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Cicloturismo de alto riesgo en Baleares

Seis ciclistas turistas han muerto en 2014, cuatro por fallos cardíacos y dos por accidentes

Varios ciclistas y un guardia civil, junto al cadáver de la ciclista alemana atropellada en Mallorca.
Varios ciclistas y un guardia civil, junto al cadáver de la ciclista alemana atropellada en Mallorca. MIQUEL GARAU

El aumento de los turistas que viajan a Baleares para practicar ciclismo, hasta unos 100.000 solo entre enero y mayo, ha provocado un incremento de los accidentes y de las muertes en este colectivo. En lo que va de 2014, seis ciclistas turistas han muerto en las islas: cuatro perecieron a causa de ataques cardíacos o por las heridas provocadas al caer desde la bicicleta al sufrir los síncopes, otro fue atropellado y el último sufrió una colisión frontal con un automóvil.

Los atropellos accidentales delictivos no quedan impunes. Este mes de febrero, un agente de la Policía Nacional, Rodolfo Álvarez, fue condenado por un juez de Palma a tres años y medio de cárcel por impactar con su automóvil contra un ciclista con resultado de muerte. Al volante de un coche camuflado de la policía, Rodolfo lanzó contra el tronco de un árbol a una ciclista alemana que rodaba con su marido por una carretera habitual de cicloturistas, en Cap Blanc. Fue en marzo de 2012, y con el agente condenado viajaba un inspector policial, Carlos José García, que pagará una multa; ambos huyeron sin auxiliar a la víctima. Estaban fuera de servicio y habían ido de copas.

Más de cuatro años de cárcel para un conductor que atropelló a un ciclista y se fugó

Un conductor de 32 años, Daniel Abalos, atropelló con su coche a un ciclista en Mallorca y le causó la muerte, en un día soleado de noviembre de 2012, a las nueve de la mañana. Daniel se dio a la fuga y colocó la matrícula a otro automóvil. Un juez lo ha condenado a cuatro años y cinco meses de cárcel por los delitos de homicidio por imprudencia grave, de omisión del deber de socorro y por falsedad en documento oficial por “intentar confundir” a los investigadores y “crear una apariencia falsa” con el baile de placas.

Daniel de 32 años, “circuló de manera desatenta”, en un coche “en pésimas condiciones, a una velocidad algo superior a la máxima permitida [90 kilómetros por hora]”. Iba sin seguro. Estuvo 20 horas sin dormir y toda la noche tomando copas. No se percató de la presencia de un grupo de tres ciclistas mallorquines que iban pegados al arcén en un tramo de carretera despejado y recto de Artà, Mallorca. Embistió a Joan, un ciclista aficionado de Sant Joan, que dejó mujer, dos hijos menores y su madre, que ejercieron la acusación particular.

Ahora, en solo cuatro días, entre finales de abril y comienzos de mayo de 2014, han muerto cinco ciclistas en distintos enclaves de Mallorca, tres de ellos al sufrir paradas cardiorrespiratorias fruto del sobreesfuerzo y posibles lesiones previas. Tenían entre 50 y 66 años. Accidentes fortuitos, muertes por causas naturales fruto del agotamiento, explican las notas informativas de los servicios de emergencia y policía. Son accidentes sin intervención de otros vehículos.

El cicloturismo, para los empresarios y los gobernantes de Baleares, es una “parte importante de la oferta turística, un sector muy productivo”. Así, se acude a ferias sectoriales de promoción en busca de más clientes. Ante la gravedad y reiteración de los accidentes, se creó una Comisión de Seguridad Vial de los Ciclistas en Mallorca que analiza las circunstancias de los accidentes y qué medidas hay que tomar.

Se han activado campañas de información con la Dirección General de Tráfico y la Guardia Civil para marcar usos de seguridad máxima para ciclistas y conductores de coches y motos. En todas las Islas Baleares se han establecido decenas de rutas secundarias para los ciclistas en las que se exige circulación lenta a los coches. Otras vías tienen carriles exclusivos laterales.

Pero los ciclistas aficionados tienen tendencia a querer emular las grandes clásicas, las carreras o etapas que disputan deportistas profesionales o amateurs. Así, usan carreteras generales en rutas abiertas al tráfico rodado o ascienden pequeñas colinas en vías en zig-zag.

Estos días del puente de mayo decenas y decenas de pelotones e hileras improvisados sortean dificultades y coches en las rutas insulares. En las islas existen varias decenas de hoteles turísticos que disponen de ofertas y equipamientos especializados para grupos de ciclistas. Con talleres para las máquinas de dos ruedas y pedales, menús especiales y salas de reanimación. En muchas plazas de pueblos se han dispuesto zonas de descanso para deportistas y aparcamientos para ciclistas. También se hallan en las rutas pequeños hitos, placas o ramos de flores que recuerdan algunas de las víctimas mortales.

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