Chamberí se encomienda al Ángel de la guarda
Les faltó invocar a Gabilondo como el mesías capaz de sacarles de las catacumbas
Para llegar a la Agrupación Socialista de Chamberí, en el corazón del Madrid castizo de toda la vida, hay que bajar la empinada rampa de un aparcamiento subterráneo donde guardan sus coches de alta gama los acomodados profesionales del barrio. Allí, en un local bajo el nivel del asfalto donde se halla la Casa del Pueblo que reúne a algunos de los patricios del PSOE, un nutrido grupo de militantes de toda la vida propuso anoche por aclamación a Ángel Gabilondo como candidato socialista a presidencia de la Comunidad de Madrid. Solo tres de más de un centenar de asistentes apostaron a viva voz por el otro aspirante, Pedro Zerolo, ante la mirada entre simpática y conmiserativa de la mayoría. Al resto, le faltó enarbolar un pendón con la efigie del filósofo Gabilondo, llevarlo en procesión y cantar sus alabanzas como el mesías llamado a sacar al partido de las catacumbas. Y no precisamente las del garaje donde se habían congregado.
“Es el Ángel de la guarda que necesitamos para protegernos en este momento difícil”, decía, entusiasmada con la comparación, Margarita — “no te digo el apellido porque es muy conocido”—, de 72 años, carné número 30 de la Agrupación y orgullosa interventora del partido en las primeras elecciones democráticas. “Ángel acredita un liderazgo social indiscutible y concita respeto no solo dentro del partido”, asentía Isabel, de 42 años, contenta con “el cambio de aires” decretado por Pedro Sánchez, en el mismo corrillo en que Ignacio, de 45, zanjaba el tema con una sentencia: “A los únicos votantes que tenía convencido Tomás Gómez era a los del PP”. Ese fue, por cierto, el comentario más amable sobre el defenestrado exlíder y excandidato que se pudo recoger entre la selecta concurrencia socialista.
“Es el Ángel de la guarda que necesitamos para protegernos en este momento difícil”, dijo una militante
De quien no hubo rastro fue del compañero Carmona El Ubicuo. Antonio Miguel Carmona, el candidato a la alcaldía de Madrid, ilustre afiliado de esta agrupación, no pudo o no quiso participar en el no-debate entre sus compañeros, quizá para no condicionar a nadie con su apabullante y carismática presencia.
A la salida, dos elegantes señoras maduras, Pilar Goya y Pilar Tigeras, respectivas esposas de Alfredo Pérez Rubalcaba y de Jaime Lissavetsky, salían del bracete comentando la jugada entre ellas como las discretísimas militantes de base que son, según todas las fuentes consultadas. Quizá hasta llegaron a casa a tiempo de ver Cuéntame cómo pasó en Televisión Española en compañía de sus legítimos. La teleserie vintage, ya va por 1983. Felipe González saboreaba las mieles de la primera mayoría absoluta socialista. A Rubalcaba le faltaban 10 años para ser portavoz del Gobierno. Tomás Gómez, Pedro Sánchez y Pedro Zerolo eran adolescentes. Pablo Iglesias júnior, un mocoso. Eran otros tiempos.
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