Chapa y pintura cada 13 segundos

La lógica es aplastante. A más uso, mayor desgaste. Por eso, que los coches españoles hayan necesitado más chapa y pintura en 2014 solo puede tener una respuesta: que los ciudadanos han hecho rodar con más frecuencia sus vehículos por las carreteras. Durante los 12 meses del año pasado se registraron 1,7 millones de accidentes leves (aquellos en lo que no hay que lamentar víctimas), una cifra que supone un aumento del 0,32% con respecto a 2013, según un estudio realizado por Tecnologías de la Información y Redes para las Entidades Aseguradoras.

Es la primera vez en siete años que se incrementa el número de golpes de chapa y es un fenómeno que está lejos de ser una mala noticia. El mayor uso del vehículo es síntoma de la “incipiente mejora de la situación económica y del abaratamiento de los carburantes”, concluye la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa).

En tiempos de crisis financiera crece el número de personas que opta por usar el transporte público para desplazarse, explica Eduardo Ercoreca, responsable de Comunicación de Unespa. Además, continúa, al aumentar la tasa de desempleo hay menos gente que coge el coche cada día para ir a trabajar. Esto se traduce en una descongestión de las carreteras y, como consecuencia, la reducción de los partes de accidente.

Una carretera abarrotada de vehículos que apenas pueden dar dos acelerones sin chocar con el coche de delante es un caldo de cultivo estupendo para pequeños rayones y abolladuras que aparecen en la chapa como una metálica varicela. Por eso días invernales, en plena vorágine navideña de compras compulsivas, ocupan el ranquin de estos siniestros.

El 15 de diciembre se sitúa en primer puesto con 6.677 accidentes leves, es decir, un golpe de chapa cada 13 segundos. Los festivos son más tranquilos, explica Ercoreca, porque son jornadas familiares para disfrutar en casa. Por este motivo los picos más bajos son el 25 de diciembre con un accidente leve cada 45 segundos y el 1 de enero con uno cada 44 segundos.

Si el invierno registró el pico más alto, agosto fue el mes con menos siniestros leves. “En verano esta siniestralidad viaja y se reduce en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona”, argumenta el responsable de Comunicación de Unespa. Sin embargo, que el tráfico se traslade a ciudades costeras o turísticas no debería llevar consigo una disminución de los golpes sino un desplazamiento de la siniestralidad. Ercoreca lo explica: “Sí que repercute porque la unidad familiar está más agrupada”. Es decir, un hogar en el que al menos dos personas usan cada una un coche para ir a trabajar en días laborales, para viajar en vacaciones utilizarán solo uno y por tanto, las carreteras estarán menos congestionadas.

La climatología también es un factor muy influyente. La lluvia, el viento y la nieve hacen que disminuya la visibilidad y que sea más fácil distraerse al volante.

Pero las diferencias no solo se perciben según la época del año, también se observan por comunidades autónomas. Por encima de la media se encuentran Cantabria con 4.834 siniestros por cada 100.000 habitantes, Baleares (4.617), Galicia (4.143) y Andalucía (4.052). “La población de estas zonas depende más del coche para desplazarse porque los núcleos urbanos están más separados”, argumenta Ercoreca. Aragón, sin embargo, destaca como la comunidad donde se registraron menos golpes de chapa con solo 2.700 siniestros por cada 100.000 habitantes. ¿El motivo? Porque aquí está tardando más en llegar la recuperación económica, según el responsable de Comunicación de Unespa.