El PSOE teme que una alta abstención reste legitimidad al futuro líder
Los secretarios de organización han pedido a Ferraz que movilice a la militancia para que voten al menos los 80.000 avalaron a los tres candidatos
El temor a que los militantes den la espalda a la elección directa, universal y secreta del próximo secretario general del PSOE lo comparten tanto los tres candidatos al cargo como los aparatos o cúpulas regionales y la federal, que depende de Alfredo Pérez Rubalcaba. En una reunión celebrada el pasado martes en la sede del PSOE de todos los secretarios de organización con el responsable federal, Óscar López, de la que no se ha dado traslado público, se puso de manifiesto ese temor, así como la intención común de evitarlo.
Todos estuvieron de acuerdo en que, sin una participación relevante, el nuevo secretario general saldrá mermado en su legitimidad. Si Eduardo Madina, Pedro Sánchez y José Antonio Pérez Tapias fueron avalados en total por 80.000 afiliados, una cifra menor de votos se consideraría un fracaso en este proceso que pidió Madina -la elección del secretario general por todos los militantes- y fue asumido de inmediato por el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, si todos los barones territoriales lo avalaban.
Y lo hicieron. Nadie quiso quedarse atrás ante la propuesta de que voten todos los militantes. Desde Ferraz, no obstante, se recuerda que el 25 de abril de 2013, en un desayuno informativo, Óscar López sorprendió al proponer la elección del secretario general por los militantes y no por delegados. Si estaba ya sobre la mesa la elección en primarias del candidato a la presidencia del Gobierno, es decir, con los votos de los ciudadanos que quieran participar, el paso natural sería que los militantes tuvieran también el derecho de elegir a su líder.
Ese derecho podrán ejercerlo 198.000 militantes el próximo 13 de julio. Si la cifra de 80.000 votantes es lo mínimo que se puede esperar en el PSOE, al ser el número de avales, la aspiración real es la de superar los 100.000. Para ello las facilidades son amplias, habida cuenta de que se trata de un domingo del mes de julio, en el que puede haber muchos afiliados de vacaciones. Lo tratado y aprobado en esa reunión de secretarios de organización apunta a que no faltarán oportunidades. Se establece el "voto desplazado" de manera que los que no puedan votar en su agrupación lo podrán hacer en la localidad donde se encuentren, previa petición. De las 4.000 agrupaciones que hay en el PSOE, solo 2.000 tienen sede abierta, pero todos los militantes saben ya dónde tienen que ir a votar si en su localidad no hay local específico. Desde la casa de un afiliado, hasta una dependencia municipal, en el caso de que en el municipio de que se trate gobierne el PSOE, o incluso un bar del pueblo.
Esa accesibilidad se acompaña de un escrupuloso cuidado para que solo voten quienes están en el censo. Este fue depurado por José Blanco, en su etapa de secretario de Organización, al eliminar del mismo a todos los afiliados que figuraban como militantes pero que no tenían la menor vinculación con el partido. La prueba más palmaria era que no pagaban la cuota. Con Blanco se hizo obligatoria la domiciliación bancaria de todos los militantes. El tiempo de los censos hinchados terminó en el PSOE hace años, según aseguran las distintas federaciones socialistas. Por eso se sabe que son 198.000, así como que hay 4.000 agrupaciones, aunque la mitad no tengan sede física, por el número exiguo de militantes, y se reúnan en lugares públicos.
A ocho días de la consulta a los militantes -que así es como se llama, ya que la elección oficial del secretario general se producirá en un congreso extraordinario los días 26 y 27 de julio-, todas las sedes habilitadas para votar cuentan ya con urnas de cartón con precintos, adquiridas por la comisión organizadora, presidida por Óscar López. El aparato federal ha contratado los servicios de la empresa Odec que ya realizó el recuento de los avales y su reparto por federaciones. Esa misma empresa será la que en la noche del 13 de julio realice el escrutinio del voto a los tres candidatos. El coste de las dos operaciones asciende a 120.000 euros.
Las urnas se abrirán a las nueve de la mañana y cerrarán a las ocho de la tarde, menos en Canarias que será una hora después. Los datos llegarán a la sede federal según los transmitan los presidentes de las mesas, que estarán acompañados por interventores de cada candidato. Un portal en la web del PSOE servirá para comunicar los resultados. En torno a las diez de la noche se espera conocer a quién han elegido los militantes socialistas y cuántos han participado.
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