Tres días intensos

Felipe VI, al igual que la Reina, es un buen conocedor de México y la ha recorrido en anteriores ocasiones. La última vez, ya como Rey, en la Cumbre Iberoamericana de Veracruz de diciembre pasado. Pero esta es la primera ocasión que acude en visita de Estado. El diseño de la agenda, con una fuerte carga institucional, deja ver los intereses básicos de este viaje: economía y cultura.

Aunque la llegada fue el domingo por la noche, la visita arranca oficialmente este lunes por la mañana con una ofrenda floral ante el monumento de los Niños Héroes, al que sigue la ceremonia de bienvenida en el Campo de Marte, a cargo del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera. A partir de ahí, los Reyes acudirán al Zócalo, donde les recibirá el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y luego tendrán comida oficial con Peña Nieto en la residencia de Los Pinos. Por la noche, habrá cena y brindis en el Palacio Nacional.

El martes es el día cumbre del viaje. La Reina participa en el Congreso Iberoamericano de Enfermedades Raras, y el Rey, tras reunirse con la cúpula empresarial, acude al Senado a una sesión solemne ante la Asamblea legislativa. Aquí dará su discurso más esperado. Por la tarde, participará en la ceremonia de presentación del Examen de Certificación Internacional de la Lengua Española, una iniciativa hispano-mexicana para acreditar oficialmente el dominio del idioma y que la diplomacia española destaca como uno de los logros de la visita. Por la noche, los Reyes se reunirán con la colectividad española en un encuentro multitudinario en la Beneficencia.

El viaje termina el miércoles con la visita a Zacatecas (a 580 kilómetros de la capital), de eminente corte cultural y en la que visitarán de la mano de Peña Nieto y su esposa el Museo Virreinal de Guadalupe, entre otros. Después del almuerzo oficial, los Reyes regresarán a España.