“Israel, en un acto de piratería, nos abordó en aguas internacionales”
Miranda, integrante española de la Flotilla a Gaza, narra su detención por el ejército israelí
El asalto de las fuerzas israelíes les sorprendió de noche. El buque Marianne, uno de los cuatro barcos que integraba la Flotilla a Gaza, se encontraba en aguas internacionales cuando la Armada los abordó. Fue la pasada semana: durante la noche del 28 al 29 de junio. “Me pilló en mi turno de trabajo. Vimos cómo desviaba la trayectoria uno de los barcos que nos seguía desde hace días. Se dirigía claramente hacia nosotros, así que alertamos al capitán. En menos de veinte minutos ya nos habían abordado”, relata Ana Miranda, eurodiputada del BNG y una de las activistas que integró esta iniciativa humanitaria, que pretendía desembarcar alimentos, material escolar y paneles solares en la Franja de Gaza, sobre la que Israel mantiene un bloqueo naval y terrestre.
“Estábamos a 90 millas de la costa, en un lugar donde no tienen jurisdicción. Fue un acto de piratería”, apostilla Miranda, que fue detenida, conducida a Israel y deportada.
La política llegó a Barajas este martes, cuando faltaban apenas 15 minutos para las once de la mañana. A las cinco de la madrugada había salido de Israel. “Pero solo una llamada a su familia media hora antes del aterrizaje nos informó del vuelo”, explican fuentes del BNG, que recuerdan que en el Marianne también viajaban Moncef Marzuk, expresidente de Túnez, y Basel Ghatas, diputado de la Lista Conjunta Árabe del Parlamento israelí. “Al barco subieron unos 40 soldados. Entraron por la popa. Encapuchados. Con armas de guerra. Y se fueron lo primero a controlar el puente de mando, donde usaron una usan violencia desmesurada”, continúa Miranda. “Sacaron porras eléctricas y golpearon a un profesor canadiense. Se oyeron los gritos. Por un momento pensábamos que estaban muertos. Porque eran gritos de mucho terror”, remacha.
Esta flotilla, la tercera desde 2010, partió a principios desde Galicia hacia Palestina. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó esta iniciativa como “otra demostración de hipocresía y mentiras” y acusó a los participantes “de ayudar a la organización terrorista Hamás”. Hace cinco años, las fuerzas especiales israelíes mataron a diez personas al abordar en aguas internacionales otra flotilla similar que se dirigía hacia Gaza.
Al barco subieron 40 soldados. Entraron por la popa. Encapuchados. Con armas de guerra Ana Miranda, eurodiputada de BNG
Tras el abordaje al Marianne, cuando los activistas se encontraban detenidos e incomunicados, un portavoz del Ejército israelí aseguró que los tripulantes del buque habían desobedecido las órdenes de la Armada, por lo que fue interceptado sin violencia. Esa versión contrasta con la que relata Miranda: “Tras desviarse uno de los barcos que nos seguía desde hacía días, se pusieron en contacto telefónico con nosotros para decirnos que nos iban a abordar. Nos dijeron que negociásemos. Pero, tras decirles que no lo haríamos, afirmaron que ellos estaban garantizando una solución pacifica y que nosotros estábamos procurando a una solución violenta”. Entonces, se produjo el asalto.
“Después de controlar el puente de mando, vinieron a donde estábamos los activistas y periodistas. Nos tumbaron y empujaron”. Israel se hizo en ese momento con el control del buque y arrestó a sus 18 ocupantes. Los “hacinó” en una parte de la cubierta y los condujo hasta el puerto de Ashdod, al norte de la Franja. Llegaron 16 horas después. “En el puerto nos cachearon, nos confiscaron todo el material informático y los teléfonos”, cuanta la eurodiputada, que asegura que denunciará los hechos ante la Justicia internacional. “Navegábamos con un barco sueco, en aguas internacionales, perfectamente dentro de la legalidad internacional”.
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