Iglesias: “Errejón dirige la campaña. Vamos juntos, sin ningún matiz”

Pablo Iglesias ha negado este jueves divisiones en la cúpula de Podemos y diferencias de estrategia con el número dos del partido. "Íñigo Errejón es el director de esta campaña. Vamos juntos, no hay ninguna diferencia. Estamos trabajando a muerte, sin ningún matiz”, ha enfatizado el líder de la formación minutos antes de reunirse con el secretario de Política, con Carolina Bescansa, responsable de Análisis Político y Social, y con otros miembros de la ejecutiva para abordar la táctica del partido ante las elecciones autonómicas del 24 de mayo. Iglesias se ha pronunciado así sobre las discrepancias que han dividido a la cúpula durante la campaña andaluza y las divergencias sobre la flexibilidad del diálogo con Susana Díaz y el apoyo a la presidenta de la Junta en funciones en el debate de investidura, como adelantó EL PAÍS.

En cualquier caso, el objetivo de la dirección consiste en llegar a los próximos comicios con una táctica común tras lograr en Andalucía un resultado que certifica la irrupción del partido en el tablero político y que, aun así, quedó por debajo de las expectativas. La prioridad de la formación es asentarse y ser decisiva en la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana, donde el panorama de fragmentación que auguran todas las encuestas anticipa un escenario quizá parecido al de las elecciones generales del próximo otoño.

Por eso uno de los ejes de la campaña de Podemos será la competición directa con el PP, “que no solo representa la corrupción, lo viejo, sino la política económica que ha llevado a la destrucción de los servicios públicos”, según ha opinado Iglesias. En segundo lugar, perfilará “una campaña de ciudadanos“ que la formación pretende financiar con microcréditos. “Los candidatos de Podemos no son políticos”, ha destacado tras reunirse en la sede del partido con los 13 candidatos autonómicos. El secretario general evitó el pasado lunes contestar sobre si la estrategia pasa por una apuesta exclusiva por las siglas de Podemos, dejando el perfil de los aspirantes en un segundo plano. A pesar de ello, los dirigentes nacionales y el propio Iglesias estarán muy presentes en los actos de los aspirantes "Los portavoces estatales vamos a implicarnos mucho y vamos a tratar de estar en todas partes. Lo voy a intentar", ha afirmado.

Iglesias ha asegurado también que antes de estudiar hipotéticos acuerdos poselectorales habrá que analizar la correlación de fuerzas. “Hasta que los ciudadanos no voten no vamos a hablar de pactos”, ha afirmado tras mantener una reunión con los 13 candidatos autonómicos —que, salvo el exeurodiputado aragonés Pablo Echenique, carecen de perfil público—.  

Los 13 candidatos autonómicos se han reunido con Iglesias antes de la cita con el comité de campaña

El comité de campaña se ha reunido para ofrecer una fotografía de unidad y analizar los posibles escenarios autonómicos. El partido debe tomar ya algunas decisiones. En primer lugar, tiene que presentar un programa marco que será la verdadera prueba de fuego para comprobar si sus aspiraciones de "centralidad" se corresponden con las medidas que pretende impulsar. En segundo lugar, encima de la mesa está el debate sobre el grado de intervención de la ejecutiva nacional en los distintos territorios. 

El principal escollo de Podemos son los tiempos de estos comicios, según reconoció el propio Iglesias al afirmar, antes de las andaluzas, que "ojalá Mariano Rajoy convocara elecciones ya". La formación se ha asentado como una de las principales opciones del tablero político, según todas las encuestas, pero su éxito ha sido exclusivamente virtual hasta ocupar el tercer puesto en Andalucía. ¿Ha perdido fuelle? Iglesias, Errejón y la propia Teresa Rodríguez, cabeza de lista en esa comunidad, aseguran que ese dato no es suficiente. Por eso consideran capital ganar o tener la capacidad de condicionar un Gobierno en las elecciones del 24 de mayo, porque un buen resultado tendría un efecto trampolín hasta las generales del próximo otoño, verdadero objetivo del partido.

Hay un inconveniente que muchos reconocen en el seno de la formación. El comportamiento de Podemos a partir de junio y los eventuales pactos o acuerdos puntuales con formaciones tradicionales pueden convertir a Iglesias y a los suyos en nuevos actores dentro del sistema, alejándoles de su proyecto inicial, más asambleario y rupturista. Nadie quiere retratarse antes de las generales. Pero la correlación de fuerzas abocará a la cúpula, con toda probabilidad, a tomar decisiones incómodas.