Líderes socialistas europeos arropan al PSOE en la recta final de la campaña
Manuel Valls y Martin Schulz impulsan la candidatura de Elena Valenciano en un gran mitin
Quedan ya unas pocas horas para lograr dar un vuelco a las encuestas que indican una posible derrota, y el PSOE decidió este miércoles echar el resto con toda la artillería a disposición: dos representantes clave de las dos grandes izquierdas europeas, Martin Schulz, del SPD alemán que ayudó a reconstruir el PSOE; y Manuel Valls, del PSF francés que era la gran esperanza de los socialistas cuando ganó en 2012, ofrecieron un mitin en perfecto castellano con Felipe González y Elena Valenciano. Toda la madera europea de la que dispone el PSOE –incluida Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, de origen gaditano- estaba este miércols en Barcelona, en un pabellón de Vall D’Hebron que se llenó, algo difícil en unas elecciones europeas. Era un lugar simbólico, como dijo Valls en perfecto catalán: “nací en este barrio y nunca habría pensado que volvería como primer ministro de la república francesa. Soy español y catalán y francés porque lo elegí a los 20 años. Estoy orgulloso, porque Francia hizo posible que un hombre como yo pudiera llegar a ser jefe de gobierno de su país. Eso es Francia, eso es Europa”.
El PSOE empezó la campaña, hace dos semanas, con una enorme dificultad para hacer entrar su agenda, además sufrió dos parones y una avería difícil de gestionar: las declaraciones de Felipe González sobre la utilidad de un gran pacto PP-PSOE “si fuera necesario por el bien del país”. El PSOE remaba con todo en contra y hasta González admitió que se arrepentía de haber dicho eso, porque rompió la campaña de Valenciano, muy ideológica, centrada en diferenciarse del PP. Pero llegó el error de Miguel Arias Cañete, su derrota en el debate –él mismo lo admitió este miércoles indirectamente en la COPE- y sobre todo su frase sobre el machismo al día siguiente, y el PSOE recuperó aire y ha llegado al final de la campaña con una sensación interna de que el vuelco es posible.
En el PP admiten que este error ha hecho mucho daño a la imagen de Arias Cañete, pero no creen que mueva muchos votos. La desmovilización en la izquierda –y también en la derecha- es demasiado grande para lograrlo, explican. En cualquier caso el candidato pidió perdón para intentar parar la ola. Los socialistas admiten que no es fácil transformar en votos ese ambiente que se respira internamente, pero aseguran que las diferencias son tan pequeñas que todo puede suceder el domingo, bastaría con una pequeña movilización de su votante tradicional.
Valenciano se colocó en la estela que le ha dejado el error del PP y lanzó un llamamiento al voto femenino, una de las claves de la campaña. “Pido a las mujeres españolas que el domingo voten, y que voten a quien quieran, pero no a quienes las desprecian”. Y apeló a Martin Schulz, que viene por segunda vez a España en la campaña. El alemán necesita un buen resultado del socialismo en España y en otros países clave para darle él también la vuelta a las encuestas que sitúan al PPE por delante y por tanto al democristiano Jean Claude Juncker en la presidencia de la Comisión Europea. “Con tu presidencia lograremos que todas las mujeres de Europa seamos libres para decidir sobre nuestra maternidad”, le dijo a Schulz de nuevo para explotar el flanco débil del PP con la ley del aborto.
Y el alemán, que ya había participado en la presión a Arias Cañete a través de twitter, recogió el testigo con palabras duras: “En nuestra Europa tratamos a todos por igual. No se considera a las mujeres como inferiores intelectualmente. Para mí es una vergüenza, como hombre y como padre, que alguien diga que mi hija vale menos que mi hijo. Lucharemos con Elena codo con codo, hasta que cerremos la brecha salarial, hasta que nuestras hijas estén libres de la violencia. Quiero que mi comisión sea paritaria. Quiero que mi hija tenga las mismas oportunidades que mi hijo. Si los socialdemócratas no protegemos a las personas, nadie lo hará”.
Y Valls, con el auditorio entregado ante su discurso emocionado en su lugar de origen. “El conservadurismo recluye a las mujeres en una visión retrograda, condena total del sexismo y machismo. Apoyo aquí como en Francia a las mujeres que quieren elegir su maternidad, eso es la diferencia entre la derecha y la izquierda, la diferencia entre el progreso y el conservadurismo”. Y Valls reivindicó que su política económica es de izquierdas: “Europa debe hacer micho más, cambiar de política, elegir a Schulz de presidente e iniciar el camino del crecimiento. Si queréis ver una política de izquierda mirad lo que hacemos en Francia, si queréis ver lo que dice la derecha mirad a la Comisión. Nosotros apostamos por la educación y protegemos a la gente más débil en las reformas”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.