido de la pareja, con amigos británicos en común, cuenta que el grupo se quedó en "shock" cuando supo la noticia. Nadie entendía cómo unas personas "tan simpáticas", unos amigos "tan encantadores", "sin enemigos y tan integrados en la comunidad" podían terminar así. Una foto de los Tarsey, tomada el 26 de febrero de 1960, un día antes de la boda, los muestra sonrientes y abrazados. Así, abrazados, también se marcharon.

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Sobre la firma

Alejandra Torres Reyes
Redactora de la Mesa Digital de EL PAÍS. También ha trabajado en la sección de España y en la Edición de América. Antes fue reportera en el diario ‘El Universo’ y en Radio City, en Ecuador. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y máster en Periodismo de EL PAÍS.

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