La juez Núñez inicia la división del caso de los ERE
La magistrada busca revertir la unidad que Alaya ha defendido durante cuatro años
Desde su aterrizaje en el juzgado del caso ERE, la juez María Ángeles Núñez dejó claro que pisaba fuerte al revertir, en sus primeras 24 horas como juez titular, la última decisión de su antecesora Mercedes Alaya. Sin embargo, su ímpetu parece imparable y aumenta con los días. Este miércoles, ha iniciado la división de la causa de los ERE fraudulentos, en contra del criterio que ha mantenido Alaya durante los cuatro años de instrucción.
La magistrada Núñez ha dado cinco días a las partes para que se pronuncien sobre la división del caso y, previsiblemente, su decisión será proclive a trocear el caso dada la celeridad para tramitar el recurso de los fiscales, en contraste con la manera de actuar de Alaya.
La cuestión fue solicitada por la Fiscalía Anticorrupción hasta en seis veces, y su criterio lo comparten el Tribunal Supremo, la Fiscalía del Supremo y el Tribunal Superior de Andalucía (TSJA) para lograr que esta macrocausa no se eternice y ganar agilidad. Alaya defiende que la causa es “inescindible” y por tanto es imposible dividirla en tres grandes bloques como piden los fiscales: las sobrecomisiones pagadas, el diseño político-financiero del fondo, y los más de 200 expedientes de las diferentes empresas para las prejubilaciones.
Ahora, solo 10 días después de llegar al cargo, Núñez ha iniciado el trámite para dividir la causa, ello a pesar de que la decisión de mantenerla unida de Alaya estaba recurrida ante la juez pero también ante la Audiencia de Sevilla. Por tanto, la decisión más lógica habría sido que Núñez esperara al criterio de sus superiores, ya que estos podrían corregir su decisión. A pesar de ello, la magistrada ha decidido tirar adelante para resolver una cuestión que se ha mantenido intacta casi un lustro. Hasta ahora.
El nuevo golpe sobre la mesa de Núñez tiene una segunda lectura de mayor profundidad. La juez había propuesto al TSJA un plan de actuación para que Alaya se quedara solo con el delito societario de Mercasevilla, un caso menor, y así acaparar ella todas las macrocausas a excepción de los ERE, que quedaría en el limbo dado que estaba recurrida su división. El TSJA corrigió a Núñez para subrayar que los ERE no podían quedar paralizados y que Alaya debía seguir instruyéndolos. Ahora Núñez reacciona y con la providencia emitida ha movido ficha para adelantarse tanto a Alaya como al TSJA.
Como titular, Núñez puede resolver sobre la división la semana que viene, ya que Alaya aún no habrá tomado posesión de su comisión de servicio para instruir los ERE. Al dividir la causa, Núñez abriría un escenario que cuestiona que Alaya acapare toda la causa y abre la puerta a que la instructora se quede con solo una parte de los ERE, que puede excluir el diseño político-financiero. Si eso fuera así, las quinielas sobre las declaraciones de la excúpula de la Junta ante Alaya, tan pronto los políticos pierdan el fuero como diputados el próximo otoño, resultan inútiles.
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