Dos ‘bobbies’ británicos patrullan por Mallorca

Una pareja de policías de Reino Unido pisó ayer, por primera vez, la calle Punta Ballena, el punto más conflictivo de Magaluf, en la localidad mallorquina de Calvià, destino turístico preferido de miles de jóvenes, en su mayoría británicos, que se sienten atraídos por una oferta conocida como “turismo de borrachera”, basada en el sol, las discotecas y el alcohol barato. Los agentes participarán en las patrullas mixtas internacionales de atención ciudadana orientadas al turista extranjero como parte de un programa piloto en el litoral español.

Enviados especiales de distintos cuerpos de policía europeos trabajan de manera efectiva en colaboración con las fuerzas de seguridad españolas en las zonas más frecuentadas del litoral por el turismo de masas. En Baleares se han desplegado cuatro agentes de la Bundespolizeialemana, tres carabinieri italianos y dos policías de la Gendarmería francesa. Estos permanecerán en las islas hasta el 30 de agosto.

La llegada de los guardias británicos se ha hecho esperar y será breve, apenas dos semanas. Interior llegó a anunciar que este verano no se estrenarían porque desde el 1 de julio, ante la avalancha del turismo está en marcha el Plan Turismo Seguro. Interior asegura que se han incrementado un 23% los efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado desplegados.

Durante una semana, los agentes Anderson y Williams, perfectamente identificables— son dos bobbies uniformados, con el casco sombrero tradicional— participarán en las patrullas policiales internacionales de Magaluf que, bajo dirección de la Guardia Civil y la Policía Nacional, controlan la seguridad ciudadana y asisten a los turistas en las calles y playas de más frecuentadas por visitantes jóvenes y problemáticos.

“Observar las leyes locales”

En su segunda semana, y última de su estancia en Baleares, el dúo policial británico trabajará en Sant Antoni de Portmany (Ibiza), otro foco de turismo barato y de tensión callejera. La Embajada británica en España ha señalado que la presencia de los agentes servirá para recordar a los turistas la importancia de “observar las leyes y costumbres locales, de forma que sus vacaciones transcurran de forma segura y las puedan disfrutar evitando meterse en problemas o verse involucrados en algún delito”. La intención es que su paso por Mallorca e Ibiza dé además tranquilidad tanto a los turistas británicos como a los residentes de las zonas donde patrullen. El programa piloto también contempla que los agentes puedan asistir a los guardias civiles en investigaciones en las que estén involucrados ciudadanos británicos, ya sea como víctimas, testigos o autores de algún delito.

La delegada del Gobierno en Baleares, Teresa Palmer, destacó que el alojamiento de los delegados policiales internacionales corre a cargo de empresarios hoteleros que cooperan con el plan. “Es uno de los habituales gestos de generosidad del sector hotelero”, dijo. La Delegación del Gobierno resalta que el objetivo es “prestar una atención policial especializada a los turistas del país de origen”, siempre bajo la responsabilidad del agente español que dirige la patrulla.