Matas negocia desde la cárcel una confesión por el ‘caso Urdangarin’
Sus abogados abordan con Anticorrupción un pacto que minimice futuras condenas
El expresidente de Baleares con el Partido Popular (PP), Jaume Matas, desde la cárcel, ha decidido dar un primer paso. Quiere confesar, pactar su arrepentimiento, reconocer en parte su responsabilidad en los casos penales que le afectan. El reo por corrupción, con una pena de nueve meses de cárcel por tráfico de influencias —y una posible petición de cinco años por el caso Urdangarin— ingresó en la prisión de Segovia el 28 de julio, al denegarle el indulto el Gobierno de Mariano Rajoy. Tres ex altos cargos de su Gobierno han declarado en su contra en diferentes piezas. Un eventual acuerdo penal no supondría que Matas no asumiera posibles nuevas condenas de ingreso en prisión.
La Fiscalía pretende que la posible confesión de Matas —aún en gestación— implique, inexcusablemente, el reconocimiento explícito de los delitos que se le atribuyen y el retorno de las supuestas dádivas o comisiones percibidas. Declararse autor, asumir la culpa y la pena prevista, ayudar a desentrañar los delitos y compensar a la Administración por los fondos malversados son los ejes de una confesión.
Matas reflexiona y maniobra tras las confesiones de otros imputados en sus causas que complican su estrategia cerrada de defensa. En especial ha pesado en el ánimo del exministro, además de la estancia en prisión, la actitud de una exconsejera de su Gobierno, Aina Castillo que le acusa de ordenarle manipular una adjudicación pública del negocio de un hospital, Son Espases, por más de 630 millones de euros.
El expolítico es renuente, según diferentes pistas conocidas, a ingresar cantidades a las arcas del Estado, reconocer que cobró sobornos o que se enriqueció ilegalmente. Niega que en el caso de Son Espases existiera una dádiva o transferencias de fondos en el exterior. Las investigaciones sobre supuestos testaferros de Matas y las comisiones rogatorias del juez Castro sobre su supuesta fortuna internacional no han cuajado.
Jaume Matas —con una segunda condena por soborno, una multa que recurrió al Tribunal Supremo— está imputado en 19 causas sin juzgar, una de ellas ligada a la supuesta financiación ilegal de campañas del partido y contratos manipulados desde el Gobierno, en concreto en una campaña electoral autonómica de 2003 que gestionó la agencia Over MC. El publicista Daniel Mercado confesó la trama y un supuesto pacto clandestino con Matas, de facturas y contratos simulados, así como el cobro de dinero b desde el PP.
Los seis abogados de Matas
En su historia penal reciente, desde 2008, Matas es asesorado en sus diferentes piezas por el exfiscal José Zaforteza, el exmagistrado Miguel Arbona y la profesora Pilar Gómez Pavón. Antes tuvo al abogado clásico del PP, Rafael Perera, al especialista en derechos humanos y causa internacionles, Manuel Ollé, y durante años mantuvo al penalista en la causa del 11-M Antonio Alberca; los tres últimos renunciaron a la defensa por discrepancias concretas con Matas en la estrategia. Alberca renunció porque no cobraba, según consta en el juzgado.
Los pactos de colaboración con la Justicia son una opción acreditada por la vía de los hechos por la Fiscalía Anticorrupción, en especial por el fiscal Pedro Horrach y Juan Carrau, que han cerrado importantes juicios por corrupción con importantes condenas firmes. El Tribunal Supremo avala las pruebas de cargo de los coimputados que pactan y acusan a otros autores, y retornado fondos públicos.
El exministro se prepara para confesar ante el fiscal Horrach con el fin de alcanzar las compensaciones previstas por la ley, la posible reducción de cargas penales. Busca no acumular nuevas condenas que supongan el ingreso en la cárcel. La Fiscalía no contempla una rebaja tan favorable para el reo con tantas causas.
El caso Urdangarin: más de cinco años
Tan solo en el caso Urdangarin, Matas afronta una posible petición de más de cinco años de cárcel por los diferentes delitos que el fiscal Pedro Horrach, en sintonía con el juez José Castro, le atribuye. En el plazo de año y medio se puede juzgar en la Audiencia de Palma el también llamado caso Nóos.
Un posible pacto de Matas con la Fiscalía perjudicaría los intereses de la defensa de Iñaki Urdangarin. Contra la trama del caso Nóos Matas –y Urdangarin— se han recogido ya los relatos inculpatorios del exdirector general de Deportes José Luis Pepote Ballester, que era amigo del duque de Palma y del ex contable de Nóos Marco Antonio Tejeiro, así como otros cargos gubernamentales del PP balear.
Las conversaciones impulsadas desde el entorno de Matas ante la Fiscalía, que se han dilatado a lo largo de semanas, no se han concretado en un acuerdo todavía, según distintas fuentes consultadas en Madrid y Palma. La complejidad de cerrar las confesiones está en los diferentes procesos abiertos y en ajustar posibles condenas reducidas.
El exministro y exlíder del PP en Baleares no puede modificar en las negociaciones su situación carcelaria actual, mas busca mitigar la contundencia de sus posibles nuevas condenas en el caso Palma Arena (madre del caso Nóos o Urdangarin) y otras distintas piezas que tiene pendientes del cierre de la instrucción y juicio. Sus abogados negocian y la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General conocen la vía abierta –y han avalado inicialmente la apertura de relaciones. Un posible acuerdo está en en borradores y apuntes previos.
En la eventual asunción de posibles ilegalidades en su actuación, Matas, hasta ahora, refuta haber causado perjuicios económicos a las arcas públicas o haberse enriquecido personalmente. Asegura que no cometió cohechos —cobros por comisiones—, por lo que en su arrepentimiento no contempla abonar partidas a la caja del Estado.
La Fiscalía, habitualmente, está empecinada en el reingreso de fondos o reparación del daño que representan atenuantes penales más cualificadas con una mayor rebaja del volumen de la condena.
La confesión de la consejera Castillo, fundamental
El posible trato entre la Fiscalía y Matas se aceleró tras la confesión desvelada, semanas atrás, de una exconsejera de Matas en su Gobierno balear (2003-2007), Aina Castillo, que acusó ante la Fiscalía al exlíder de ordenarle manipular el concurso de más de 600 millones de euros para el hospital de Son Espases, en disputa entre las UTE lideradas entre OHL y ACS. Otros excargos del Gobierno de Matas y del PP se han mostrado adversos, ante la fiscalía, a la posición del expresidente.
El arrepentimiento de Castillo (exprotegida e íntima colaboradora de Matas a la que cedió en alquiler un piso en Palma), inquietó al expolítico, se sintió traicionado estando preso. Sobre esta investigación concreta (del hospital), Matas iba a declarar ante el fiscal pero la cita se ha retrasado durante siete semanas mientras se perfila el eventual pacto.
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