El Supremo condena a dos legionarios por humillar y agredir a 30 aspirantes
El tribunal ratifica la condena a dos cabos por abuso de autoridad y la "deplorable brutalidad"
"Sois unos mierdas, basura, no valéis para nada, hijos de puta, cabrones y mariconas". Esas palabras y los pechazos (golpes secos dados en el pecho con uno o ambos puños), además de collejas y patadas en los costado. Han sido suficientes para que el tribunal Supremo ratifique las condenas de cárcel impuestas a dos cabos del Ejército por humillar, agredir y protagonizar reiterados episodios de violencia física de "deplorable brutalidad" contra cerca de una treintena de aspirantes a legionario desde abril a julio de 2008.
El alto tribunal ha ratificado la condena de tres años de cárcel impuesta a uno de los cabos y ha aumentado en cinco meses la dictada contra otro de ellos por sendos delitos continuados de abuso de autoridad. La Sala de lo Militar considera que ambos crearon un "ambiente generalizado" de agresiones e insultos a los aspirantes y qwue desplegaron una "brutalidad que parecía erradicada hace tiempo".
La sentencia declara probado que los instructores, destinados en la Brigada de Infantería Ligera 'Rey Alfonso XIII' de la Legión, habían recibido órdenes de dispensar a los aspirantes un trato exigente pero correcto y acorde a las ordenanzas de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, los acusados agredieron de forma generalizada a numerosos aspirantes a ser Damas y Caballeros legionarios mediante patadas, puñetazos, bofetadas, collejas o fuertes golpes en el pecho, que llegaron a causar a una de las víctimas un hematoma y herida con sangre.
Los condenados dispensaban este trato cuando los afectados realizaban flexiones o no se sabían el credo legionario, mientras les insultaban con expresiones como "no valéis para nada" o llamaban "mariconas, mierda o basura",
Era frecuente que los cabos presentaran síntomas de embriaguez mientras realizaban los ejercicios de instrucción y pidiesen dinero a los aspirantes para comprar bebidas alcohólicas. No obstante, el Supremo rechaza atenuar las penas por el consumo de alcohol ya que no actuaron bajo un estado de intoxicación pleno que mermara sus facultades mentales.
La sentencia, con ponencia del magistrado Ángel Calderón, confirma la existencia de una "abrumadora" prueba de cargo contra los acusados, entre la que se encuentra la declaración de 35 testigos que sufrieron malos tratos o los presenciaron.
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