España ayudará a Irán a hacer sus deberes nucleares con la ONU
La delegación española que visita Teherán estrecha relaciones con el país persa y busca adjudicarse contratos de construcción de infraestructuras
Si se quiere hacer negocios en Irán, hay que hacer como los iraníes. Hasta en tres ocasiones tuvo que avisarle el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a su colega de Fomento, Ana Pastor, de que se le había caído el velo que le cubría la cabeza mientras comparecía en rueda de prensa en Teherán. Temía que la sacara la televisión iraní y que a los clérigos que gobiernan la República Islámica no les hiciera gracia. Hubiera sido un desliz tras una impecable y maratoniana jornada.
La delegación española, encabezada por tres ministros –Margallo, Pastor y el de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria— se ha reunido este lunes con cinco de sus homólogos iraníes —los de Exteriores, Petróleo, Energía, Turismo, Industria y Carreteras—, así como con el alcalde de Teherán y los expresidentes Rafsanyani y Velayati. Ya esta tarde, como corolario, ha sido recibida en audiencia conjunta por el presidente Hasan Rohani.
El acuerdo sobre el programa nuclear iraní del pasado 14 de julio y el esperado levantamiento de las sanciones han abierto una carrera entre los países europeos que olfatean el negocio. No es sorprendente, pues Irán cuenta con una de las mayores reservas de petróleo del mundo y unos 100.000 millones de dólares en fondos congelados en bancos occidentales. "Otros les vendrán con buenas palabras, pero nosotros hemos demostrado que pueden fiarse", ha advertido Margallo a las autoridades iraníes. España cumplió sus compromisos internacionales y aplicó el boicot a Irán, por lo que pagó un alto coste, pero siempre abogó por una solución dialogada y lo seguirá haciendo, prometió el ministro, desde el puesto privilegiado que ahora ocupa: la presidencia del comité de sanciones de Naciones Unidas.
La jornada se ha abierto con un foro de 400 empresarios, medio centenar de ellos españoles; entre otros, los consejeros delegados de Repsol y Cepsa, Josu Jon Imaz y Pedro Miró. Antes de que la UE impusiera el embargo petrolero en 2012, el 14% del crudo consumido en España era de origen iraní. Recuperar la cuota no será fácil. Las petroleras han firmado contratos con suministradores alternativos e Irán necesita cuantiosas inversiones para recuperar su ritmo de producción (actualmente produce 1,3 millones de barriles, que se quieren triplicar) que con el actual precio del crudo no resultan demasiado atractivas.
Las mayores esperanzas están puestas en el plan quinquenal de infraestructuras 2016-20, por valor de 350.000 millones de dólares, que incluye la construcción infraestructuras de transporte (ferrocarriles, carreteras, puertos o aeropuertos) por 40.000. La línea de velocidad alta Teherán-Mashad, por 1.175 millones de dólares, o la ampliación del metro de Teherán (con una previsión de 30 kilómetros anuales) son dos bocados suculentos en un sector en el que las empresas españolas son líderes mundiales. Además, Irán quiere potenciar el turismo, para lo que planea construir 300 nuevos hoteles en la próxima década. Antes tendrán que volver las entidades financieras internacionales, ya que ahora ni siquiera se puede pagar con tarjetas de crédito y menos hacer transacciones.
Todo depende de que el acuerdo sobre el programa nuclear no descarrile. El ministro iraní de Exteriores, Yavad Sarif, asegura que su aplicación va por delante del calendario pactado, que prevé el levantamiento de las sanciones en primavera, una vez que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) certifique que Teherán cumple sus compromisos. El director general de la agencia, Yukiya Amano, visitará Madrid el 26 de octubre y una delegación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) español llegó este martes a Teherán para ayudar a los expertos iraníes a hacer sus deberes, según explicó Margallo.
Pastor, por su parte, ha anunciado la próxima firma de un acuerdo sobre transporte aéreo para establecer vuelos directos, de carga y pasajeros, entre Teherán y Madrid y Barcelona, por los que dos compañías iraníes y una española están "muy interesadas". Como prueba de sintonía política, se firmará un acuerdo sobre consultas regulares entre los ministerios de Exteriores y se prepara, aunque sin fecha, un viaje del presidente español a Teherán. Donde hay "diferentes puntos de vista", según ha reconocido Sarif, es en materia de derechos humanos. No en vano Irán es uno de los países que más aplica la pena de muerte. De momento, se ha acordado celebrar un seminario y hablar de ello.
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