Los yihadistas detenidos en Cataluña planeaban asesinar al estilo del EI
Los detenidos pretendían hacerse con un mono naranja para vestir a su posible víctima La Fiscalía ha pedido el ingreso en prisión de siete de los 11 detenidos
La célula yihadista desarticulada el pasado miércoles en Cataluña supuestamente planeaba implantar en territorio español los métodos asesinos del autodenominado Estado Islámico. Los arrestados, según testigos protegidos, y según las conversaciones entre ellos que fueron grabadas por los Mossos d’Esquadra, pretendían secuestrar a una persona, vestirla con un mono naranja, someterla a un interrogatorio y degollarla ante una cámara para sembrar el terror. La policía cree que proyectaban volar con una bomba una librería judía en Barcelona y raptar a la directora de una sucursal del Banco Sabadell para obtener un rescate con el que financiar sus acciones criminales.
La policía autonómica catalana, que llevaba investigándoles al menos un año, frustró sus planes cuando aún estaban en una fase “embrionaria” y de “ideación”, según fuentes de la Fiscalía. Este viernes, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz envió a prisión a siete de los 11 detenidos. Otro de ellos, menor de 17 años y “plenamente integrado” en la célula, ingresó en un centro cerrado de reforma durante un plazo mínimo de seis meses. Los tres restantes, imputados por colaboración con organización terrorista, quedaron en libertad con obligación de entregar el pasaporte y comparecer cada semana en el juzgado más próximo a su domicilio.
El grupo, que se hacía llamar “Fraternidad Islámica para la Predicación de la Yihad” y tenía como anagrama una metralleta y un machete, estaba liderado por el peluquero granadino Antonio Sáez Martínez, que se convirtió al islam en 2012 y se puso de nombre Aalí. La red trató de enviar a combatientes a los campamentos del Estado Islámico o DAESH en Siria e Irak, pero sus intentos resultaron fallidos. El 15 de diciembre pasado tres de sus miembros —dos marroquíes y un brasile-ño— fueron detenidos en Bulgaria mientras intentaban llegar a Siria. Estas dificultades para viajar a Oriente Medio les hicieron centrarse en tratar de atentar en territorio español.
El arma más brutal del Estado Islámico
- La decapitación de rehenes se ha convertido en el arma más brutal del grupo yihadista Estado Islámico (EI) para aterrorizar a la opinión pública, objetivo fundamental en su estrategia por la yihad global. El primer asesinato que conmocionó a la comunidad internacional fue el del reportero estadounidense James Foley, el pasado agosto.
- A la decapitación de Foley, grabada y difundida en las redes, herramientas tácticas de propaganda, siguieron de inmediato las del también periodista norteamericano Steven Sotloff y los cooperantes David Haines, Alan Henning, ambos británicos, y Peter Kassig, estadounidense.
- Junto a Kassig murieron 18 soldados sirios. El EI ha asesinado a cuchillo a militares libaneses, milicianos kurdos y reporteros sirios.
- Tras pérdidas en el campo de batalla, el EI degolló en enero a los japoneses Haruna Yukawa y Kenji Goto. Tanto las negociaciones fallidas como el desenlace, colgado en la Red, sacudieron a la sociedad nipona, poco consciente de la amenaza yihadista.
- El impacto mediático y en la opinión pública de las decapitaciones ha derivado también en un efecto de imitación. En febrero, terroristas vinculados al EI degollaron —y grabaron, con un extraordinario montaje final— a una veintena de cristianos coptos en Egipto.
El auto (resolución razonada) por el que Pedraz envió ayer a prisión a los siete yihadistas, señala que Aalí El Peluquero escribió un “decálogo de captación” de terroristas. En una de las conversaciones que intervinieron los mossos, el supuesto creador de la célula relata un contacto que tuvo con el ultraderechista Diego José Frías Álvarez, poseedor de un extenso arsenal y del que el líder de la organización pretendía servirse para “poner una bomba en una librería judía”. Frías Álvarez, detenido en la operación y también encarcelado por orden de Pedraz, encabezó la lista de la formación neonazi Movimiento Social Republicano (MSR) a las elecciones autonómicas catalanas de 2006 por la provincia de Barcelona. En su casa almacenaba una granada del Ejército español lista para ser usada; cuatro escopetas, 266 cartuchos de diferente calibre, 24 cuchillos de varios tipos, varios de ellos prohibidos, un machete, dos porras de goma, una porra eléctrica, unas esposas metálicas y otros accesorios.
En el registro del domicilio de Aalí, los agentes hallaron una hoja de papel manuscrita con instrucciones “minuciosas” para fabricar un artefacto explosivo. Según testigos protegidos, el líder del grupo proponía en las reuniones diferentes objetivos para atentar: sinagogas, locales regentados por judíos, fuerzas de seguridad o el Parlamento de Cataluña. Una de sus ideas consistía en entrar en estos edificios camuflados en una furgoneta portando armas largas y granadas de mano.
A Said Toauy, otro de los encarcelados, los investigadores le atribuyen labores de proselitismo y de información sobre posibles objetivos. En su domicilio, y también en la peluquería de Aalí, la célula se reunía para ver vídeos del jeque radical egipcio Al Hubeini, así como imágenes de atentados y asesinatos del Estado Islámico. Touay había fotografiado con su móvil, desde diferentes ángulos, edificios contra los que la red supuestamente pretendía atentar, según los investigadores. Las imágenes corresponden al Hotel Catalonia Barcelona, en la plaza de España de la capital catalana, y a la comisaría de los Mossos ubicada en el mismo lugar. También hay dos fotografías de la sede del Servei Català de Trànsit y del centro comercial Les Arenes.
Fuentes de la Fiscalía destacan la trascendencia de la Operación Caronte y la labor realizada por la Comisaría General de Información de los Mossos. “Era gente que había ido ya un paso más allá que otras redes yihadistas detenidas hasta ahora, y que estaban más centradas en la captación de combatientes para el EI en Siria e Irak”, según señalan fuentes fiscales.
De converso a terrorista en tres meses
Uno de los aspectos más llamativos de la Operación Caronte contra el yihadismo es la presencia de cuatro ciudadanos españoles y otro paraguayo conversos al islam entre los detenidos. El proceso de radicalización en estos casos ha sido muy rápido.
Las agendas intervenidas al supuesto jefe de la Fraternidad Islámica para la Predicación de la Yihad, Antonio Sáez Martínez, muestran que apenas pasaron tres meses entre su conversión y las primeras referencias a la “yihad mundial”. El peluquero Aalí abrazó la fe musulmana el 13 de julio de 2012 en la mezquita de Can Puiganer de Sabadell. Ese día ya escribía: “Estoy muy contento de adquirir este compromiso en un mundo cristiano dominado por infieles e impíos”. El 14 de septiembre hablaba de que los “grandes mártires” [combatientes y suicidas] actuaban por “la situación de opresión hacia el pueblo musulmán”. El 26 de octubre, finalmente confiaba a su diario que había sido “absorbido por la Yihad mundial contra cruzados y judíos”. En un Corán se le encontraron un anagrama del Estado Islámico y la siguiente anotación manuscrita: “Actuar sin piedad contra los enemigos y tratarlos con extrema violencia para aterrorizarlos, pues nosotros hemos nuestras propias dosis de terror”.
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