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Un cauce de reinserción en vía muerta

Socialistas y PNV ven factible retomar tras las elecciones la ‘fórmula Nanclares’ El Gobierno de Mariano Rajoy ha liquidado las vías para los etarras arrepentidos

Luis R. Aizpeolea

La reacción crítica de los ministros del Interior, Jorge Fernández, y de Justicia, Rafael Catalá, a la excarcelación por cumplimiento de condena de Valentín Lasarte ha sido la última descalificación del Gobierno de la llamada vía Nanclares de reinserción de presos etarras, puesta en marcha en 2007 y que hoy está prácticamente muerta. Tan solo recoge a nueve presos desvinculados de ETA —18 de los 27 que llegaron a integrarla han sido excarcelados por cumplimiento de condena— y carece de horizonte en las previsiones del actual Gobierno del PP. Socialistas y peneuvistas, así como el Ejecutivo vasco, se muestran críticos con su desmantelamiento por parte de La Moncloa y creen que, tras las elecciones generales, si cambia la relación de fuerzas, se reeditará esta vía o algún modelo, no muy distinto, de política de reinserción de presos.

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Valentín Lasarte cumplió condena de acuerdo con el anterior Código Penal, por el que fue juzgado, lo que le permitió redimir pena —hasta 11 años de 30— por buen comportamiento y trabajos en prisión. Fue expulsado de ETA en 2010 por romper con la banda. Fernández y Catalá, lejos de alegrarse por la reinserción social de un etarra, se limitaron a lamentar que Lasarte —con dos asesinatos y complicidad en otros dos de gran impacto mediático: los de Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica— hubiera salido tan pronto de prisión al beneficiarse del antiguo Código Penal.

Jesús Loza, vicepresidente de la Fundación Buesa, excomisionado para la Convivencia del Gobierno vasco de Patxi López e impulsor de la vía Nanclares, señala que la actitud de ambos sigue la pauta de “firmeza” del Gobierno del PP, que también se opone sistemáticamente a la concesión de permisos de salida (18 días cada seis meses y tras cumplir buena parte de la condena y determinadas condiciones) a los presos de esta vía, arrepentidos de su pasado sangriento.

Pero también sistemáticamente los jueces aplican la legislación y desoyen a la fiscalía. En esta etapa, de 13 reclusos de la vía Nanclares que han solicitado permisos de salida, los jueces se los han concedido a 12. En febrero se repitió la historia con los presos Ibon Etxezarreta y Joseba Urrusolo.

Con la llegada del PP a La Moncloa, en diciembre de 2011, el Gobierno liquidó, también, la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento de Instituciones Penitenciarias, que permitía la salida de presos arrepentidos a trabajar y regresar a pernoctar.

El Gobierno liquidó la aplicación del artículo que permitía la salida de presos arrepentidos a trabajar y regresar a pernoctar

También terminó con los encuentros restaurativos entre presos y víctimas. El último se celebró en julio de 2012, precisamente entre Lasarte y Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio, asesinado por un comando en el que participaba el exetarra. Asimismo, el Gobierno ha impedido una y otra vez que los presos de la vía Nanclares, desvinculados de ETA, hagan pública su autocrítica, pese a ser invitados para ello en actos institucionales. A Carmen Guisasola se le prohibió, a última hora, asistir a un congreso de víctimas del terrorismo, al que había sido invitada por el Gobierno vasco de Patxi López. También le sucedió a Urrusolo en otro acto organizado por una Fundación de Víctimas del Terrorismo.

En julio, Urrusolo participó en su debate en la cadena SER en el que ofreció un repaso autocrítico a su pasado terrorista, en presencia de víctimas, profesores y jueces. “Me siento responsable de todas las víctimas, no sólo de las que he causado”, dijo Urrusolo. Como consecuencia de su intervención, fue sancionado por Instituciones Penitenciarias y se le denegaron los permisos.

El excomisionado para la Convivencia del Gobierno vasco de Patxi López se muestra crítico con estas prohibiciones. “Los presos de ETA que han hecho autocrítica de su pasado y, sobre todo, los que han tenido importantes responsabilidades en la banda terrorista, como Urrusolo y Guisasola, son un potente altavoz para la deslegitimación de ETA para las generaciones jóvenes. También les supone un alivio a las víctimas escuchar su petición de perdón. No entiendo cómo un Gobierno puede obstaculizar estas iniciativas cuando debía potenciarlas”.

La reacción de  Interior y Justicia a la excarcelación de Lasarte ha sido la última descalificación de la vía Nanclares

También se muestra muy crítico con el desmantelamiento de la política de reinserción por parte del Ejecutivo. “La reinserción está recogida en la Constitución. Como dice Reyes Mate, un terrorista que mata se deshumaniza y cuando reconoce el daño causado se rehumaniza. No hay más que ver la diferencia de cómo salen de la cárcel los presos acogidos a la vía Nanclares y los que no”. Loza destaca cómo estos presos, pese a los obstáculos del Gobierno, se han mantenido firmes en sus principios, “lo que demuestra que su opción fue sincera y nada oportunista”. Y está convencido de que “más pronto que tarde se retomará esta vía u otra de carácter similar porque es el cauce que marca el espíritu de la ley y la convivencia”.

El secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, valora la vía Nanclares como “muy importante” y cree que el futuro pasa por restaurar una vía que “encauce a los presos que se distancien de modo autocrítico de su pasado violento y que disponga de un apoyo asistencial a la reinserción”.

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