“En Coria el toro va en nuestro ADN”
Los vecinos del pueblo cacereño defienden "el arraigo" de las fiestas de San Juan El festejo, investigado por la Guardia Civil por matar a los astados de un disparo en la vía
El toro recibe en Coria a las mismas puertas de la ciudad. Junto a la carretera, la estatua de un astado soldado en bronce aguanta el intenso sol que baña el municipio cacereño este jueves. En los bares, cuadros con la imagen del bravo animal inundan las paredes. En las calles, los mismos adoquines recuerdan con leyendas y nombres a los protagonistas de los Sanjuanes, los festejos populares que tienen como eje central a los morlacos, que recorren las calles del casco histórico hasta que caen abatidos. “El toro va en nuestro ADN”, sentencia Almudena Domingo, teniente de alcalde de esta localidad de poco más de 12.000 habitantes, que ha recibido asombrada el veredicto de la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, con sede en Madrid. El sacrificio de Guapetón, uno de los animales utilizados el pasado junio, con un disparo de escopeta en plena vía pública y rodeados de vecinos, “puede constituir una infracción grave” de la Ley de Seguridad Ciudadana.
El Ayuntamiento, los organizadores y la Delegación del Gobierno en Extremadura no dan crédito. “Los festejos se celebraron con total normalidad, según recogen las ordenanzas y con todas las autorizaciones correspondientes”, defiende Cristina Herrera, la representante del Ejecutivo en la comunidad. “El cazador tenía todos los permisos. Nosotros estamos muy tranquilos porque esto no va a llegar a ningún sitio”, añade el regidor de Coria, José Manuel García (PP), que insiste en que un delegado gubernativo —“que es un guardia civil”— estuvo presente durante los hechos y no levantó ningún acta con incidencias. “Además, no es una acción nueva, lo hacemos así desde hace años”, apostilla el primer edil.
Unai Simón, de 38 años, lleva ejerciendo ese papel de “matador” seis años. Este corpulento trabajador de una empresa de obra civil, aficionado a la caza desde que era un niño, fue el que acabó con la vida de Guapetón el pasado 26 de junio. Le disparó en la plaza de la Catedral. “Este método es el que menos sufrimiento y dolor le causa al animal. Cae muerto en el acto”, relata este hombre, designado por el Ayuntamiento para ejecutar al astado. “Depende de las condiciones del toro, de la gente que haya alrededor... Siempre espero a que no haya nadie detrás y a los lados. Entonces, me coloco enfrente, a unos metros, y disparo”, continúa. La distancia varía: “Seis u ocho metro normalmente, aunque en ocasiones me pongo a menos de cuatro”. Las imágenes grabadas y difundidas por la asociación ecologista Vox Ánima —y otras que Simón muestra en su móvil— lo avalan.
“Lo difícil era aguantar las lágrimas”
El asturiano Alexis Pérez, de 31 años y miembro de Vox Ánima, fue uno de los autores del vídeo que recoge la muerte de Guapetón. Este vecino de Burgos llegó a Coria durante los festejos, junto a otra decena de personas de varios colectivos animalistas, para “infiltrarse” entre los vecinos y captar ese “impactante momento”. “Lo difícil fue mantener el tipo y aguantar las lágrimas. Fue duro tener que ver al animal en esas condiciones”, relata este activista, que ha participado en otras protestas convocadas por toda España: en Tordesillas (Valladolid) y Medinaceli (Soria), por ejemplo. “Grabábamos a escondidas. Sabíamos que ellos estaban más pendientes del espectáculo que de nosotros”, recuerda, antes de denunciar que fue la Policía Local la que, después de la muerte del toro, les impedía captar más imágenes. “Y estábamos en la vía pública”, exclama.
El reglamento de los festejos lo deja claro: “Como es tradicional, los toros lidiados en el recinto de la ciudad amurallada serán abatidos de un disparo de escopeta a corta distancia”. El arma se lleva descargada. Y le ponen una sola bala cuando están frente al morlaco, recalca Domingo. “Por si pasa cualquier cosa y hay que salir corriendo, que no pueda dispararse otra”, remacha Simón. “Los matadores son gente muy que querida en el pueblo. Los anteriores estuvieron 20 ó 30 años”, subraya Juan Manuel Gutiérrez, concejal de Deportes y abanderado de los Sanjuanes de 2015. Junto a Carlos Canal, autor del cartel anunciador de los festejos, describe un pueblo volcado todo el año con estas celebraciones: niños que, en la escuela, dibujan y escriben redacciones sobre los encierros; chavales que ponen unas perras para alquilar una cochera esos días de finales de junio y juntarse para “beber cocacola”, como hacen las peñas. Ambos hablan de un ambiente de comunidad.
El nombre de los abanderados, elegidos para organizar las fiestas, se cincela después en los baldosines de la plaza de San Juan. El del tío de Gutierrez, por ejemplo, es uno de los que luce en el suelo. “El destino ha deparado que él lo fuera justo 50 años antes que yo”, cuenta en este enclave coriano, donde los tradicionales pañuelos rojos aún adornan un par de ventanas. “En esos días, la gente te para por la calle, se hace fotos contigo. Eres más importante que el propio alcalde”, sentencia; mientras, a su lado, Simón, Domingo y Canal le dan la razón. “Estas fiestas, que se remontan al siglo XIII, están muy arraigadas. Tanto que, seguramente, parte de las murallas que se han conservado tienen que ver con ello”, esclarece la teniente de alcalde. Pero, además, ¿qué significan para los vecinos? “Es esa sensación de pertenencia al pueblo”.
El Gobierno anuncia la apertura de un expediente
La delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera, aseguró a primera hora de la mañana de este jueves que no tenía conocimiento de ningún tipo de denuncia contra los festejos taurinos de San Juan. La representante del Ejecutivo aseguró que se había puesto en contacto con el Ayuntamiento; y que ni ellos, ni la Comandancia de la Guardia Civil, la habían recibido. Horas después, emitía un comunicado donde admitía la existencia del escrito del instituto armado, cuyo contenido adelantó EL PAÍS. “Lo hemos recibido a última hora de la mañana. Cuando dispongamos de toda la información, se procederá a iniciar el expediente administrativo para comprobar los hechos denunciados y la aplicación de la legalidad vigente”, explicaba el organismo en un comunicado.
El Partido Animalista (Pacma) presentó una denuncia a finales del pasado julio en la Intervención Central de Armas de la Guardia Civil, que consideró que el disparo a Guapetón puede infringir la nueva ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza. En ese sentido, Herrera defendió que esta norma entró en vigor el 1 de julio, mientras que los festejos se celebraron a finales de junio.
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