J.A. Sánchez vuelve a la escena del crimen
El Partido Popular lo hace realidad. José Antonio Sánchez será el nuevo presidente de la Corporación Radio Televisión Española (RTVE) con los votos exclusivos del PP. Su nombramiento se inscribe, mira por dónde, en lo que sería la neolengua de George Orwell adaptada a la España de hoy: la política de regeneración de Mariano Rajoy; Soraya Sáenz de Santamaría ha perdido su feudo en RTVE y el aparato del PP parece sentirse compensado.
Carece de importancia, además, que José Antonio Sánchez haya cobrado del PP, según figuraba en los papeles de Bárcenas correspondientes a los ejercicios 1994 y 1995.
Recuerdo una pequeña historia.
Al día siguiente de las elecciones, el lunes 15 de marzo de 2004, o quizá fuera el martes 16, llamé a Elías Querejeta, guionista y productor de Asesinato en febrero, para conocer su versión de los hechos.
El viernes 12 de marzo de 2014, Telemadrid la había emitido por la noche. Y el sábado 13 lo hacía TVE. Para cubrir a todos los públicos, faltaba más.
La película narra el asesinato del dirigente del partido Socialista Fernando Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díaz Elorza, por la banda terrorista ETA el 22 de febrero de 2000.
Un portavoz de TVE había explicado el día 15 de marzo que se había tomado la decisión de pasar Asesinato en febrero el sábado 12 como "homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 11-M, como un gesto de alegato contra el terrorismo".
Añadía: "Y esta era la película que estaba disponible".
Elías Querejeta, pues, se encontraba en su oficina aquella mañana y me atendió no sin desconcierto. Me explicó que estaba muy cabreado. El guión de esta película era su primer guión en solitario. Elías se había puesto en contacto con Nati, la viuda de Fernando Buesa, y con los padres de Jorge Díaz Elorza, para comentar lo que había ocurrido.
Sabía que iban a emitir la película porque le habían llamado de Televisión Española. Aunque no conocía la fecha.
"Son siniestros", me dijo. "Jamás hubiera pensado en semejante manipulación en unos momentos tan tremendos. Mira que hay que tener sangre fría".
Le pregunté quién le había llamado. Me pidió unos segundos. Habló en voz alta con una de sus colaboradoras. "Llamaron del departamento de producción de TVE", dijo. Insistí. Había sido una mujer. Se llamaba Eva. No recordaban el apellido. Preguntaba si Elías Querejeta Producciones Cinematográficas S.L. daba su autorización para que TVE cediera a Telemadrid su permiso para hacer un pase.
Querejeta creía que TVE no lo necesitaba. Pero tras hacer una consulta con su equipo, les autorizó. No sabía, me dijo, que pensaban pasarla el mismo viernes, día 12 de marzo. Tampoco le dijeron que TVE haría lo mismo el sábado 13 de marzo, víspera de las elecciones del 14-M.
En aquellas horas, contra lo que sostenía Aznar, ya se daba por hecho de que ETA nada tenía que ver con el 11-M y las pruebas se acumulaban en el sentido de que la masacre era obra del terrorismo fundamentalista islámico. Los indicios habían comenzado a detectarse enseguida, en medio del negacionismo desesperado del gobierno de Aznar, que representaba muy mal el actor del momento: el ministro Ángel Acebes.
Por eso, la decisión política de pasar la película el viernes 12 y el sábado 13 en dos medios audiovisuales, Telemadrid y TVE, controlados por el partido en el Gobierno, el PP, era y sigue siendo una prueba de cargo sobre la manipulación masiva de la opinión pública. Si esa política fuera a juzgarse algún día en algún tribunal, los pases de Asesinato en febrero serían una prueba de peso.
Nunca se pudo conocer cuál fue la cadena de mando que llevó finalmente a la decisión de pasar la película. Cada una de las personas implicadas en RTVE y en el Gobierno de Aznar guardó silencio.
El martes 16 de marzo de 2004, el Comité de Informativos de TVE pidió la dimisión de Alfredo Urdaci, director de Informativos, y del director general, José Antonio Sanchez, al considerarlos responsables de manipular la información sobre el 11-M.
El Comité citaba el tratamiento que Urdaci había dado al atentado, la ocultación el mismo jueves de las declaraciones del líder de Batasuna, Arnaldo Otegui, en las que negaba la participación de ETA y las de Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, en las que condenaba el atentado. Igualmente, se retrasaron las palabras de solidaridad de Pasqual Maragall y Juan José Ibarretxe.
El Comité añadía que los informativos del viernes 12 de marzo no dieron credibilidad a la llamada de ETA en la que negaba su implicación en la matanza y que se desestimó el comunicado de un presunto portavoz militar de Al Qaeda reivindicando el atentado, sobre el cual el ministro Ácebes informó ese mismo viernes después de la detención de tres ciudadanos marroquíes y tres indios en Madrid.
Ese viernes 12 de marzo, a las once de la noche, el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, insistió en la autoría de ETA y en ese momento "se dieron instrucciones al corresponsal en Londres" para que no entrevistara al director del periódico Al Quds Al Arabi, receptor de la misiva del grupo islamista.
Por otra parte, informaba el Comité, el sábado 13, los trabajadores del Canal 24 Horas amenazaron con un plante cuando se les prohibió dar unas declaraciones del dirigente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, mientras que en el Telediario de las tres de la tarde se había dado la palabra a cuatro ministros.
También en la jornada de reflexión se cortó la conexión con la rueda de prensa de Ángel Acebes cuando comenzaron las preguntas comprometidas. Igualmente se ignoró la presencia del líder de Izquierda Unida Gaspar Llamazares en el entierro de las víctimas en Alcalá de Henares. Ya el domingo, se eliminaron de las informaciones los pitidos y protestas que hubieron de soportar Mariano Rajoy y José María Aznar cuando acudieron a votar. El Comité abordaba también el tema de la película.
"Además, TVE-1 emitió en varias ocasiones un reportaje de Informe semanal sobre víctimas de ETA, realizado en febrero de 1998, sin ningún rótulo aclaratorio sobre la fecha de producción. El sábado se programó sin previo aviso la película Asesinato en febrero, sobre el atentado contra Fernando Buesa", decía.
Como he señalado, todos los esfuerzos, en los años siguientes, para saber qué pasó, cómo se tomó la decisión de pasar Asesinato en febrero en Telemadrid y en TVE han chocado con el silencio. Tanto José Antonio Sánchez como Manuel Soriano, director general de Radio Televisión de Madrid en aquella época, y más tarde, hasta julio de 2013, presidente, mantuvieron la omertà.
Soriano dio, a raíz de una intervención mía, la siguiente explicación en una carta a EL PAÍS, el 23 de septiembre de 2004:
La dirección pidió al departamento correspondiente, cuyos responsables llevan años en la casa, la selección de una película sobre terrorismo nacional o internacional. Se descartó un documental sobre el comando Madrid de ETA y se eligió el filme de Elías Querejeta. Se tuvo en cuenta que era una historia humana sobre la superación del trauma del asesinato de un ser querido y su lenguaje cinematográfico. Quien diga que a 24 horas de los atentados, cuando programamos la película, conocía el origen de los autores sólo tiene dos explicaciones: o tenía información sospechosamente privilegiada o miente con intencionalidad política. El hecho de que TVE emitiera también Asesinato en febrero, en la noche del sábado 13, lo que provocó protestas, podrán explicarlo el anterior director general de RTVE y el actual director de TVE, pero absolutamente nadie podrá sostener que Telemadrid participara en esa decisión.
Bien.
Pero esta exhortación de Soriano al ex director general de RTVE, es decir a José Antonio Sánchez, no tuvo nunca eco.
Vayamos ahora al tema de los papeles de Bárcenas.
Mientras los presuntos perceptores de los sobresueldos de Luis Bárcenas, empezando por Mariano Rajoy, han negado la existencia de los mismos y han rechazado haber cobrado, José Antonio Sánchez, al comparecer en la Comisión Consultiva de Nombramientos del Congreso, el pasado 8 de octubre, admitió haber cobrado: "No tengo ni idea de eso. Sí es cierto que hace veinte años, cuando trabajaba en una empresa privada, podía compatibilizar ese trabajo con otros para el PP. El director de esa empresa me autorizó a ello", explicó en referencia al Abc y a su director de entonces, Luis María Anson.
En la contabilidad B de Bárcenas correspondiente a los años 1994 y 1995 J.A. Sánchez figura como perceptor de dos entregas de 400.000 pesetas (2.400 euros) en 1994 y de una tercera de 300.000 (1.800 euros) en 1995, cuando trabajaba en Abc.
Sánchez, pues, compatibilizó, según sus propias palabras, el trabajo de periodista con otros trabajos para el PP.
Bien.
A sus lectores y lectoras, ni él ni su diario, claro, les aclararon nunca que también trabajaba para el PP mientras publicaba sus artículos e informaciones como cronista parlamentario.
Y tampoco informó de ello cuando fue nombrado director general de RTVE y, más tarde, director general de Radiotelevisión de Madrid.
Pero la contabilidad B del PP, que diría don Pablo Ruz, sí, el juez del caso Gürtel y los papeles de Bárcenas, obliga a la transparencia. Ya no hay más remedio.
¡Ay Elías, qué no daría yo por conocer tu frase ante una paella en Samm sobre el retorno de J.A.Sánchez a la escena del crimen!
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