“¿Pero, cómo se hace una noticia?”

“Explícame cómo se hace una noticia. ¿Qué es lo que pasa desde que hay un atentado, por ejemplo, hasta que yo lo leo?”. Ese día un grupo de talibanes ha perpetrado una matanza en una escuela en Pakistán y el lector quiere conocer el proceso desde que los terroristas irrumpen en la escuela hasta que la noticia entra en elpais.com y la encuentra con un solo click. Él es uno de los 54 suscriptores que han tenido la oportunidad de descubrir los entresijos de la redacción de EL PAÍS, en unas jornadas de puertas abiertas que se han desarrollado a lo largo de la semana. En el recorrido han conocido cómo se actualiza la web, quién decide qué va en primera página o por qué se seleccionan determinadas fotografías. Las visitas a la redacción son una iniciativa de EL PAÍS +, un proyecto pensado para que los suscriptores de EL PAÍS tengan acceso a experiencias exclusivas pensadas y diseñadas para ellos.

La redactora jefe de área digital, Elsa Granda, trató de ofrecer una versión reducida del proceso: “Aquí siempre hay ojos puestos en todo: en las agencias, en las televisiones, en otros medios…El equipo de última hora es el primero en ponerse a trabajar cuando sale una noticia. Mientras, el redactor especializado comienza a enriquecer la pieza con sus fuentes”. Esa misma mañana, el grupo pudo asistir a uno de los debates que se producen muy a menudo en la mesa de digital. Se estaban desarrollando a la vez tres operaciones policiales de calado y había que decidir con cuál abrir. “¿Se confirma que han detenido a los posibles autores del asesinato?”, preguntaba Bernardo Marín, subdirector del área de digital, al redactor jefe Jorge Rodríguez sobre la operación “Neptuno”.

“Es humanamente imposible ver todas las fotografías del día, ¿no?”, se sorprendía otra de las lectoras. “Más o menos tenemos una idea de las imágenes que vamos a necesitar. Nuestro objetivo es que todo el que mire el periódico se pare en las noticias por las imágenes”, contestaba el redactor jefe de Fotografía, Ricardo Gutiérrez. Con una foto del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, explicó a uno de los grupos cómo se editan las imágenes: “Podemos jugar con el corte y un poco con la luz, pero nada más, porque el Libro de Estilo del periódico no permite retocar las fotos”.

Los suscriptores aprovecharon además para plantear sus críticas y debatir sobre los cambios que ha experimentado en los últimos años el medio y la sociedad. Se mostraron, por ejemplo, preocupados por el “giro ideológico conservador” que, a juicio de muchos de ellos, ha experimentado el periódico. “El espíritu del director es que la información sea información. Tal y como sucede en la prensa de calidad de Estados Unidos, donde no se puede adivinar la opinión política del periodista”, alegaba Bernardo Marín. Varios de los lectores interrogaron al subdirector de Opinión, José Manuel Calvo, sobre el “duro” tratamiento de la información sobre Podemos. “Nos hemos limitado a pedir más explicaciones a un partido que ha ido creciendo y al que se le debe exigir más responsabilidad”, respondió él.

Pero hubo más: “¿Por qué leo últimamente tan poco a Carlos Boyero?”, “A veces os centráis mucho en Latinoamérica, me gustaría que hablarais de África, por ejemplo”, “El espacio dedicado a cultura y espectáculos tiene que crecer”. Comentarios que tanto Bernardo Marín como José Manuel Calvo anotaban en un cuaderno.

La rotativa es la última parada del recorrido. Un inmenso engranaje que cada noche imprime los ejemplares, que deben salir lo antes posible de camino a los quioscos. “¿Cómo pasa la tinta al papel?”, inquirió uno de los suscriptores. La última imagen es la del propio ciclo de la información: los ejemplares circulando con la rotativa en marcha. Tal y como exclamó uno de los visitantes: “¡Como en las películas!”.