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Narcos arruinados pierden un alijo de cocaína en alta mar

18 detenidos por su implicación en el transporte de la droga, organizado por la banda de El Peque

El último intento desde hace siete meses de narcotraficantes gallegos para introducir un alijo de cocaína por las costas gallegas ha vuelto a fracasar. Una operación fallida que, según fuentes policiales, habría estado codirigida por Francisco Javier Fernández Pomares, El Peque, de Vilanova de Arousa, uno de los 18 detenidos en varias localidades de las Rías Baixas y el sur de España.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo ha decretado ya el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para cuatro de los arrestados, mientras que otros tres imputados han quedado en libertad, informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Estas mismas fuentes añaden que, además de los 12 de Galicia, hay cuatro personas detenidas en el sur de España que pasarán a disposición judicial en otros juzgados y otras dos que permanecen en alta mar, aunque su entrada en la cárcel ya se ordenó el pasado 7 de agosto.

Por el momento se ignora el pesaje del alijo interceptado en el Atlántico tras el abordaje de un barco el pasado fin de semana, aunque se estima que podría alcanzar la tonelada de cocaína. El asalto a la embarcación fue la que desencadenó el operativo policial iniciado este lunes, dirigido por el juzgado de Vigo en el que hoy han comenzado a prestar declaración los detenidos.

Hijo de José Fernández Tourís, un histórico contrabandista de tabaco ya fallecido que desde principios de los años noventa fundó una saga de traficantes, Los Peques, Fernández Pomares cuenta con antecedentes por narcotráfico en relación con otro transporte de más de una tonelada de cocaína en 1997 (Operación Manzanal) por el que cumplió varios años de condena.

Fernández Pomares intentaba recuperarse de una ruinosa situación económica que arrastraba después de perder varios cargamentos, pasar más de siete años en prisión y el embargo de sus bienes por las consiguientes multas económicas, pese a que la familia vendió la herencia que dejó su padre, un hotel en Vilanova de Arousa.

Esta es la segunda operación policial que se desarrolla en Galicia tras la detención en enero de uno de los principales transportistas de droga, Rafael Bugallo Piñeiro, El Mulo, y 13 presuntos miembros de su organización, implicados en el envío de 1,5 toneladas de cocaína valoradas en más de 45 millones de euros.

La actividad de los narcos gallegos -que en la pasada década marcó cotas históricas en el desembarco de cocaína en planeadoras- ha quedado reducida a mínimos por la presión policial que ha desmantelado las mayores organizaciones y la más moderna flota marítima que operaba desde Arousa.

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