El mejor verano en el asfalto desde 1960
En julio y agosto fallecieron en la carretera 223 personas, la cifra más baja desde que hay registros. La estadística anual empeora y rompe la tendencia desde 2003
El verano menos malo en las carreteras desde 1960 ha dejado 223 víctimas mortales entre julio y agosto. Son diez menos que en 2012, que ya constituyó un récord histórico a la baja en fallecidos y siniestros. El dato viene a maquillar la cifra anual de siniestralidad, que amenaza con romper la tendencia de disminución de muertos y heridos que se había sostenido durante una década entera, entre 2003 y 2013. En lo que va de ejercicio han muerto en el asfalto 730 personas, siete más (un 1%) que durante los mismos ochos meses de 2012.
El balance lo hizo ayer, con abundante despliegue de cifras y gráficos, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, junto a la directora general de Tráfico, María Seguí. El ministro retrocedió más de cinco décadas para felicitarse por el resultado de este verano. Recordó que en julio y agosto de 1960, el primer año del que se guardan registros, hubo 279 fallecidos con un parque móvil de un millón de vehículos y dos millones de conductores. Y pidió comparar aquellos primeros datos y las 223 víctimas de este verano, con 31 millones de vehículos y 26 millones de conductores en España.
Recordó además a los 65 millones de turistas que llegan cada año a nuestro país y el incremento de un 3% en el número de desplazamientos interiores (78,5 millones de viajes de más de 50 kilómetros entre julio y agosto) estas vacaciones —que Fernández Díaz interpretó como signo de la prometida recuperación económica— para contextualizar las cifras. 124 de los 730 fallecidos entre enero y agosto fueron turistas o extranjeros residentes en España. El ministro recordó que la seguridad vial tiene más dificultades para llegar a esas personas, pero evitó comparar la cifra de turistas muertos con la de otros ejercicios.
El Gobierno confía aún en dar la vuelta a la estadística en los cuatro meses que quedan de 2014. “Nos falta un cuatrimestre y vamos a poner todo el empeño para lograr que la tendencia de los últimos años se pueda cumplir también este”, aseguró Fernández Díaz. Para lograrlo, avanzó su idea de endurecer los controles a las furgonetas, con una regulación que su ministerio estudia ya con el sector del transporte y el departamento de Fomento. Porque ahí está el principal lunar de los datos del verano: han crecido de tres a 26 los muertos entre quienes viajaban en furgonetas. En todo el año, la cifra es todavía peor: de los 730 fallecidos, 64 iban en este tipo de vehículos.
Los fallecidos en furgonetas se disparan este verano de 3 a 26
La DGT ha constatado que el crecimiento exponencial de estos accidentes no es casual. Ha detectado empresas de transporte que están desviando su carga y viajeros de camiones a furgonetas, para evitar los controles más exhaustivos que tiene que superar el tráfico pesado: tacómetros que registran la velocidad y las paradas, régimen de descanso y titulación específica para los conductores... Fernández Díaz anunció que prepara una “regulación adicional para las furgonetas”. Fuentes de la DGT explicaron su intención de endurecer los requisitos para estos vehículos y ni siquiera descartaron que en el futuro tengan que incorporar tacómetros para registrar sus movimientos.
Seguí desechó por irrelevante el número de siniestros causados por el mal estado de las carreteras, aunque admitió que el 3% de los accidentes tienen lugar en los llamados puntos negros. Atribuyó más importancia al mal uso de los sistemas de seguridad. La directora de la DGT se apoyó en la estadística histórica de su organismo para pronosticar que de los 42 muertos que este verano no portaban cinturón o casco, al menos 20 se habrían salvado con estos dispositivos.
El Gobierno prevé endurecer las exigencias a este tipo de vehículos
Organizaciones que trabajan por la seguridad vial matizaron ayer el optimismo de Interior y recordaron la evolución de la siniestralidad durante el año, que aumenta, y pidieron analizar las políticas entre todos para introducir mejoras. Francisco Canes, presidente de Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes, exigió “menos complacencia” al ministro. “Las víctimas mortales aumentan y no vemos que se esté actuando al respecto”, aseguró.
Cristina Catalá, de la Fundación Española para la Seguridad Vial, atribuyó el crecimiento de muertes a un exceso de confianza y a la relajación de las Administraciones en la prevención. Culpó a la caída del presupuesto para conservar carreteras, a una mayor circulación por vías convencionales, al envejecimiento del parque de vehículos, y a los cambios anunciados en los límites de velocidad. Miquel Nadal, director de Fundación RACC, pidió rebajas en peajes para sacar a los vehículos pesados de la red secundaria, donde este verano se dejaron la vida 166 personas.
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