España probará la vacuna del ébola un año después de tener su primer caso

El ébola llevaba ya casi un millar de muertos en África Occidental, pero a principios de agosto de 2014 la epidemia todavía no acaparaba titulares. Hasta que pisó suelo europeo. El 5 de agosto el Gobierno español anunció la repatriación de Miguel Pajares, médico y sacerdote contagiado de ébola en Liberia mientras cuidaba al director del hospital católico de San José de Monrovia. Llegó en la madrugada del día 7 junto con la religiosa Juliana Bonoha Bohé y murió pocos días después en el hospital Carlos III de Madrid. Se convertía en el primer fallecido en suelo europeo.

La repatriación de Pajares marcó el inicio de una crisis que se agravaría meses después con el primer contagio de ébola fuera de África Occidental, el de la auxiliar de enfermería Teresa Romero. La trabajadora sanitaria contrajo el virus atendiendo en el Carlos III al misionero español Manuel García Viejo, repatriado en septiembre desde Sierra Leona. Logró superar la enfermedad, de la que fue tratada con fármacos experimentales y el plasma sanguíneo de Paciencia Melgar, religiosa colaboradora de Pajares en Liberia que no fue repatriada y sobrevivió al virus en un centro sanitario del país. 

Un año después, el equipo médico que trató a Romero no sabe cuál de los tratamientos funcionó. “Todavía no hay evidencia científica para saber si una única acción puede curar”, explica Marta Mora, especialista en enfermedades infecciosas del hospital La Paz-Carlos III. El equipo sigue estudiando el uso de plasma de convaleciente junto con el Hospital 12 de Octubre y está a punto de empezar un ensayo clínico con la vacuna del ébola que se ha probado en 4.000 personas en Guinea y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha demostrado ser eficaz al 100%.

“Vamos a probar la vacuna en unos 50 voluntarios sanos para comprobar su seguridad y qué cantidad de anticuerpos se producen y en qué momento”, señala Mora. Aún se desconoce cuándo empieza a proteger la vacuna tras su administración. El ensayo, en fase 3, se realiza a la vez en varios centros sanitarios de Estados Unidos y Europa. “No se les expone al ébola. La vacuna está basada en el virus de la fiebre aftosa porcina, que no produce enfermedad en humanos. Se le ha quitado una proteína y se le ha insertado una proteína del virus ébola, el antígeno para la respuesta inmunitaria”, detalla.