Jaume Matas ingresa en la cárcel de Segovia por una pena de nueve meses
Hace 18 días, el Gobierno de Rajoy denegó el indulto al exdirigente balear del PP
El exministro Jaume Matas (PP), que también fue por dos veces presidente de Baleares, ingresó ayer tarde en la cárcel de Segovia para cumplir una condena firme de nueve meses por un delito de tráfico de influencias. Con anterioridad, solo un ministro, José Barrionuevo (PSOE), pasó tres meses encarcelado en 1998 en Guadalajara tras haber sido condenado por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey, realizado por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).
Matas, ministro de Medio Ambiente del Gobierno Aznar (2000-2003), llegó a las 17.20 de ayer al centro penitenciario segoviano que eligió por estar cerca de su casa de Madrid. Su hijo Jorge y otros familiares le acompañaron hasta la puerta del recinto, al que llegó vistiendo ropa informal y con un equipaje de dos bolsas.
El único antecedente es el de Barrionuevo, condenado por el secuestro de Marey
Lo previsible era que Matas pasara el reconocimiento médico al ingresar en prisión, y que a continuación quedase alojado en el pabellón de ingresos a la espera de ser destinado a un módulo definitivo. La cárcel de Segovia alberga a unos 350 internos.
El exministro debe cumplir una condena firme de nueve meses por un delito de tráfico de influencias por los contratos ilegales a su redactor de discursos, Antonio Alemany, experiodista de El Mundo, condenado también a dos años y tres meses de reclusión. Este está autorizado a ingresar en prisión el próximo 1 de septiembre. Matas tiene otra pena por otro caso, una multa de 9.000 euros por un cohecho de 41.000 euros, que no es firme
La sentencia contra Matas —y Alemany— corresponde a una de las más de 20 piezas del caso Palma Arena, sobre hechos relativos a su último mandato autonómico balear, entre 2003 y 2007. Está encausado en otros sumarios de la causa matriz abierta por los sobrecostes en las obras multimillonarias del Palma Arena, ligados a su supuesto enriquecimiento. Uno de los juicios que afrontará es el del caso Urdangarin, con una posible petición del fiscal de cinco años de cárcel.
El ex dirigente del PP está incurso en otras causas en instrucción judicial y en una investigación sobre supuesta financiación del partido con dinero b y sobre adjudicaciones bajo sospecha. El fiscal anticorrupción Pedro Horrach y el juez José Castro han profundizado durante años en los escándalos de la época Matas.
Los primeros pasos judiciales del asunto del Palma Arena contra Matas nacieron de denuncias ciudadanas, que el entonces fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quiso bloquear. Las denuncias paralelas del Gobierno balear del PSOE abrieron la causa, que absorbió el informe de la fiscalía y la Guardia Civil.
El exministro esperaba que el Gobierno de Mariano Rajoy —amigo y compañero de vacaciones en el mar— accediera a su petición de indulto. Formuló la solicitud de gracia hace un año, cuando la Audiencia de Palma ordenó su encarcelamiento a pesar de que el Tribunal Supremo había rebajado de seis años a nueve meses la condena inicial.
Matas siempre confió en no ir a la cárcel. Propuso al tribunal que le cambiara la pena por una multa de 10.000 euros y además planteó al Gobierno un indulto parcial que le permitiera cambiar las rejas por trabajos en beneficio de la comunidad. Sostuvo que su caso no es de corrupción y que no se apropió de dinero público. In extremis pidió a la Audiencia de Palma que suspendiera su encarcelamiento al recordar que tiene planteado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Hace 18 días, el Gobierno le denegó el indulto. Ayer, Matas decidió no agotar el plazo de cinco días que la justicia le había dadopara ingresar voluntariamente en una prisión.
El exministro se quedó sin pasaporte en 2010, cuando fue imputado y obligado a abandonar su trabajo de broker hotelero e inmobiliario en Estados Unidos.
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